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CINEMA DE PERRA GORDA

ELIZABETHTOWN (2005, Cameron Crowe) Elizabethtown

ELIZABETHTOWN (2005, Cameron Crowe) Elizabethtown

Por encima de cualquier otra consideración, ELIZABETHTOWN (2005, Cameron Crowe) es una pequeña tomadura de pelo, mostrando bajo la apariencia de un viaje existencial de su personaje protagonista a través de la “América profunda”, lo que en el fondo es una blanda comedia juvenil revestida de falsos oropeles de trascendencia. La película nos cuenta el enorme fracaso –se subraya con malicia la diferencia entre el fracaso y el “fiasco” que vivirá en carne propia el protagonista-, sufrido por Drew Baylor (Orlando Bloom), un joven y prometedor diseñador que ha dedicado ocho años de su vida al diseño de un revolucionario calzado deportivo. Contra todos los pronósticos, el lanzamiento del modelo resulta un espectacular fracaso, arruinando prácticamente a la empresa con unas deudas de mil millones de dólares, y llevando a su creador al mayor de los hundimientos psicológicos. Cuando está a punto de quitarse la vida, recibe la inesperada noticia de la muerte de su padre, lo que le obligará a viajar hasta la pequeña localidad de Elizabethtown. Este desplazamiento le llevará por un lado a conocer a una extrovertida azafata de vuelo –Claire Colbrun (Kirsten Dunst)-, y por otro al descubrimiento del entorno humano en el que vivía su padre -muy diferente al competitivo caracterizado en su profesión-, definido por una bonhomía característica de los ambientes rurales norteamericano. A partir de este contraste, es evidente que algo se transformará en la personalidad de Baylor, mientras que su progresiva cercanía con Claire le hará ver que en la vida hay algo más que la dependencia con el triunfo o el éxito profesional.

ELIZABETHTOWN se inicia de forma muy atractiva, describiendo con un notable ritmo y sentido de la ironía el calvario que está sufriendo Drew al tener que sufrir las consecuencias del fracaso de su prometedor diseño de calzado. Retomando ese hundimiento profesional que definía la insufrible JERRY MAGUIRE (1996) también realizada por Crowe –aunque por fortuna introduciendo un mayor sentido de la medida visual e ironía en su desarrollo, además de no estar al servicio del torpe histrionismo de Tom Cruise, uno de los productores de esta cinta-, se nos muestra el estado de hundimiento psicológico sufrido por nuestro protagonista, que con el oportuno contrapunto de su voz en off nos subraya la reacción que su “fiasco” provoca en los que hasta hace poco fueron sus compañeros de empresa. Son unos minutos estos en los que la película logra prender la atención del espectador aunque, lamentablemente, constituyen un espejismo ante cualquier expectativa, ya que muy pronto los previsibles elementos de interés de la película se evaporan como auténticas pompas de jabón. Y es que las clamorosas insuficiencias o defectos del film de Crowe se hacen notar muy pronto, hasta tomar fuerza en un conjunto blando, edulcorado, innecesariamente dilatado en su metraje, y con un regusto final a conservadurismo, envuelto en la cuidada selección musical de su banda sonora –todos conocen la especialización en la materia demostrada por el realizador, que en su juventud ejerció como crítico musical.

Hay un elemento que limita poderosamente el posible interés de ELIZABETHTOWN. Este no es otro que la incapacitación y blandura demostrada por Orlando Bloom al encarnar al protagonista. Sorprendente estrella juvenil de nuestros días, caracterizado por su ausencia de carisma en pantalla, Bloom me sorprendió gratamente en KINGDOM OF HEAVEN (El reino de los cielos, 2005. Ridley Scott), demostrando quizá su relativo encaje en títulos de época. Pero su protagonismo en esta película deviene lamentable, al comprobar que su dicción y nulas actitudes dramáticas y como comediante, arruinan una película destinada por completo a su previsible y frustrado lucimiento. A su lado, Kirsten Dunst se muestra con mayor personalidad, aunque lo cierto que su personaje eternamente sonriente y optimista, carezca de la más mínima entidad como tal. Pero es que junto a ello, el film de Crowe resulta bobalicón en su descripción del marco rural y tradicional de la localidad del fallecido, donde de alguna manera deja entrever una mirada teñida de un nada oculto conservadurismo, que le lleva a idealizar un contexto pacato y nada realista. La película resulta larga, muy larga –con una duración de hora y media habría ganado en agilidad y ritmo-, para lo poco que cuenta, con una escasa dosificación de los momentos pretendidamente escorados a la comedia –la secuencia en la que el protagonista recibe en el hotel varias llamadas consecutivas; el encuentro con un recién casado al que comenta la muerte de su padre; la propia secuencia final en la que Drew recorre el epicentro de Norteamérica-, que en su dilatada duración pierden totalmente su eficacia.

¿Qué queda pues, en ELIZABETHTOWN? La verdad es que muy poco, un diseño de producción digno, algunos instantes en los que se destila una cierta autenticidad cinematográfica, y fundamentalmente, una secuencia realmente admirable, que da la medida de las posibilidades que la película podría haber albergado y que, lamentablemente, se echan de menos en el resto del metraje. Me estoy refiriendo a la que protagoniza la excelente Susan Sarandon en la ceremonia organizada en memoria de su desaparecido esposo. Con un ritmo modulado por una adecuada planificación centrada en los giros de la alocución y la interpretación de la actriz, en esos momentos se logra ese aura casi envolvente y mágica de la que carece el conjunto de una película que deviene rápidamente insustancial. Y es que, como en tantas otras ocasiones en el cine “mainstream” de los últimos años, se nos pretende dar gato por liebre, envolviendo de aparente trascendencia lo que no es más que una tonta comedia destinada al previsible mercado adolescente, ofreciendo en bandeja el inexistente carisma de Orlando Bloom. Lo cierto es que ni siquiera en este terreno logró sus objetivos, pinchando la película en la taquilla USA.

Calificación: 1

1 comentario

Cynthia Bejarano -

A mi me parecio genial esta pelicula!!! una de mis frases favoritas:

have the courage to fail big
and stick around.Make them wonder
why you're still smiling. That's true greatness to me.