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CINEMA DE PERRA GORDA

I WALK ALONE (1948, Byron Haskin) Al volver a la vida

I WALK ALONE (1948, Byron Haskin) Al volver a la vida

Contemplando I WALK ALONE (1948, Byron Haskin) –rebautizada en España como AL VOLVER A LA VIDA-, uno no puede más que remitirse a algunos de los rasgos con los que los especialistas Bertrand Tavernier y Jean-Pierre Coursodon la definían en el repaso a la trayectoria de su realizador en la imprescindible “50 años de cine norteamericano”. En su referencia hablaban de la clarísima influencia que esta película ofrecía con respecto a THE STRANGE LOVE OF MARTHA IVERS (1946, Lewis Milestone) –también producción de Hal Wallis para la Paramount, de la cual al parecer Haskin filmó algunos planos y que mantiene en este caso la presencia en el reparto de Kirk Douglas y la lacia Lizabeth Scott en papeles de similares características-. Al mismo tiempo es notoria la semejanza con los protagonistas masculinos de la magistral RETORNO AL PASADO (Out of the Past, 1947. Jacques Tourneur) –en aquella Douglas era igualmente el villano y el personaje encarnado por Mitchum podría tener su equivalencia con el aquí interpretado por un joven –quizá demasiado- Burt Lancaster. Estas similitudes van incluso hacia el tipo de iluminación que se observa en algunas secuencias, en especial en la estupenda del duelo que tiene lugar en penumbra en la mansión de Noll “Dink” Turner –el rol encarnado por Douglas-.

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I WALK ALONE relata la historia de Frankie Madison, joven delincuente que ha permanecido catorce años en prisión al haber sido atrapado en una huida tras un robo en camión tras separarse de su antiguo compañero Noll. En este largo periodo su antiguo compañero ha ido “blanqueando” su condición de delincuente, participando en determinadas compañías que le llevan a regentar un club nocturno con gran éxito y dejando de lado a su compañero, que únicamente ha ido recibiendo la visita de su común amigo Dave (un excelente Wendell Corey, el mejor del reparto), actual contable del antiguo compañero de Frankie. Cuando este sale de la cárcel reclama de su lejano camarada la mitad de sus pertenencias –tal y como tenían acordado verbalmente-, petición que Noll rechaza provocando que este reaccione reclutando un grupo de individuos para forzar dicha reclamación. No solo no la consigue sino que por orden de Dink recibe una paliza, provocando la adhesión de la hasta entonces amante de “Dink” –Kay (Lizabeth Scott)-, que es rechazada por este al preferir casarse por interés con Alix (Kristine Miller). Ambas situaciones permitirán que el hasta entonces contable tome conciencia de la injusticia de la situación y decida abandonar al enriquecido delincuente. La decisión le costará ser asesinado, intentando que las culpas del crimen recaigan en Frankie. Sin embargo este apoyado por Kay consigue remontar la situación y contraataca conminando a “Dink” a que confiese su asesinato y logre ser reducido por la policía.

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Con una realización en líneas generales llena de ritmo aunque falta en personalidad, Byron Haskin conduce no obstante con buen pulso esta historia que se caracteriza por una primera mitad un tanto morosa que sirve de descripción de los personajes y la situación con la que se encuentra el delincuente salido de la cárcel, en la que únicamente cabría destacar ciertas angulaciones de cámara y la presencia de un ágil flash-back –igualmente algo deudor de RETORNO AL PASADO- que nos relata con brío los motivos que llevaron a Frankie a prisión. Sin embargo en su segunda mitad la película crece en fuerza dramática a partir del momento en que el antiguo presidiario visita junto a sus reclutados la oficina de “Dink” para reclamar lo que se le debe, dándose cuenta de la nueva realidad de la delincuencia; las compañías y los clubs han sustituido la arriesgada vertiente que antes poseía el robo. Es en esta tensa secuencia donde destaca un elemento que sirve como nexo de toda la película, la presencia de símbolos de rejas bien a nivel de sombras o como fondo de las mismas –en este caso las cortinas de este despacho- de alguna manera ejercen como recurso estilístico para definir el estado de opresión de Frankie y más delante de “Dink” –en la secuencia en la que Dave le anuncia que deja de estar de su parte-.

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A partir de este fragmento la película cobra un ritmo mucho más preciso, con una sucesión de brillantes momentos que conllevan la ya señalaba desafección del contable amigo, la brutal paliza que se le propina a Frankie por parte de los esbirros de su lejano camarada de correrías, la excelente secuencia del asesinato de Dave en plena calle –el mejor momento del film, a base de largas panorámicas que relacionan víctima con asesino y que finalizan con otra que muestra primero el reguero de sangre tras los disparos-; el asedio de Frank en la mansión de Noll con un tiroteo en plena oscuridad y la posterior confesión de este en las dependencias de su night-club –con una conclusión violenta en la rebelión postrera de “Dink” que culmina en su inmediato abatimiento a balas por la policía, también entre extrañas sombras-, concluyen una película ágil que si bien es completamente deudora de numerosos clásicos del género policíaco, no es menos cierto que en su modestia ofrece un más que aceptable atractivo.

Como detalle anecdótico no puedo dejar de consignar un detalle que supone una de las convenciones más extendidas del cine clásico. Se trata de la concurrencia de un crimen que muy pocos instantes después de consumarse es reflejado a enormes titulares –ocupa totalmente la portada de un rotativo- y su contenido es anunciado por los repartidores como elemento dramático –en este caso es referido al asesinato de Dave que se responsabiliza inicialmente a Frankie y cuya foto ocupa a grandes proporciones dicha portada-. Siempre me ha distanciado este elemento, por más que su recurso sea de los más eficaces del género, aunque en esta ocasión ciertamente resulte un tanto chirriante ¿No había más noticias ese día como para compartir esa portada?

Calificación: 2’5

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