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CINEMA DE PERRA GORDA

SENSE AND SENSIBILITY (1995, Ang Lee) Sentido y sensibilidad

SENSE AND SENSIBILITY (1995, Ang Lee) Sentido y sensibilidad

Quizá el haberme situado siempre de forma remisa ante la llamada anual de “las películas que hay que ver cada temporada” –y pondré dos ejemplos de los últimos meses: la española MAR ADENTRO y la norteamericana THE AVIATOR-, me ha permitido valorar de forma desapasionada esas películas de qualité que se destacan cada año, algunas hipervaloradas y galardonadas generalmente en los festivales de Berlín y la ceremonia de los Oscar –son sus lugares adecuados de explotación-, y posteriormente en muchos casos vilipendiadas –sería cuestión de hacer un estudio al respecto-.

Esa distancia y el hecho de llegar a mi alcance e interés apriorístico la visión de algunos de dichos éxitos fulgurantes por lo menos tiene la ventaja de verlos sin prejuicios ya que las valoraciones contrapuestas que se han establecido poco tiempo después de su estreno ya pasaron al olvido. SENSE AND SENSIBILITY (1995) –SENTIDO Y SENSIBILIDAD-, es uno de los ejemplos del enunciado antes señalado. Se trata de una hábil producción que tiene la mano de la avispada y excelente actriz Emma Thompson –autora de la adaptación de la novela de Jane Austen en la que se basa el film y que logró un Oscar aquel año-, y que al mismo tiempo supuso el pistoletazo de salida del taiwanés Ang Lee de cara a su posterior aterrizaje en el cine norteamericano con la magnífica THE ICE STORM (1997) –LA TORMENTA DE HIELO-.

Más allá de la fidelidad o no de la película con respecto a la novela que le sirve de base –nunca me cansaré en reconocer mis limitaciones en cultura literaria-, y que al parecer se resumen en una simplificación de su espíritu; pasando por encima que al no haber seguido buena parte de la filmografía -poco extensa aún- de Lee, tampoco puedo hablar ante esta película de la presencia de un mundo personal –que de por sí tampoco implicaría sus mayores o menores cualidades-. Pese a todos estos condicionantes no puedo ocultar el hecho de que en mi opinión SENSE AND SENSIBILITY se ofrece finalmente como un producto dirigido al gran público -que duda cabe-, pero ejecutado con profesionalidad, un notable refinamiento, las suficientes dosis de emotividad, esmero en su plasmación visual, ritmo cinematográfico modulado y admirable conjunto interpretativo como para que me merezca el suficiente reconocimiento.

SENTIDO Y SENSIBILIDAD podría haberse reducido a una simple imitación de las edulcoradas andanzas de las MUJERCITAS de Louise May Alcot, mas no son esos sus resultados. Su eje narrativo gira en torno a las circunstancias que sufren Elinor y Marianne Dashwood (Emma Thompson y Kate Winslet, respectivamente), ambas hermanas e hijas de la segunda esposa de un acaudalado caballero que a su muerte decide entregar su mansión a su hijo primogénito –John (James Fleet)- aunque pidiendo a este en su lecho de muerte que cuide de su madrastra y hermanastras. Este –influenciado por su antipática esposa- cumple muy pobremente el mandato de su difunto progenitor y las tres hermanas –a las dos señaladas se une la pequeña Fanny- y su madrastra las manda abandonar la mansión. Será en sus últimos días en la misma cuando Elinor conocerá a Edward Ferrari (Hugo Grant), con el que rápidamente se establecerá una extraña atracción hasta que este tiene que acudir repentinamente a Londres. Las féminas de esta familia se trasladan finalmente a una nueva casa en la que trabarán contacto con una familia caracterizada por sus chismorreos. Sobre su entorno surge la figura del coronel Brandon (Alan Rickman) quien muy pronto se ve atraído por la alocada Marianne. Esta no obstante entrega su amor en la persona del apuesto y galante John Willoughby (Grez Wise, actual esposo de la Thompson), iniciando con él una apasionada relación que del mismo modo se interrumpe cuando el ha de acudir apresuradamente a Londres.

Por consejo que la ridícula familia que acompaña a las Dashwood, las dos hermanas mayores viajan a Londres con la intención nada velada de encontrarse con los hombres a quienes aman y cuya repentina desaparición de escena resulta inquietante. Ambas se llevarán enormes decepciones puesto que Ferrari adquirió en el pasado un compromiso con otra mujer, mientras Willoughby finalmente se ha comprometido por dinero y para salvaguardar una situación que ponía en cuestión su caballerosidad, pero su verdadero amor por Marianne siempre quedará amargamente vinculado a su personalidad. Por su parte el coronel Brandon logrará finalmente el cariño y el aprecio de Marianne –mas nunca la pasión amorosa que esta demostró por Willoughby-, mientras que en una pirueta de guión un tanto rebuscada, Edward regresa hasta Elinor y le anuncia que su prometida decidió casarse con su acaudalado hermano y por ello permanece libre, ofreciéndole su corazón de por vida.

SENSE AND SENSIBILITY se brinda como un retrato de las convenciones sociales de una Inglaterra rural y urbana de entorno victoriano, caracterizadas por la hipocresía y el peso social que otorga el dinero –en eso apenas hemos avanzado-. Al mismo tiempo se brinda en la contraposición de los caracteres de las dos hermanas protagonistas y a nivel visual se caracteriza por un cuidado esteticismo en la elección de sus encuadres. Esta circunstancia se combina con acierto en su condición de “gran producción”, de la cual afortunadamente no abusa erigiéndose como un relato muy contenido en dicha plasmación plástica –abundan los planos generales pausados, las panorámicas y escasean las grúas tan habituales en este tipo de films. Es en este sentido donde la película destaca por su cuidado visual, la perfección de su plasmación fotográfica y la sobriedad de su planificación, que sin duda es un rasgo que Ang Lee trasladó a su primera aventura norteamericana, la ya mencionada LA TORMENTA DE HIELO

La película reserva una parte nada desdeñable para la emotividad, que se ofrece en momentos como el llanto inicial de la madre ante la imposibilidad de seguir en su casa. Mas adelante Elinor expresará su dolor cuando ve que Edward se va y finalmente de forma más dura Marianne al enterarse de que Willoughby se ha marchado repentinamente tras un rápido pero intenso romance. Tristeza también por parte de Brandon al ver que su afecto hacia Marianne no puede tener lugar la deseada correspondencia mientras esta aún sienta algo por el joven jinete. Es en esa conjunción de personajes, sufrimientos y amores no recibidos en la misma medida, cuando SENSE AND SENSIBILITY adquiere sus mejores momentos, de entre los que habría que destacar el retorno final de Eward hasta Elinor, ofreciéndole sus sentimientos de por vida, y cuya secuencia real nos es relatada de forma distendida por la mas joven de las hermanas al subirse a su caseta en el árbol mientras el espectador no puede contemplar esa escena –aunque un instante antes si que haya podido asistir a la reacción de felicidad de la sensible amada-.

Ciertamente, uno de los capítulos en los que SENTIDO Y SENSIBILIDAD adquiere sus mejores cartas de naturaleza es el terreno interpretativo. Admitiendo de entrada la brillantez de todo su cast, no es menos cierto que son la propia Emma Thompson –su sollozo teñido de felicidad tras las palabras de entrega por parte de Edward es realmente conmovedor-; Kate Winslet –igualmente desencajada de dolor tras acudir a la fiesta en Londres en la que ve a Willoughby con otra mujer y se entera de sus próximas nupcias con ella-, o el propio Alan Rickman que compone su personaje del coronel Brandon con un hálito de dignidad humana y compresión de las circunstancias de la mujer a quien ama –Marianne-, a la que finalmente podrá ofrecer quizá no esa pasión que sí hubiera marcado el joven jinete –que contemplará montado a caballo y con aspecto abatido la ceremonia de la que siempre quedará como su verdadero amor-, pero sí al menos ese cariño necesario para una estabilidad en el cariño entre una pareja.

No es poco lo que nos ofrece, de forma siempre caracterizada por un ritmo sensual pero acompasado, este SENSE AND SENSIBILITY. Es innegable que en la película desentonan algunos personajes trazados de forma caricaturesca –como los propios herederos que se nos muestran al inicio o los vecinos chismosos y su hija tan desagradable (la hoy tan en boga Imelda Staunton). Quizá su conclusión final sea que la vida en muchas ocasiones no se disfruta tal y como desearíamos, sino según nos lo permite las circunstancias, reglas de moralidad y posibilidades económicas que marca cualquier sociedad.

Calificación: 3

3 comentarios

jacob -

He leído el libro y es un libro muy bueno, al igual que la pelicula. Gracias a Jane Austen por estas grandes obras.

EVA!* -

Hey! amo esta película! es genial! y además sale mi actor favorito!!!!! ALAN RICKMAN! mejor no podia ser

nOe -

vi la peli en ingles y vi lei el libro en ingles y esta re bueno