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CINEMA DE PERRA GORDA

Alejandro Amenábar

TESIS (1995, Alejandro Amenábar)

TESIS (1995, Alejandro Amenábar)

A estas alturas de la vida y cuando una sucesión de galardones, compras de derechos, éxitos taquilleros y de crítica prácticamente certifican como indiscutible el “talento” de Alejandro Amenábar, creo que poco importará que un simple aficionado –aunque estando en minoría, no soy el único- se atreva en unas pocas líneas a ponerlo en cierto modo en tela de juicio. He visto tres de sus cuatro films –tardará tiempo hasta que me “desintoxique” de la borrachera mediática que me permita ver MAR ADENTRO (2004) con relativa distancia-, y ciertamente solo puedo apreciar una directa habilidad de Amenábar como hombre de cine. Esta no es otra que su agudeza a la hora de plantearse ideas de base y argumentos que por sí mismos consigan llamar la atención. Hagamos un pequeño repaso a su trayectoria. Las “snuff-movies” en TESIS (1995); inquietudes metafísicas en ABRE LOS OJOS (1998); retomar clásicos del cine de casas encantadas con ambientación victoriana y “sorpresa final” en LOS OTROS (2001)y finalmente la eutanasia en MAR ADENTRO –confieso que cuando hace poco más de un año vi la noticia de este último rodaje en el diario “El País”, ya pensé que la película –fuera cual fuera su resultado- daría mucho que hablar. Desde aquí vaticino que el próximo proyecto del “niño prodigio” del cine español será otra historia llamativa que en apariencia ofrezca un “giro” radical en su trayectoria. Sinceramente, creo que estaría bien que para variar filmara una historia sencilla y sin “trucos” –valga la expresión-, aunque ciertamente en virtud a sus reconocimientos bien es cierto que su táctica hasta ahora le ha dado cumplido resultado.

Perdón por este largo preámbulo pero he de reconocer que iba con cierto ánimo favorable predispuesto –pese a todo- al enfrentarme al visionado de TESIS, pero lamentablemente este no me ha hecho más que confirmar la opinión negativa que mantengo sobre la exitosa LOS OTROS, mientras que deja como algo minoritaria la moderadamente positiva que recuerdo de la más denostada ABRE LOS OJOS, pero que al menos a mi juicio sí logra plantear unas subtramas que lograron captar mi atención.

En su defecto, su debut en el largometraje supone bajo mi punto de vista la plasmación de una película de suspense que sin llegar a aburrirme –ya es algo- me dejó absolutamente frío en todo su metraje. En buena medida me recordó mucho en su estructura narrativa a LOS OTROS –y obvio es decirlo, provocó en mí similares desafectos, aunque en la producción protagonizada por la Kidman su pretenciosidad fuera más evidente-.

TESIS pretende dirigir sus derroteros por la historia inmediata del descubrimiento de una trama de crímenes horripilantes que se desarrollan en el marco de la escuela oficial de cine, mientras que como trasfondo ofrece la fascinación que sobre su protagonista femenina ejerce el “vouyerismo” –y para ello la primera secuencia del film se encarga de anunciarlo-. Sin embargo esta vertiente muy pronto queda arrinconada en la película –en parte por la incapacidad del realizador en sostenerla y en parte también por la nulidad de la penosa Ana Torrent en transmitirlo (es sin duda la peor del reparto-). La Torrent encarna a Angela, una estudiante que plantea su tesis en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid sobre el cine y la imagen violenta. Ello muy pronto le llevará a ser involuntaria descubridora de la muerte de su director en la misma, recogiendo la cinta que este estaba viendo cuando murió en la pantalla de proyección de la facultad –en una secuencia absolutamente demencial a nivel de guión y pobre en su plasmación cinematográfica-.

A partir de ese momento entablará relación con Chema (un Fele Martínez realmente brillante que logra insuflar vida a su estereotipado personaje), extraño joven aficionado al mundo de lo tenebroso, descubriendo ambos que la cinta robada contenía una “snuff-movie” en la que se refleja la tortura y muerte de una joven alumna desaparecida dos años atrás. Poco a poco van descubriendo más detalles sobre la muchacha y ello les lleva a la pista de Bosco (Eduardo Noriega, limitado como siempre pero menos apático de lo que posteriormente se ha manifestado), extraño muchacho de clase acomodada que pertenecía al círculo de la desaparecida. Las pistas y giros argumentales se sucederán a partir de entonces, en lo que parecerá un constante vaivén de falsas pistas y culpables-inocentes hasta que la película llegué a su conclusión sorpresa. En su recorrido trabaremos contacto con Jorge Castro (Xavier Elorriaga), el nuevo director de tesis de Angela, que manifestará progresívamente una siniestra personalidad.

Nada de esto estaría mal –con ser en definitiva poco original-, si en la pantalla se mostrara con fuerza y credibilidad. Desgraciadamente muy poco de ello se traslada a los fotogramas TESIS. Desde la nefasta utilización de la banda sonora –obra del propio Anenábar, tan polifacético el, junto a Mariano Martín-, lo estereotipado de sus situaciones –la ambientación de la casa de Chema-, los continuos lugares comunes, la falta de punch de algunas de sus escenas en teoría impactantes –por ejemplo, la que sucede en el túnel de calderas del sótano de la Facultad entre Angela y Chema, o el desaprovechamiento de esa dualidad de lo siniestro de los sótanos del recinto universitario- y algunas indignantes propuestas de guión –también obra de Amenábar, que grande es, junto a su habitual mateo Gil- como la secuencia en la que la protagonista acude a la oficina de Sony para lograr una factura de una cámara que ha comprado previsiblemente Bosco dos años atrás, cuya resolución argumental es francamente vergonzosa, o la propia y casi inicial en la que el profesor muere en extrañas circunstancias-. Incluso la posibilidad de la utilización de filmaciones y la sensación de permanencia de estar siendo grabado sin tener conciencia de ello, se desaprovecha en aquellos pasajes donde la idea podía ofrecer sus frutos, dentro de un conjunto efectista y facilón que pese a todo tuvo un notable éxito en su momento y continua gozando de un, para mi, inexplicable prestigio. Personalmente, encuentro que la misma, pese a contados buenos momentos, se erige como una prolongación de aquellos films de crímenes y suspense bastante frecuentes en el cine español de inicios de los setenta, con artificiosos guiones de Santiago Moncada herederos de la creciente corriente del “giallo” italiano y que tuvo su intermitente prolongación las dos décadas siguientes con productos tan artificiosos como BÂTON ROUGE (1988, Rafael Monleón) o UN ASUNTO PRIVADO (1996, Imanol Arias)

Sí cabría destacar a nivel anecdótico en TESIS la peculiar venganza que Amenábar ejerció contra el notable crítico cinematográfico –y profesor suyo en la Facultad de Ciencias de la Información- Antonio Castro, a quien dedica el siniestro personaje encarnado con aplomo por Xavier Elorriaga y cuya desaparición en pantalla no deja de ser una más de las chapuzas de guión de este mediocre film.

Calificación: 1