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CINEMA DE PERRA GORDA

THE DAY THE EARTH STOOD STILL (2008, Scott Derrickson) Ultimátum a la tierra

THE DAY THE EARTH STOOD STILL (2008, Scott Derrickson) Ultimátum a la tierra

Como en cualquier otro género, el cine fantástico ofrece títulos que parecen condenados de antemano, y ante cuya no adscripción se corre el peligro de incurrir en anatema, del mismo modo que disentir de una obra canonizada posee el riesgo de salirte de lo políticamente correcto. Fruto del primer enunciado, cabría señalar el ejemplo que brinda el remake de THE DAY THE EARTH STOOD STILL (Ultimátum a la tierra, 1951. Robert Wise). He de reconocer que hace muchos años que no he revisado el film de Wise, y estoy convencido que un reencuentro con sus imágenes quizá me hicieran valorar en mayor medida un producto que en su momento me gustó, pero que a mi modo de ver dista de poder considerarlo entre las cimas de la producción de la ciencia-ficción estadounidense de la década de los cincuenta –cumbres que considero ocupan con diferencia la excepcional THE INCREDIBLE SHRINKING MAN (El increíble hombre menguante, 1957. Jack Arnold), seguida de THE FLY (La mosca, 1958. Kurt Newmann)-. En cualquier caso, dentro de una década en la que se encuentran tantos exponentes valiosos –el paso de los años ha permitido redescubrir propuestas que en su momento pasaron desapercibidas, como el magnífico FIVE (195 Arch Oboler)-, considero que el film de Wise acusa cierta sobrevaloración, quizá proveniente de la veneración que goza la obra del director de la –esta sí- extraordinaria THE HAUNTING (1963), en su país.

Por ello, era de prever que la acogida que podría tener una revisitación de un título que mantiene de una mítica casi intocable, en la que figurara además un intérprete tan desprestigiado como Keanu Reeves, estaba casi condenada de antemano. No es de extrañar por ello, que el THE DAY THE EARTH STOOD STILL (Ultimátum a la tierra), firmado por Scott Derrickson en 2008, fuera recibido con considerable desdén. De hecho, en España creo que solo el buen compañero y excelente crítico Tomás Fernández Valentí se atreviera a defenderla. Sucedió un poco como el SUPERMAN RETURNS (2006, Bryan Singer), en el que ambos coincidimos casi en solitario en la defensa de sus resultados –y con ello, no quiero que se vea que pretendo compararme con uno de los grandes de la crítica española-. Y es que, personalmente, no solo considero que la reciente versión de THE DAY THE EARTH… no solo se erige como una interesante propuesta del género, sabiendo actualizar los componentes que se plantearon en su versión primigenia al mundo de nuestros días sino, sobre todo, erigiéndose como un producto sombrío e incluso siniestro, que uno ligaría más en su espíritu, a un título que no dudo en situar entre las cumbres del cine fantástico de todos los tiempos. Me refiero a QUATERMASS AND THE PIT (¿Qué sucedió entonces, 1967. Roy Ward Baker), tercera de las andanzas cinematográficas del profesor Quatermass en el seno de Hammer Films. Con ella comparte esa mirada siniestra –en aquella ocasión de tintes diabólicos- que representa el Klaatu encarnado con convincente estoicismo un Keanu Reeves al que se advierte implicado en el proyecto. En contraposición al cierto ternurismo y grado esperanzador que esgrimía la película de Wise, su revisitación adquiere un inequívoco ascendente siniestro y pesimista, que basa su modificación argumental en el hecho de que la llegada de Klaatu vaya destinada a la ratificación de la destrucción de la especie humana –en vez de la advertencia que proponía su referente-, en la búsqueda del objetivo de la salvación del resto de especies y de la propia vida que mantiene el planeta Tierra. A partir de dicha premisa, la propuesta de Derrickson plantea una sociedad actual dominada por el pesimismo, con claros ecos del aún existente eco del 11M –el fantasma de la lucha armamentística de defensa se revelará inútil para contraponerse a los poderes del extraterrestre protagonista, con devastadores y humillantes resultados para las autoridades norteamericanas-, sin olvidar esa influencia de resonancias judeocristianas, que por momentos nos puede hacer ver en la figura de Klaatu como una reencarnación de Jesucristo –la secuencia en la que camina sobre el agua-, o su terrible encargo como una inequívoca señal del advenimiento del Apocalipsis. Poco a poco, la interesante película de Derrickson sabe introducir en el metraje, que discurre con letra pequeña pero contundente desarrollo dramático, un desasosegador planteamiento dramático, en el que tendrá un casi único contrapeso la figura de la científica Helen Benson (sensiblemente encarnada por Jennifer Connelly). Una joven viuda, que tuvo que correr con la custodia del hijo de su esposo –contraído con otro matrimonio-, un muchacho negro –que por momentos nos parece evocar al protagonista de GLORIA (1980) de John Cassavetes- caracterizado por su caprichoso e incontrolable carácter. A partir de esta modificación y actualización argumental, con una magnífica utilización de efectos especiales –que se incorporan al sustrato dramático de la propuesta, y sin sobresalir del conjunto de la misma-, podemos asistir a una de las más interesantes propuestas del género emergidas en los últimos años.

Y es que sin constituir un título redondo, THE DAY THE ARTH STOOD STILL sabe aglutinar su condición de producto para todos los públicos, con una mirada adulta transmitida a través de una puesta en escena sensible planteada con un notable sentido de la progresión, en el que destacará tanto su magnífico uso de la pantalla ancha, o la adscripción de un determinado intimismo, alternando con pertinencia los episodios más espectaculares del conjunto. Es precisamente a partir de dicha combinación de factores, donde se encuentra ese poso malsano y casi sobrecogedor que, asumiendo una planificación de corte clásico –que solo en determinados momentos se abandona-, logra incorporar un rasgo de espectacularidad que por momentos deviene sobrecogedora –el avance de esa enorme figura metálica, atomizada en partículas que aniquilan todo rasgo de vida a su paso; el episodio previo en el que dicha figura es encerrada por la tecnología de las fuerzas estadounidenses, escapando con aterradoras consecuencias de la misma, e iniciando su devastador recorrido-, pero que siempre va unida a un dibujo de personajes bastante atractivo. Entre ellos, cabría destacar a la secretaria de estado Regina Jackson (encarnado por una magnífica Kathy Bates), consciente de los errores tácticos cometidos por el Presidente de los EEUU –escondido en un indeterminado
bunker-, pero incapaz de detener una escalada militar que, como plena demostración de los argumentos esgrimidos por el extraterrestre llegado a la Tierra, ratifica el instinto autodestructivo consustancial a la raza humana.

Dotada de un adecuado tempo dramático, caracterizada por una seriedad en sus planteamientos que le fue negada desde el momento de su estreno, lo cierto es que quizá solo el paso de los años proporcionará a THE DAY THE EARTH STOOD STILL –versión 2008- el reconocimiento que merece, tanto como actualización de un clásico “intocable”, como en su propia condición de exponente del género válido en sí mismo. Un título que se sostiene por sus propios valores, aunando las ventajas técnicas que puede proporcionar a su argumento original el paso del tiempo, sin que ello mengue un ápice la densidad de su enunciado.

Calificación: 3

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