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CINEMA DE PERRA GORDA

THE TWLIGHT SAGA: NEW MOON (TWLIGHT 2) (2009, Chris Weitz) Luna nueva

THE TWLIGHT SAGA: NEW MOON (TWLIGHT 2) (2009, Chris Weitz) Luna nueva

En mi comentario sobre TWILIGHT (Crepúsculo, 2008. Catherine Hardwicke), dejaba entrever que dentro de la mediocridad de su conjunto, su resultado aparecía ante mi vista al menos digerible como mero producto de entretenimiento, poseyendo además la moderada cualidad de saber esbozar una mixtura –siempre basándose en las previsibles novelas de consumo de Stephenie Meyer-, entre el cine teen barnizado de resabios románticos de escasa hondura, y todo ello envuelto en una patina sobrenatural que en la primera entrega funcionaba en ciertos instantes. Pero más allá de mi nada influyente opinión, dejemos constancia de antemano que THE TWLIGHT SAGA: NEW MOON (TWLIGHT 2) (Luna nueva, 2009. Chris Weitz) segunda entrega de una saga que se antoja interminable, superó cualquier expectativa generada, en la medida de poseer un presupuesto de cincuenta millones de dólares –una cifra razonable para un título que maneja considerables instantes de digitalizaciones y efectos especiales-, y alcanzando unos ingresos mundiales que sobrepasaron los setecientos. Negocio redondo pues, y la confirmación de una fórmula que llevó a manadas a las / los adolescentes de todo el mundo a las pantallas, para seguir de cerca el nuevo planteamiento romántico que se describía en torno a la forzada separación de Bella (Kristen Stewart) y Edward Cullen (Robert Pattinson), propiciada por este último para librarla del acoso de la componente de otra secta vampírica rival de condición maléfica. La muchacha no dejará de añorar a su amado, quien se le aparecerá fugazmente cuando se encuentre en situaciones de peligro, como si ejerciera a modo de improvisado ángel guardián. Ello no evitará que esta viva constantes pesadillas… ni que por otro lado aproveche la ocasión el joven Jacob Black (Taylor Lautner), para intentar ese acercamiento sentimental con ella, que hasta entonces había quedado vedado por la presencia del desaparecido Edward. Poco a poco, y no sin reticencias, Bella irá mostrando sus sentimientos hacia Jacob, de quien descubrirá en un momento dado su condición de componente de una secta de hombres lobo. Será el inicio del drama, sobre todo al oponerse todos ellos a la diabólica encargada de eliminar a nuestra protagonista, y al conocer esta que Cullen está dispuesto a inmolarse y dejar de lado su condición como vampiro inmortal, acudirá hasta la ceremonia que su amado está a apunto de acometer.

¿Por qué, sin parecerme ni siquiera una película aceptable, encuentro que NEW MOON se sitúa a años luz de distancia de su predecesora, y me resulta un título poco menos que insufrible? Al contrario que no pocas crónicas que intentaron encontrar en esta continuidad una serie de valores que, lo reconozco, no veo por ningún lado, y que quizá algunos incorporaron de forma automática al ver como firmante de este bodrio a un realizador interesante –Chris Weitz-, sin entender que fuera quien fuera supervisible responsable, el resultado poco podía variar. En primer lugar, nos encontramos con una duración más larga e injustificada que su precedente, la intermitente presencia de Edward avisando a Bella de los peligros que corre carece de lógica, cuando en algunos de los más significativos su ausencia es notoria ¿Por qué no evitó su presunto suicidio? ¿Acaso se encontraba despistado? Por otro lado, ese romanticismo cursilón que en el título previo se encontraba más o menos tamizado, en esta ocasión se adueña de la película de forma casi insoportable, teniendo que aguantar diálogos de una banalidad extrema, a lo que hay que añadir lo poco que contribuye el protagonismo otorgado al personaje encarnado –es un decir- por Taylor Lautner. Si ya resultan sonrojantes los calificativos que Bella le dirige al principio –“estás más cachas”-, no cabe duda que la exhibición de abdominales que el zagal exhibe a lo largo del metraje, no contribuyen en modo alguno de otorgar de densidad a su personaje –eso si, venderían posters a punta de pala-. Llegados a este punto, mi intuición me indica que en Lautner –que aún hoy día es un chavalín, y títulos como ABDUCTION (Sin salida, 2011. John Singleton) me temo no le han favorecido demasiado-, dentro de unos años se convertirá en una superestrella. Sin embargo, ello no evita que en esta NEW MOON su presencia como personaje sea ridícula y su performance una mera pantomima para poder exhibirlo como sex symbol aún menor de edad.

Dicho esto, NEW MOON encima peca de enredarse en elementos temáticos que parecen heredados de la Anna Rice que inspiró la magnífica INTERVIEW WITH TEH VAMPIRE: THE VAMPIRE CRONICLES (Entrevista con el vampiro, 1994. Neil Jordan), en ese fragmento final en el que Bella llega junto a la hermana de Edward en un coche impoluto y de nuevo modelo, como si apareciera en un anuncio de vehículos, en medio de una ceremonia desarrollada en una localidad italiana que celebra la victoria sobre los vampiros, y en donde se encuentran los patronos de ese mundo de las sombras. Un episodio ridículo e innecesario. Un sinsentido más que contribuyó a enervar mi estado de ánimo al contemplar como una simple pompa de jabón destinada al consumo de adolescentes tal si fueran hamburguesas vampíricas, es envuelto en esa falsa trascendencia que, por fortuna, se encontraba mucho más mitigada en el primer título de la saga. La abrupta conclusión de un producto –me resisto a definirlo como película-, que se me antojó interminable… sinceramente pone el punto más bajo de esta trilogía que ha despertado las hormonas de millones de jóvenes espectadores, por más que en esta ocasión haya sucumbido un director de cierto interés, al que el paso del tiempo le surgirá la paradoja de que su título más taquillero, se haya convertido al mismo tiempo en el más olvidable.

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