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CINEMA DE PERRA GORDA

Francis Ford Coppola

PEGGY SUE GO MARRIED (1986, Francis Ford Coppola) Peggy Sue se casó

PEGGY SUE GO MARRIED (1986, Francis Ford Coppola) Peggy Sue se casó

De todos es sabido que a raíz de sus consecutivos fracasos comerciales que casi estuvieron a punto de arruinarle, Francis Ford Coppola tuvo que acometer diversos proyectos asumidos como encargos profesionales, lo que no debería impedir que su resultado en ocasiones fructificara en títulos brillantes como LEGÍTIMA DEFENSA (The Rainmaker, 1997), otros más bien discutibles –aunque en el caso de DRÁCULA (1992) tengan bastantes admiradores, y algunos absolutamente poco logrados, que comparten además una serie de rasgos que arruinan un resultado finalmente blando e inoperante aunque en ellos se aprecien algunos destellos del indiscutible talento de Coppola. Es para mí el ejemplo que brindan COTTON CLUB (The Cotton Club, 1984), TUCKER (Tucker: The Man and His Dream, 1988.), en buena medida y pese a sus desafíos formales CORAZONADA (One from the Heart, 1982), y, por supuesto, la película que nos ocupa –PEGGY SUE GOT MARRIED (1986) –PEGGY SUE SE CASÓ en España-. En su conjunto –quizá con la relativa excepción del último de los títulos citados- se erigen bajo mi punto de vista como lo más conformista y prescindible de la irregular pero en conjunto interesante filmografía del realizador norteamericano.

El mayor defecto de PEGGY SUE SE CASÓ reside fundamentalmente en esa visión acrítica y sublimadora que ofrece de la vida norteamericana de finales de los cincuenta e inicios de los sesenta. Se me puede oponer que es una visión que han brindado otras muchas películas, pero no es menos cierto que esa estética cargada de colores chillones, peinados y vestidos horteras o sorprendentes fascinaciones por el abominable Fabián es la que predomina y se llega a mitificar incluso en los primeros momentos de esta película, con la plasmación de la fiesta en la que los componentes de un curso estudiantil se reúnen de nuevo 25 años después. En ella será elegida reina de la misma la protagonista –Peggy Sue (una lamentable elección la de Kathleen Turner)-. Peggy se ha vestido incluso con el vestido que utilizó en su adolescencia y se encuentra en proceso de separación de su marido –Charlie (un no menos lamentable Nicholas Cage)-.

En un momento determinado Peggy sufrirá un desvanecimiento y repentinamente se verá trasladada a su adolescencia en pleno año 1960. Una circunstancia que les devolverá a un mundo de fiestas escolares, colores chillones y ridículos tupés, en el que la protagonista vivirá de nuevo su adolescencia con el detalle añadido de asistir de nuevo a ella con una mirada teñida de conocimiento al periodo que marcó la decisión final de casarse con su ya novio Charlie -empeñado en imitar a Fabián en su aspecto-. Es en este demasiado extenso metraje donde la película se deja llevar por un tono evocativo de una forma casi enfermiza y en absoluto distanciadora. Quizá en ello tenga bastante que ver las distintas mentalidades que este mundo tutti-frutti pueden parecernos en un público europeo –siempre vista con mayor distancia e incluso con cierta superioridad- mientras que buena parte de los norteamericanos consideran todo ello como una seña indiscutible de su identidad. Es por eso que personalmente toda esta galería de “símbolos genuinamente americanos” me parezcan francamente indigestos. A ello habría que unir la penosa labor de una inadecuadísima Kathleen Turner –absolutamente increíble en su pretensión de parecer una joven de dieciocho años-, a la que hay que unir la horrible labor del hoy tan en boga Nicholas Cage, en uno de sus primeros y más intragables prestaciones –está visto que su tío hizo bastante por imponerlo en la industria-.

Este rechazo generalizado por la cursilería y lo edulcorado del conjunto de la película, no impide reconocer que la misma se caracteriza por una correcta planificación –faltaría mas viniendo de la mano de quien viene- y la apreciación de algunos buenos momentos, que de haber tenido una mayor continuidad en el conjunto del film, sin duda hubieran permitido un resultado más interesante. Me estoy refiriendo a la poco utilizada relación entre Peggy y el joven estudiante caracterizado por su inclinación a la técnica –se apoya en él para desahogarse contándole el increíble viaje en el tiempo que ha realizado-; la secuencia de la visita de la protagonista a sus abuelos, en la que se aprecia una cierta calidez emocional o el paseo matutino de Peggy junto a su novio, en el que le entrega la letra de “una canción que te hará famoso” –se trata una de las más conocidas de los posteriores Beatles-. Sin embargo, si hay que destacar un fragmento en el que la película adquiere una cierta fuerza incluso romántica, hay que detectarlo por la intensa noche de amor que mantiene la joven Peggy con Michael (Kevin J. O’Connor), el joven beatnick que revela ante ella su inclinación a la poesía, y que en la fugacidad de la misma servirá para encarar el retorno a la madurez de forma más serena. Son instantes o destellos de buen cine, en un conjunto blando y almibarado, que bajo mi punto de vista destaca como lo menos valioso de la trayectoria de uno de los más importantes realizadores surgidos en USA desde finales de los sesenta.

Calificación: 1’5

DEMENTIA 13 (1963, Francis Ford Coppola)

DEMENTIA 13 (1963, Francis Ford Coppola)

La verdad es que asumí la visión de este primer film filmado por Francis Ford Coppola –que firma sin el “Ford”, como posteriormente volvería a hacer- con muchísimo temor. Mas allá de la arqueología que podía proporcionar acercarse a esta obra de debut, lo cierto es que las experiencias previas de haber participado en la horripilante THE TERROR (1963) de Roger Corman y la temática elegida hacían presagiar lo peor. Es por ello que su resultado, con todas sus limitaciones y notorias simplezas me resultó moderadamente atractivo.

DEMENTIA 13 (1963, jamás estrenada comercialmente en España) es uno de tantos thrillers puestos de moda en las primera mitad de los años sesenta, que bebe de forma poderosa de PSICOSIS (Psycho, 1960. Alfred Hitchcock) -¿Habrá algún film mas influyente que este en el cine moderno?- En esta ocasión la interesante y al mismo tiempo chirriante secuencia progenérico nos muestra con una extraña planificación y un casposo sonido de canción roquera la descripción del personaje de Louise (Luana Anders, la esposa de Vincent Price en la cormaniana EL PÉNDULO DE LA MUERTE (The Pit and the Pendulum, 1961), la ambiciosa esposa de John Haloran. A este se le provoca un infarto en pleno viaje nocturno de barca y muere, procurando su esposa hacer creíble su ausencia ocultando su fallecimiento –lo tira al fondo del lago, junto a la radio que aún le funciona entonando la sonatina rockera-. A continuación se refugia en el castillo de la familia de su marido para intentar que su suegra modifique el testamento que la haría heredera. Una vez en el castillo de los Haloran se producen varios asesinatos que comienzan por la propia Louise y se relacionan con la lejana y accidentada muerte de la hermana pequeña de la familia, Kathleen, años atrás. La confluencia de ambas situaciones –en la que se implica tanto la dueña de la mansión como sus dos hijos, uno de los cuales está a punto de casarse- crea una extraña situación que el Dr. Caleb (Patrick Magee) investiga, hasta que finalmente esta se resuelve.

Es evidente que con este pequeño relato nos hacemos cargo de las enormes limitaciones y servilismos de DEMENTIA 13. La deuda con la obra maestra de Hitchcock es mas que evidente, y es en secuencias como la de la huída de Louise tras la muerte de su marido o la de su propio asesinato –que proporciona una curiosa variante acuática de la célebre secuencia de la ducha, integrando la tendencia nudie con la que Coppola inició su trayectoria-. Al mismo tiempo, la obra primeriza de Coppola retoma algunos planos o secuencias de THE HAUNTING (1963, Robert Wise) –sobre todo exteriores filmados en la mansión irlandesa, aunque también algunos interiores-, y su temática sería abordada retomada de conocidos referentes de producciones de la británica Hammer –films de Seth Holt, Freddie Francis, etc-, y posteriormente aplicada por otros directores de la American Internacional como Curtis Harrington –LA MUERTE LLAMA A LA PUERTA (Games, 1967)- e intentando combinar el thriller con elementos aparentemente sobrenaturales. En este aspecto, lo cierto es que la película de Coppola es bien poco destacable. Nada se sale de madre, todo es previsible, el que parece mas sospechoso es finalmente el mas inocente y viceversa.

Al mismo tiempo, serían muy abundantes tanto las incongruencias como las chapuzas que se establece en lo que es un sencillo complemento de cartelera de serie B –desde su pobrísima ambientación irlandesa, la escasa integración de secuencias como la de la boda de Richard, (William Campbell). La psicología de sus personajes es inexistente, los clichés abundan. Sin embargo, creo que el conjunto... funciona. Si DEMENTIA 13 tiene alguna notoriedad es por la posterior trayectoria de su realizador. Sin embargo, hay que decir en su favor que la película ofrece los suficientes alicientes como para no ser despachada de un plumazo. En primer lugar su atmósfera es interesante, está muy lograda. Me recuerda por momentos la de la por otro lado sobrevalorada LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES (Night of the Living Dead, 1968. George A. Romero). Su fotografía en blanco y negro y sus propias irregularidades permiten destacar sobre todo el valor de diversas de sus secuencias. Es evidente que Coppola ya demostraba ser alguien inquieto en la narrativa y la planificación, y aún reconociendo las enormes influencias, casi plagios –que por otro lado han realizado tantos otros-, los resultados al menos logran una cierta inquietud, un cierto esfuerzo en buscar detalles cinematográficos de interés. Ese intento de al menos resultar convincente en un terreno trillado y lleno de producciones deleznables, quedará al menos como una mezcolanza todo lo corta de vuelos que se quiera, pero en modo alguno desdeñable. Destacar la presencia del británico Patrick Magee, que muy pronto se incorporaría en el rodaje de LA MÁSCARA DE LA MUERTE ROJA (The Masque of the Red Death, 1964).

Calificación: 2