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CINEMA DE PERRA GORDA

LOOKING FOR TROUBLE (1934, William A. Wellman) Una avería en la línea

LOOKING FOR TROUBLE (1934, William A. Wellman) Una avería en la línea

Tras una febril y fructífera andadura en el seno de la Warner -estudio al que posteriormente retornaría, y en el que concluiría su dilatada andadura cinematográfica- William A. Wellman abandona en 1933 la major a la que había proporcionado no pocos títulos de gran interés, y atiende la petición de Darryl Zanuck, quien tras abandonar el mismo estudio, había creado la Twentieth Century Productions que, a finales de 1934, se convertiría, tras la fusión con William Fox, en la Twentieth Century Fox.

En ese interín, Wellman asume la realización de LOOKING FOR TROUBLE (Una avería en la línea, 1934). Una curiosa Buddie Movie, protagonizada por Spencer Tracy y Jack Oakie que, al parecer, se caracterizó en su rodaje, por los constantes enfrentamientos entre el realizador y su principal estrella, e incluso alguna pelea entre el propio Wellman, y uno de sus ayudantes de dirección; Mike Lally. Nos encontramos, de entrada, con un atractivo preámbulo que, mediante un vibrante montaje, sin diálogos, acierta a introducirnos en el entorno y la importancia de las líneas telefónicas, a la hora de propiciar la vida activa de la ciudadanía norteamericana. Será un preludio dominado por el nervio, en el que percibiremos ese montaje vertiginoso propio de la Warner, del que Zanuck y Wellman fueron parte activa de su implantación y desarrollo. La película plantea, por un lado, el encuentro del muy considerado Joe Graham (Tracy), operario especialmente respetado en una compañía de averías telefónicas, que desdeñará una oferta ventajosa, para ocupar un cargo ejecutivo, de mayor remuneración en la firma, ya que se trata de alguien acostumbrado a la acción física. En su labor habitual, se le incorporará como ayudante, al recién llegado Casey (Oakey), caracterizado por su sempiterna e incluso molesta tendencia a las bromas. Juntos empezarán con las tareas de reparación, conociéndose y consolidándose la relación con dos mujeres. Una de ellas es la novia de Jo -Ethel Greenwood (Constance Cummings)-. La otra, una amiga de la primera, es Maizie Bryan (Arline Judge), quien pronto quedará ligado al festivo Casey.

Todo ello, conformará un relato, que inicialmente no revestirá un excesivo interés. Hay demasiadas convenciones. Demasiada superficialidad, en una película, a la que le cuesta arrancar y adquirir personalidad propia. Sin embargo, contra todo pronóstico, LOOKING FOR TROUBLE irá despertando en su severidad. Sobre todo, a partir de describir el lado oscuro del joven James Regan (Paul Harvey), el hasta entonces compañero laboral de Joe, al que descubrirá como cliente destacado, en un garito al que han iodo a reparar sus líneas telefónicas. Una vez allí, al pinchar Casey involuntariamente la línea, descubrirá la intención de la policía de hacer una redada en dichas instalaciones, noticia que involuntariamente percibirá Regan, poniendo en antecedentes al dueño del mismo. Ello supondrá, finalmente, el definitivo enfrentamiento entre este y Joe, siendo despedido de la compañía. Sin embargo, el corazón de Ethel se encuentra dividido entre Joe -al que reprocha dedicar todo su tiempo al trabajo, teniéndola siempre en segundo término-, y los constantes galanteos del colega de Joe, con el que finalmente se incorporará en su extraño despacho.

Lo cierto es que una película como LOOKING FOR TROUBLE, revela tanto ritmo como agujeros en su guion -ese casi vertiginoso traslado laboral del siniestro Regan-. Tanta ligereza como carencia de profundidad en su galería de personajes. Pero, como antes señalaba, será en su segunda mitad, cuando la película alce el vuelo. Lo hará, a partir de la incorporación de la subtrama, que relata el intento de asalto de las oficinas bancarias, que se encuentran pared con pared con la oficina que comanda James, y en la que se encuentra como empleada Ethel, que ha abandonado su trabajo como teleoperadora, para poder huir del entorno de Joe. A partir de ese momento, el film de Wellman adquiere un relativo grado de densidad, del que carecía con anterioridad, adquiriendo su argumento una cierta complejidad, con el intento de los dos trabajadores, por abordar ese asalto, que intuyen se está produciendo, y que finalmente lograrán abortar, no sin poner en riesgo sus vidas.

No será el primer quiebro en la línea dramática de la película, ya que los derroteros del film de Wellman, nos trasladarán a un insólito escenario, en el que Ethel será acusada del asesinato de Regan. A partir de se momento, de manera casi frenética, se intensificará la búsqueda por parte de Joe y Casey, viajando hasta Palm Beach, al objeto de intentar contactar con la aviesa y frívola Pearl La Tour (Judith Wood) -con la que Joe llegó a coquetear-, convencidos como están de que en su testimonio se va a poder vehicular la inocencia de la encarcelada. Una vez más, ese sentido de la desmesura se adueñará en una búsqueda casi leonina, que finalmente dará el resultado apetecido, posibilitando el reencuentro de Graham con La Tour. Sin embargo, en un insospechado giro, la acción incorporará un tremendo terremoto, en el que dentro del dramatismo -y la fuerza- de sus imágenes, Joe intentará, por todos los medios prolongar la vida de la muchacha, herida de muerte en el fragor del terremoto, para lograr con ello su confesión, instantes antes de morir. Todo ello, permitirá describir un sorprendente y percutante climax, en el que no faltará el desesperado intento de Joe para alcanzar, instantes después de haber finalizado el terremoto, una línea telefónica, extraída de unos postes casi destruidos, al objeto de que la muchacha, en un gesto postrero de honestidad, confiese su crimen.

No puede decirse que LOOKING FOR TROUBLE se encuentre, ni de lejos, entre lo más reseñable, de la excelente filmografía de Wellman. Sin embargo, justo es reconocer que, pese a un inicio y a un tercio largo de su metraje bastante insustancial, sabe levantar el vuelo, extrayendo conejos de la chistera a nivel argumental, que casarán con pertinencia, con el estilo nervioso y percutante de este magnífico director. Ya es bastante.

Calificación: 2

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