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CINEMA DE PERRA GORDA

SUPERMAN RETURNS (2006, Bryan Singer) Superman Returns

SUPERMAN RETURNS (2006, Bryan Singer) Superman Returns

No voy a reiterar por enésima vez el escaso apego que siento hacia las películas basadas en comics, pero si que cabe mencionarlo en esta ocasión, cuando además se trataba de la obra de un realizador que en anteriores muestras de este subgénero, nunca he negado que me han aburrido soberanamente bajo su aparente cuidado formal. Es así como las dos primeras entregas de los célebres X-MEN, me forjaron la imagen de un Bryan Singer amanerado y la búsqueda de la pretenciosidad en sus adaptaciones cinematográficas de superhéroes de relato gráfico, que han alcanzado una auténtica legión de admiradores, pero entre los que reconozco no encontrarme. Bien es cierto que de forma previa, y amparado bajo sugestivos guiones –me estoy refiriendo a títulos como THE USUAL SUSPECTS (Sospechosos habituales, 1995) y APT PUPIL (Verano de corrupción, 1998)- ya se había mostrado su capacidad para la creación de imágenes cuidadas y atmósferas mórbidas. En cualquier caso, no puedo negar la sorpresa que me ha producido la contemplación de SUPERMAN RETURNS (2006). Sin negar la polémica recepción que su resultado ha suscitado, y la cierta decepción a nivel de recepción e incluso de taquilla alcanzada por sus resultados, no puedo dejar de manifestar que me parece la película más lograda de su realizador, la adaptación más valiosa que se ha realizado del que quizá es el más famoso personaje del cómic norteamericano, y probablemente la más lograda propuesta de este subgénero estrenada en los últimos años. Se que estas manifestaciones van a resultar muy poco compartidas, que la mítica generada –a mi juicio de forma poco justificada- con el SUPERMAN (1978) dirigida por Richard Donner ha supuesto un referente utilizado en contra de esta propuesta, y que el habitual y creciente narcisismo de Singer contribuye no poco a generar esta sensación –no hay más que contemplar los extras que proporcionan su edición en DVD; en ellos se tiene la sensación que al realizador le hubiera gustado encarnar el rol protagonista-.

Pero si se logran dejar de lado estos prejuicios –que pesan, y no poco- y uno se deja llevar por las imágenes de SUPERMAN RETURNS, no tardará mucho en reconocer que se está asistiendo a un auténtico espectáculo cinematográfico confeccionado con medios, si, pero también con inteligencia, sensibilidad y una nada oculta capacidad de reutilizar y potenciar aquellos elementos que han forjado la mitología del personaje, integrándolos en una visión renovada del héroe, que les permite además incorporar una visión nada complaciente de los terrores post 11-M, a partir de los cuales se deja caer esa necesidad de la fe y la presencia en su sustitución de los héroes, en una sociedad totalmente noqueada ante la presencia de elementos que ponen en cuestión su aparente perfección.

Es en ese contexto, donde el film de Singer plantea por un lado una muy inteligente reinvención en el planteamiento del personaje, al que se ve retornar a la tierra tras varios años que se ha ausentado para visitar los restos de su planeta –Krypton-. Será un viaje de búsqueda de sí mismo, del cual retornará a nuestro planeta comprobando que aquello que más le importaba, ya no puede ser suyo. Vuelve como Clark Kent al Daily Planet, pero allí comprobará que Louis ha tenido un hijo y vive junto a Richard White (un muy ajustado James Marsden), manteniendo ambos una relación que no se ha visto ratificada por el matrimonio, pero que de facto, supone la renuncia a la espera de Superman. Es más, Lane ha logrado un premio Pulitzer, con un artículo titulado “Por que no necesitamos a Superman”. Pese a esa pretensión, el retorno del superhéroe pronto se hace notar en la sociedad, por medio de sus espectaculares acciones, que al mismo tiempo pondrán en marcha las expectativas de su eterno enemigo Lex Luthor (Kevin Space), de deshacerse de su rival de siempre. Y es en medio de una sociedad que en el fondo no puede prescindir de la existencia de héroes que sirvan de ejemplo a la misma y el dolor del propio superhéroe por no poder acceder a los más nobles sentimientos del ser humano –compartir su vida con una mujer y vivir una vida familiar-, se desarrolla una propuesta en la que el espectáculo siempre queda en un segundo lado dentro de la querencia por el desarrollo de sus personajes, y en la que se desprende un alto grado de infelicidad –la de Superman al no poder tener a su lado a Louis, la de la propia Louis al no haber entendido en su momento la ausencia del gran amor de su vida, o la del bonachón Richard, que pese a su nobleza, nada puede hacer para evitar intuir que él queda en un segundo término dentro del corazón de Louis-.

Dentro del bagaje de cualidades del film de Singer, destaca en primer lugar esa lograda atemporalidad del radio de acción urbano de la película, que logra integrar la estética decò propia de los años 30 y de las habituales narraciones del personaje, con la de nuestros días, proporcionando una singular y estilizada textura visual al conjunto. Por otro lado, resulta muy interesante el grado de reinvención-revisitación que proporciona el desarrollo de la película, que por un lado se erige como continuación del referente ya mencionado firmado por Donner, mientras que de forma paralela propone una relectura del mismo. Sin duda, un muy interesante planteamiento de guión, que al mismo tiempo nos permite asumir la sensación de encontrarnos con un producto familiar –sobre todo aquellos que en su momento quedaron impactados por el título citado-, mientras que a otros les llevará a encontrarse con un producto novedoso. No es habitual, y menos aún en propuesta de este subgénero, encontrarse con un planteamiento tan interesante y elaborado.

Es evidente, que esos ecos de traslación de una época procedente de los años 30, con las ansias y angustias del norteamericano o el occidental de inicios del siglo XXI, proporcionan una base muy sólida, sobre la que solo falta añadir la destreza visual de Singer para lograr que este SUPERMAN RETURNS sea algo más que un sleeper veraniego. Estoy por pensar que la densidad de sus planteamientos ha sido quizá lo que ha impedido que la película sea ese éxito rotundo que merece, y que han logrado otras propuestas de características similares y resultados de mucha menor entidad. Sea o no por esta circunstancia, lo cierto es que personalmente, esas casi dos horas y media de película, en absoluto se me hicieron pesadas, ya que pese a algún leve bache, tuve la impresión de asistir a un magnífico espectáculo cinematográfico, que me proporcionaba una extraña humanidad del heroico icono de la cultura estadounidense, mucho más cercano como ser sufriente que en la tan rememorada cinta de Donner. Se habla a este respecto de una ausencia de sentido del humor, y para mi esa es una de las cualidades que la hacen emerger sobre su referente, en donde los malvados –encabezados por Gene Hackman- resultaban demasiado caricaturescos. En su defecto, el que propone Kevin Spacey es tan comedido en sus actitudes como brillante y maligno en sus planteamientos y acciones.

Toda la película adquiere ese tono de exacerbación del tormento interior del héroe, al comprobar como en su ausencia ha sido olvidado, de la necesidad de una sociedad en crisis de apoyarse en símbolos y héroes que les permitan tener esperanzas, y el planteamiento del personaje como un nuevo mesías que se ofrece como salvador o referente en la humanidad. Y digo bien la humanidad, y no solo Estados Unidos, puesto que como queda bien claro en el film de Singer, la cobertura mediática universal es la que permite que su figura, como cualquier otra noticia de relieve, pueda ser conocida en todo el planeta y de forma global, prácticamente al instante. A ese respecto tan revelador, responde la forma con la que a través de la pantalla de televisión de numerosos países, se ofrece la imagen del nuevo icono–deidad, como esperanza de la humanidad.

En cuanto película de gran presupuesto, creo que en esa vertiente nadie puede dudar de la minuciosidad de aquellos momentos en donde se hace gala de una perfección técnica casi majestuosa. Los críticos del film han hablado de la ausencia de más secuencias de acción. En mi opinión, las que se insertan son suficientes –y rotundas; la secuencia de la salvación del boeing, que se detiene en un estadio de béisbol con las gradas llenas de un público que aplaude enfervorizado la hazaña, es una auténtica pieza maestra cinematográfica, que logra que el espectador se “enganche” definitivamente con la película. Pero es cierto que las intenciones de sus responsables van más en la línea de la interiorización, para lograr un melodrama fantástico en el que discurran una serie de propuestas temáticas que se erigen como vasos comunicantes, y en la que cabe incidir la presencia del pequeño hijo de Lois, como posible heredero del superhéroe. Que un título que ha de responder a las expectativas de un presupuesto tan elevado, se incline más por el desarrollo de personajes y situaciones dramáticas, bajo mi punto de vista solo debe ser motivo de elogio si además logra, como es el caso, conciliar esos intereses con la demostración de un espectáculo para adultos. Evidentemente, para la total unión de todos estos elementos –a los que habría señalar la perfecta definición de personajes secundarios, o el sadismo que ofrecen secuencias como la brutal paliza que recibe el héroe, amortiguado en sus fuerzas por la acción de la kryptonita-, hay que resaltar el acierto que ha supuesto la elección de Brandon Routh para encarnar nuevamente al héroe por excelencia. Retomando en su espectacular presencia física –que es mimada por la cámara de Singer con autentica devoción- el referente creado por Christopher Reeve, vuelvo a considerarme hereje al preferir la labor de Routh, quien logra ofrecer a través de su encarnación como Supermán, un aura casi misticista, mientras que en su encarnación de Clark Kent demuestra ser un fino comediante. Ese equilibrio mantenido por el joven y casi novel intérprete en estas dos vertientes, es el que a mi juicio me induce a preferirlo sobre el previo Reeve, que si bien interpretando al protagonista resultaba impresionante, cuando lo hacía con Kent me resultaba en todo momento chirriante y poco dúctil con la comedia.

Pero más allá del análisis separado de sus elementos, lo cierto es que SUPERMAN RETURNS discurre con enorme fluidez, tomándose sus tiempos, y logrando secuencias tan románticas como el reencuentro y paseo de Superman y Louis –que bajo mi punto de vista supera la del referente en el film de Donner-, o la rotundidad con la que el superhéroe logra salvar a Laine, su hijo y su acompañante, de forma realmente impresionante, el rescate de la cúpula del Daily Planet, o la salvación de la invasión de EE. UU. entre la tierra de otro continente formado artificialmente por Luthor.

En definitiva, a nivel personal SUPERMAN RETURNS ha supuesto una de las grandes sorpresas del año. No digo con ello que me encuentre ante una obra maestra, pero sí quizá con una de las más valiosas aportaciones del subgénero realizadas hasta el momento, y la abierta posibilidad de poder reutilizar sus materiales de base para lograr un espectáculo de la más alta calidad, en el que además pueden dejarse entrever una serie de elementos de reflexión.

Calificación: 3


1 comentario

paola -

A mí también me gustó mucho la película de Superman regresa, como bien mencionas no es una obra de arte, pero está bien realizada, me gustó que su enemigo fuera Lex Luthor, pues es uno de mis villanos favoritos, y con los efectos especiales se ve aún mejor.