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CINEMA DE PERRA GORDA

BEING JULIA (2004, István Szabó) Conociendo a Julia

BEING JULIA (2004, István Szabó) Conociendo a Julia

Hace poco más de veinte años, el cine británico legaba a la posteridad una de las más singulares películas que sobre la profesión del actor ha ofrecido jamás la gran pantalla. Me estoy refiriendo a THE DRESSER (1983, Peter Yates) –LA SOMBRA DEL ACTOR en su desafortunada traducción española-, en la que unos materiales del más alto nivel lograban un resultado francamente excelente. El material de base de aquella gran película “de equipo”, se debió a la obra teatral previa y posterior guión cinematográfico ofrecido por un experto conocedor de los entresijos de la profesión de intérprete, llamado Ronald Harwood. Desde aquel entonces Harwood se ha ido afianzando como verdadero experto guionista –logró incluso el Oscar con el trabajo que realizó para la magnífica EL PIANISTA (The Pianist, 2002)-, pero estoy convencido que su presencia en este cometido no es nada casual en este BEING JULIA (2004, István Szabó) –CONOCIENDO A JULIA en España- que, si bien tiene la base de la obra previa del hoy rehabilitado W. Somerset Maugham, no es menos cierto que recoge ese conocimiento y cariño sobre la profesión y la vocación del actor, hasta el punto de ejercer prácticamente como un preludio o epílogo –tanto da- de la mencionada THE DRESSER.

Estamos en el Londres de 1938. La famosa actriz Julia Lambert (Anette Bening) se encuentra, a sus 45 años de edad, en el inicio de su “segunda edad”, algo que le permite sobrellevar un cierto apagamiento en su vitalidad, llevándole a pedir a su esposo -el empresario Michael Gosselyn (Jeremy Irons)-, que cancele las funciones que tiene previstas. Julia se refugia en el continuo desempeño de su condición de actriz, extendiendo la misma al conjunto de su vida. Incluso se llega a refugiar en la imaginaria presencia y consejos proporcionados por Jimmie Laughton (Michael Gambon), el que fuera su maestro escénico y ya fallecido desde hace bastante tiempo atrás. En medio de este entorno lleno de vulgaridad, la actriz recupera fugazmente su juventud al conocer a un joven admirador norteamericano. Se trata del atractivo Tom Fennel (Shaun Evans), que muy pronto hará ver su condición de simple arrivista que solo ha utilizado a Julia de la forma más engañosa posible, relacionándose posteriormente con una joven aspirante a actriz a la que logra introducir en el reparto de la nueva obra protagonizada por Julie, al recurrir a la influencia de esta.

BEING JULIA combina a través de sus situaciones tanto la crónica de una aristocracia como la comedia de costumbres con tintes británicos, mientras que el elemento que finalmente subyace es indudablemente la utilización del actor de su propia vocación en la vida real, para así al menos tener un resorte de defensa y de alguna manera llamar la atención entre todos los que le rodean y, por que no señalarlo, como venganza. Creo que nos encontramos ante una muy cuidada producción “de equipo”, sin por ello dejar de valorar la labor de un István Szabó que se somete a una transparente puesta en escena dedicada fundamentalmente a hacer valer los materiales con que dispone, y dejando de lado aquellos rasgos que en su momento –y a mi juicio de forma bastante discutible- le forjaron un efímero prestigio hace ya bastantes años.

Es por eso que en líneas generales la película adquiere un tono de comedia de época, con un ritmo muy ligero –su duración apenas se advierte en el espectador-, una impecable ambientación y un magnífico reparto en el que todos responden a la perfección y del que, es lógico señalarlo, hay que destacar la labor de una Anette Bening que quizá haya dado vida al papel más importante de toda su carrera, realizando un notable esfuerzo en recrear a esa Julia que vive para interpretar y que ha hecho de la constante interpretación el recurso para sobrevivir. Y precisamente incidiendo en el que es a mi juicio el tema más importante de la película, se destina una importante secuencia confesional entre la protagonista y su hijo, en la que el ya adolescente reconoce que a veces tiene la intuición que su madre no existe, ahogada en sus constantes trucos “escénicos” en todos los momentos de su vida.

Otros momentos confesionales se dosificarán en el conjunto de este BEING JULIA, erigiéndose en los instantes más sinceros, emotivos y reveladores de la historia. De entre ellos me gustaría citar dos de especial significación, como aquel que se produce entre la actriz y su esposo, incidiendo en el profundo conocimiento que uno tiene sobre el otro –como consecuencia de los desplantes de Tom, Julia se muestra con enormes fallos de interpretación en su función. Su esposo le confiesa las deficiencias de su actuación pese a los rodeos que ella le manifiesta-. El otro es la breve secuencia en la que Lord Charles (Robert Greenwood), el gran amigo de Julie, confiesa a su confidente su homosexualidad.

La película de István Szabó finaliza con la ya mencionada secuencia – confesión entre una de alguna manera vengada Julia y su hijo, y con un primer plano sostenido sobre el rostro de una actriz, que de forma aparente asume su entrada en esa madurez que hasta el momento no había podido aceptar, quizá envuelta por la falsedad de la constante representación. Una conclusión brillante y rotunda, para una película que deja un muy buen sabor de boca, pero a la cual quizá habría que pedir más de lo que realmente ofrece.

Calificación: 2’5

2 comentarios

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Según el IMBD lo encarna Michael Culkin.

Saludos.

Juan Carlos

El 29 de noviembre de 2011 00:13, Blogia <
thecinema.2005072001....@email.blogia.net

alfredo s. ceron -

Excelente película, muy emotiva, y excelente actriz: Annete Bening más madura y más guapa. Pero: quién es el actor que hace el papel de su hijo Roger?