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CINEMA DE PERRA GORDA

GANGWAY FOR TOMORROW (1943, John H. Auer) [Pasaporte al futuro]

GANGWAY FOR TOMORROW (1943, John H. Auer) [Pasaporte al futuro]

En ocasiones no hace falta evocar la figura de un realizador de altura para valorar en una de sus obras un cierto nivel y, si se me permite la expresión, la grata sorpresa que me proporcionó GANGWAY FOR TOMORROW (1943) –jamás estrenada en España y emitida por tv bajo el título PASAPORTE AL FUTURO-. Una extraña serie B de la R.K.O., filmada por un John H. Auer antes de su paso por la Republic, en donde realizó la mayor parte de sus películas. GANGWAY... aglutina de su conciso metraje de apenas setenta minutos una mezcla dentro del género de propaganda aliada –incidiendo en las vertientes sociales y humanas de la misma- con la estructura del film de episodios –que se iría poniendo de moda en este periodo.

La película se inicia con la recogida de cinco personajes a los que conduce un ya maduro vitalista que de alguna manera ofrece con sus comentarios un retrato previo de sus tripulantes –ambos acuden a la fábrica en la que trabajan, y nos encontramos en pleno periodo de la II Guerra Mundial-. A partir de ese simple elemento de unión, iremos conociendo las vivencias más importantes de cada una de dichas personas, que aglutinan en su conjunto una variada gama de experiencias finalmente relacionadas con una contienda que –demuestra la película- a nadie deja indiferente. Evidentemente, el interés de estas cinco historias es desigual pero el conjunto bastante atractivo, puesto que Auer sobrelleva con muy buen pulso el ritmo y el montaje de la misma, hasta el punto que el interés siempre se mantiene y la labor del equipo técnico y reparto es francamente eficaz.

Estos pequeños relatos se inician con el que sin duda resulta más vibrante de todos ellos, protagonizado por Lissette (la cantante Margo), que ha vivido en París una dramática historia como destacada componente de un grupo de resistencia a la invasión nazi en Francia. El breve relato está punteado por detalles emotivos, con cierta fuerza y nos brinda el momento más intenso de la función –la panorámica que gira a la derecha permitiéndonos ver como la joven finalmente decide integrarse como animadora de los nazis –poco después huirá del conjunto de chicas-, mientras en off el ruido de las metrallas ratifica que sus compañeros han sido fusilados. El siguiente relato es el más insustancial de todos ellos y está protagonizado por Joe (Robert Ryan), joven piloto de carreras al cual ve truncada su futuro alistamiento por un accidente sufrido en una carrera al confiar en la fuerza de una rueda deteriorada. La tercera historia nos cuenta el trauma sufrido por el antiguo director de una prisión –Burke (James Bell)- al llevar a la muerte a un condenado que no es otro que su hermano. Es un relato caracterizado por sus fuertes influencias expresionistas y la incidencia de otros breves flash-backs, en los que Nicholas Musuraca incide en sus contrastes lumínicos que tienen su principal exponente en el primer plano final sobre el rostro de Burke al anunciar al gobernador por teléfono que dimite de sus funciones, tras llevar a la muerte a su hermano sin atender la llamada de la autoridad, que lo había indultado.

La película se ciñe a continuación –con corto interés- en la historia de Mary Jones (Amelita Ward), nombrada Miss América y que sucumbe a las servidumbres de la fama, forzando estas circunstancias y su ascenso al mundo de Broadway, la separación de su novio, que se alista, aunque una llamada a la esperanza permanezca pese a todo. GANGWAY FOR TOMORROW finalizará con la divertida historia de Wellington (una divertida composición de John Carradine), ingenioso y culto vagabundo que es llevado por el sheriff de la localidad a la que ha recalado, a manos del juez de la misma –que no es otro que el propietario de una tienda, encarnado por el siempre maravilloso Harry Davenport-. El astuto vagabundo será concienciado en la insólita vista que sufre de la necesidad de servir a su país de alguna manera –los improvisados espectadores de la vista tienen representantes de su familia relacionados con la contienda-. Finalmente, el ingenioso detalle de lanzar un dardo ante dos posibles alternativas que se exponen en sendos posters en la tienda, le llevarán a inscribirse en la fábrica de aviones a las que finalmente acudirán los cinco personajes con el optimismo de trabajar por una causa justa.

Pese a su simpleza, he de confesar que el plano general que muestra a los personajes acudiendo a la fábrica con los brazos entrelazados y los sones de música patriótica, me hace pensar en la efectividad que alcanzaron pequeñas pero estimulantes títulos como este, para alentar a la sociedad civil norteamericana en la necesidad de volcarse por esa lucha por la libertad ¡Que diferencia con lo sucedido décadas después!

Calificación: 2’5

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