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CINEMA DE PERRA GORDA

THE DEAD POOL (1988, Buddy Van Horn) La lista negra

THE DEAD POOL (1988, Buddy Van Horn) La lista negra

Nunca me he considerado precisamente un admirador de la calidad interpretativa e incluso la mítica generada por Clint Eastwood actor-arquetipo. Es más, y cuando hoy día todos parecen rendirse sin reservas ante sus –evidentes pero no tan incuestionables- dotes como realizador, no puedo negar que la simpatía ante un hombre de cine lúcido con el paso del tiempo me impide olvidar un pasado en el que la rutina comercial adobada de reaccionarismo caracterizó parte de su trayectoria como actor –al margen de que en su juventud era un marmóreo intérprete, salvo en LA LEYENDA DE LA CIUDAD SIN NOMBRE (Paint Your Wagon, 1969. Joshua Logan)-.

Es por eso que esa misma distancia me hace ver con el mismo distanciamiento esta ya enésima andadura cinematográfica de ese detective Harry Calahan que debutó en la misma con la estupenda HARRY, EL SUCIO (Dirty Harry, 1971. Don Siegel). Me estoy refiriendo a THE DEAD POOL (1988) –LA LISTA NEGRA en España-, realizada de forma aplicada por Buddy Van Horn pero sin duda siguiendo los dictados de su estrella –a este respecto hay que señalar que Van Horn pronto dejó las tareas de dirección incorporándose al equipo habitual del Eastwood realizador-. En cualquier caso, creo que con la distancia que proporciona el paso del tiempo –hay que recordar que en su momento fue muy criticada-, la película se erige como un producto bastante sólido, en el que junto a una ajustada duración, un cierto inicio de escepticismo e ironía por parte del propio personaje de Calahan –que el discurrir de los años ha ido conformando las apariciones de un Eastwood actor que ha sabido como pocos trasladar su envejecimiento con enorme dignidad-, y al mismo tiempo se ofrece una nada velada mirada crítica ante la paranoia de una sociedad en la que solo importa la invasión de la intimidad y el hecho de aparecer en la televisión; los famosos quince minutos de fama de los que habla la avezada periodista que poco a poco contemplará en carne propia los excesos de una profesión mal entendida.

Y contra ello se ubica un Inspector Calahan que en esta ocasión se deja acompañar por un oriental –en ocasiones precedentes los detestaba-, que recela de los medios informativos y sigue con sus procedimientos poco ortodoxos. Y es en esta disyuntiva donde se revela la dualidad de esta película en la que lo referente al personaje principal -esa mirada escéptica ante la llegada de la vejez y el mantenimiento de unas maneras y rituales cinematográficos ya definitivamente superados-, mientras que si a mi juicio algo destaca en este THE DEAD POOL es precisamente esa visión alucinada hacia una sociedad norteamericana –una vez más, San Francisco-, con unos métodos cinematográficos que con el paso del tiempo se revelan vigentes.

LA LISTA NEGRA nos relata la sucesión de crímenes de personajes famosos en los que tiene como base una denominada “lista negra” que en su orígen no es más que un juego practicado por un extravagante realizador de cine gore. En la progresiva advertencia de la sucesión de crímenes se verá implicado Calahan, que ya es un detective popular por haber logrado la detención de un famoso “gangster” –Lou Janero-, y se encuentra igualmente ubicado en la mencionada y fatal lista de futuras víctimas. En la acción del film tiene lugar el inicio de una relación con una célebre locutora televisiva, a la que inicialmente increpa pero con la que poco a poco estrecha una amistad que está a punto de acabar trágicamente.

Esta cita de las andanzas del inspector encarnado por Eastwood mantiene alguna de los rasgos ya habituales en este casi ciclo –los planos aéreos instaurados en DIRTY HARRY- pero, contra lo que cabía temer, alcanza una notable fluidez en su ritmo y, lo que es mejor, su narrativa conserva una notable vigencia vista casi dos décadas después –no puede decirse eso en muchos de los thrillers de la época, teñidos de los peores tics de la que está considerada la peor década de la historia del cine-. Me da la sincera impresión de que nos encontramos ante una cinta sencilla, que de alguna manera se ofrece como sucesora de lo que décadas atrás se consideraba una Serie B. De ahí su corta duración y de ahí también la sencillez de su argumento, dispuesta en una sucesión de crímenes ejecutados con diferentes técnicas –uno de ellos nos muestra a un jovencísimo James “Jim” Carrey ejerciendo ya de histérica estrella de rock en unos planos (afortunadamente solo esos, narrados con cierto tono de video clip)-, de entre los que cabe destacar por su precisión los dos coches bomba, en cuyo segundo exponente brinda una –quizá excesivamente dilatada- persecución por las calles de un San Francisco generalmente bien aprovechado en sus exteriores.

En definitiva, no cabe citar que THE DEAD POOL sea un título para las antologías, pero el tiempo ha demostrado que en su notable sencillez pervive como un producto comercial ejecutado con solvencia y sentido del ritmo. Notable prestación musical del habitual Lalo Schifrin

Calificación: 2’5

3 comentarios

Andrés Arango -

Si bien fue la más débil de toda la serie "Dirty Harry" yo piens que Eastwood ha tenido varias pelís donde es básicamente el lacónico y marmóreo vaquero desalmado que incluso llego a plasmar en el mismo Callahan, sin embargo "Paint your Wagon no es una excepción, se nota que nunca viste "The Bridges of Madison County" donde se le puede ver llorando de amor bajo la lluvia.

Anónimo -

¡ALEGRAME EL DIA!

¡¡¡BANG, BANG!!!

Anónimo -

la peli es cojonuda clint es un duro de los que hacen época, pero tu comentario es un pelin petulante.