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CINEMA DE PERRA GORDA

AFTER THE THIN MAN (1936. W. S. Van Dyke) Ella, él y Asta

AFTER THE THIN MAN (1936. W. S. Van Dyke) Ella, él y Asta

Recuerdo que hace unos pocos años tuve la ocasión de repasar un número de la desaparecida revista “Nickelodeon” –que dirigía José Luís Garci- dedicado a la screewall comedy. Entre sus contenidos, y como ha sido norma casi habitual en la publicación, se formuló una encuesta entre 100 críticos y aficionados, destacando cada uno de ellos sus comedis predilectas. De su resultado me sorprendió que un título que no desconocía por completo, lograra un total de siete votos, y situándose por encima de la magnífica TWENTIETH CENTURY (La comedia de la vida, 1934. Howard Hawks) y detrás de la cima de la filmografía de los Hnos. Marx DUCK SOUP (Sopa de ganso, 1933. Leo McCarey).

Mantuve la curiosidad bastante tiempo hasta que finalmente he podido contemplar AFTER THE THIN MAN (Ella, él y Asta, 1936. W. S. Van Dyke) que en principio no es más que una secuela del gran éxito obtenido por THE THIN MAN (La cena de los acusados, 1934. W. S. Van Dyke), en la que se consagró la pareja de comediantes que formaba William Powell y Myrna Loy, y encarnando el primero a Nick Charles el detective, y la segunda a Nora, su esposa.

En esta ocasión el matrimonio visitará la casa de una antipática tía de ambos, que confiesa estar preocupada por la ausencia del marido de su hija. Ello no será más que inicio de una trama detectivesca en la que Nick se verá obligado a ejercer su auténtica vocación dentro de una historia en la que se producirán diversos crímenes –empezando por el del propio esposo desaparecido-, pero posteriormente extendidos a dos cadáveres más.

En todo caso, no encuentro por ningún lado las presuntas “grandezas” de la película de W. S. Van Dyke, que parecían señalar las preferencias de algunos de los votantes en la ya citada encuesta. Con AFTER THE THIN MAN se plantea una rutinaria producción policíaca con toques de comedia irónica, y cuya verdadera efectividad se ciñe a muy contados momentos. Entre sus elementos positivos es indiscutible señalar que la película tiene una notable soltura cinematográfica –algo sorprendente, viniendo de la mano del generalmente ampuloso realizador-. Por otra parte, una vez más se logra la química en la pareja protagonista, y en el caso de Nick, su mirada siempre irónica y distanciada y sus mordaces comentarios a modo de sentencia, logran algunos instantes realmente divertidos.

Al margen de esas características concretas, creo que el único fragmento realmente brillante de la película, se centra en el fragmento desarrollados en un pequeño hotel donde el detective es atacado en la oscuridad (por Joseph Calleia), descubre las claves de los asesinatos y hasta aparecen dos cadáveres más. El último de ellos surgirá en el interior de una cesta, y permitirá a Nick un diálogo memorable.

Pero más allá de estos elementos concretos, AFTER THE THIN MAN queda como un producto tan correctamente realizado, como gris en el resultado final. No dudo que en el momento de su estreno este ciclo fuera considerado como el “no va más” de la comedia sofisticada de misterio, pero décadas después se efectividad ha quedado como un residuo de pura arqueología cinematográfica. Eso sí, es estupendo el personaje del viejo criado de la tía Katherine, que en todo momento se encuentra casi a punto de desmotarse en sus evoluciones físicas.

Calificación: 1’5

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