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CINEMA DE PERRA GORDA

ONE, TWO, THREE (1961, Billy Wilder) Uno, dos, tres

ONE, TWO, THREE (1961, Billy Wilder) Uno, dos, tres

Sería más que interesante establecer en alguna ocasión los más que evidentes puntos de conexión que se fueron estableciendo en la comedia americana del periodo 1956 / 1965 –aproximadamente- entre los que se erigieron como sus máximos exponentes. Es el caso de Billy Wilder, Blake Edwards, Richard Quine, Stanley Donen o Frank Tashlin –el Jerry Lewis director es un caso aparte-. Lo cierto es que pese a esta mezcla de influencias –en las que habría que destacar la aportación de guionistas tan brillantes e influyentes como George Axelrod- hoy día es Wilder el único de estos realizadores que ha logrado una notable mitificación, lo que además de ser una temeridad no deja de ser injusto –por lo que supone de parte de condena a estos otros directores que apostaron por el género y en los que se podrían encontrar fácilmente títulos tan valiosos o más que los aportados por el austriaco-.

Más allá de que me guste su cine no es menos cierto que creo se le han valorado más méritos de los que realmente posee, y de alguna manera se ha convertido en monstruos intocables títulos tan discutibles como EL GRAN CARNAVAL (The Big Carnival, 1951) –a mi juicio absolutamente esquemática y que, una vez más, requería un tratamiento de comedia-, o films tan poco logrados como SABRINA (1954), ARIANE (Love in the Afternoon, 1957) o, sin duda, la que cerró de forma poco distinguida su carrera AQUÍ UN AMIGO (Buddy Buddy, 1981) –que de haber estado firmada por un director anónimo, nadie en sus cabales se hubiera molestado ni en mencionar-.


Todos estos elementos hasta cierto punto cuestionadores –y sigo insistiendo en que admiro buena parte de la obra de Wilder-, tendrían una oportuna piedra de toque con el reconocimiento de que actualmente disfruta UNO, DOS, TRES (One, Two, Three, 1961) dentro de su aportación al periodo dorado de comedias. Una película fríamente recibida en el momento de su estreno –curiosamente algo parecido sucedió con otro título que, desde un prisma opuesta, narraba las neurosis de la “Guerra Fría”; EL MENSAJERO DEL MIEDO (The Manchurian Candidate, 1962. .John Frankenheimer)-, y que en los últimos tiempos ha conocido una “rehabilitación” considerable, hasta quedar como casi reverenciado. Creo personalmente que no existe motivo ni para el lejano menosprecio inicial ni tampoco para la mitificación del nuestros días. ONE, TWO, THREE es una buena comedia que, no obstante, se encuentra bastante por debajo de su film precedente –el magistral EL APARTAMENTO (The Apartment, 1960), bajo mi punto de vista la obra cumbre del realizador-, e igualmente por debajo de su título posterior –IRMA LA DULCE (Irma la Douce, 1963), curiosamente una de las pocas de sus comedias a las que no ha alcanzado esa indiscriminada veneración. La película se encuentra en el periodo más fértil de la trayectoria de Wilder y ese particular estado de inspiración cinematográfica y satírica, en este caso con una visión sardónica de la ya mencionada “Guerra Fría” aunque, francamente, lo que finalmente proponga es una nada velada crítica sobre el atractivo que ejerce la poderosa maquinaria materialista del capitalismo norteamericano –ese que solo queda deslumbrado en su obsesión de ganar dinero ante la representación de la “nobleza europea”-, y que en la película queda representado por una de sus empresas más emblemáticas; la Coca-Cola.

Si tuviéramos que conectarla con el conjunto de su obra, ONE, TWO, THREE posee bastante de los elementos que hicieron familiar las comedias de Wilder al espectador, tanto con ecos de sus títulos precedentes como adelanto de los que aún tendrían que llegar. Veamos: los tres comisarios rusos que están entresacados de NINOTCHKA(1939. Ernst Lubitsch) en la que el director ejerció como guionista; el inicio utilizando la voz en off del protagonista, tal y como sucedía en EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES (Sunset Boulevard, 1950) y la cercana EL APARTAMENTO; el frío mobiliario de la empresa, también remitiendo a EL APARTAMENTO; la utilización de un gag de efecto seguro para finalizar la película, como el inolvidable de CON FALDAS Y A LO LOCO (Some Like It Hot, 1959) y posteriormente en IRMA LA DULCE; la arrolladora capacidad para deambular y dirigir por el teléfono de C. R. MacNamara (James Cagney), que nos adelanta al Walter Matthau de PRIMERA PLANA (The Front Page, 1974); la presencia del travestismo, nuevamente recordando a CON FALDAS Y A LO LOCO o la presencia de visitantes inoportunos procedentes de la alta empresa –como en AVANTI-.

Como se puede comprobar y destilan sus imágenes en todo momento, en ONE, TWO, THREE está presente buena parte de lo que podríamos denominar el “mundo Wilder”. Algo que por sí solo no valdría para destacar los logros de una película que tiene la virtud –indispensable en una buena comedia- de poseer un timming en constante y modulado ascenso y estar dotada de un ritmo finalmente frenético. La película cabría dividirla en tres parte que se desarrollan en ese señalado orden creciente –una primera que sirve de presentación a los principales personajes, un segundo tercio en el que se expone la huída de la joven hija del directivo de Coca-Cola –Scarlett (Pamela Tiffin)- para librarla de su sorpresivo esposo ruso y su posterior rescate, y un tercio final en el que tras conocerse que la muchacha está embarazada veremos los esfuerzos por lograr que la pareja de capitalista y comunista tengan una noble apariencia ante la llegada de los padres de la joven.

En cualquier caso creo que lo más envejecido de la película –y que tiene un peso más negativo de lo que puede parecer a primera vista-, es precisamente una de las cosas por las que más se la valora. Me estoy refiriendo a esa abundancia de comentarios verbales absolutamente coyunturales sobre la visión de el absolutismo ruso por parte de los norteamericanos –son chistes fáciles que también tenían cita en la excelente ¿TELÉFONO ROJO? VOLAMOS HACIA MOSCÚ (Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb, 1964. Stanley Kubrick). También cabría poner en su debe algunas situaciones poco creíbles incluso al estar planteadas en tono de comedia –la manera con la que MacNamara logra que detengan al joven comunista que se ha enamorado de Scarlett –Otto (Horst Buchholz)-; el inverosímil método con el que MacNamara logra siempre que su secretaria vuelva al empleo; la incidencia del soldado USA que se enamora del ayudante travestido (un pálido reflejo de la divertida situación planteada en CON FALDAS Y A LO LOCO en los personajes encarnados por Jack Lemmon y Joe E. Brown) o la demasiado caricaturesca visión que se ofrece del trío de inspectores rusos-. A ello cabría unir como considerable lastre la penosa labor de un Horst Buchholz absolutamente negado para la comedia –uno de los peores actores surgidos en la década de los sesenta, y del cual solo Joshua Logan supo extraer un resultado aceptable-, que no logra conectar en modo alguno con el espectador con su absoluta ausencia de simpatía.

Todos estos inconvenientes cabrían inducir que UNO, DOS, TRES es una película mediocre. No es el caso. Hay que destacar la absoluta pericia de Wilder en la construcción de la película, con ese último tercio absolutamente vertiginoso y dominado por la inmensa labor de un James Cagney en absoluto estado de gracia, caracterizando con un ritmo casi musical sus apariciones en escena. A ello, hay que destacar fundamentalmente el gusto por el detalle o el inserto cómico, algo en lo que el realizador era un experto, y que en esta ocasión se manifiesta en la presencia constante de ese inefable reloj de cuco que canta un himno americano, el antológico baile de Liselotte Pulver frente a los tres embobados inspectores rusos –con gags tan memorables como el de la caída de la foto de Krucheff que esconde la de Stalin- el personaje del noble venido a menos que sirve para otorgar de rango nobiliario al rebelde Otto, o la divertida situación que se brinda con el “soborno” al guardia en la puerta de Brandemburgo de un pack de Coca-Coca ¡cuyos envases devuelve a MacNamara a su apurado retorno tras rescatar a Otto!.

Sin embargo y como guinda final la película brinda una carrera velocísima del vehículo del directivo, contando en su interior con Scarlett, Otto, un probador de sombreros, un sastre cosiendo los pantalones al joven y un pintor intentado finalizar el escudo nobiliario antes de que lleguen todos al aeropuerto a recibir a los padres de Scarlett ¡y encima el vuelo llega antes de tiempo!. Toda una odisea que se plantea como una brillantísima secuencia en la pequeña historia de la comedia norteamericana. Finalmente, la película dará un guiño a partes iguales entre el humanista y el cínico supremo que era Billy Wilder. Por un lado MacNamara recupera a su hastiada esposa y el aparente rebelde Otto demuestra sentir más atracción por el capitalismo de la que cabría suponer –que pena la nula simpatía que desprende Buchholz-. Una vez más, el realizador austriaco nos demuestra que dominaba a fondo las recetas de la comedia, aunque en esta ocasión no se manifestara de forma tan rotunda como en sus exponentes más logrados. En cualquier caso, una muestra de un tipo de cine prácticamente perdido en nuestros tiempos. Destacar finalmente que pese a los ropajes del género, Wilder no se recató en la filmación de exteriores que aún mostraban las secuelas de la II Guerra Mundial y la presencia de un gag en el que James Cagney recordaba la célebre secuencia del pomelo en THE PUBLIC ENEMY (1931, William A. Wellman).

Calificación: 3

8 comentarios

Eugenio Murcia -

Siempre ne han gustado mucho dos comedias de Wilder, que casi nadie cita y a mi me parecen magistrales, a la altura de "El apartamento": "Bésame tonto" y "En bandeja de plata", sobre todo esta última, con un Matthau que se vuelve a comer con patatas a Lemmmon. Y por su puesto, soy de los que piensa que Wilder jamás debió haber realizado "Aquí un amigo". Su carrera debió finalizar con "Fedora", que no era una obra maestra pero sí un buen film.

-

Hola de nuevo:

Se que poner algún reparo a la obra de Billy Wilder parece algo digno
de anatema, pero tampoco por ser políticamente correcto, voy a decir
lo que no creo. Dicho esto, me ratifico en mi impresión de la cierta
sobrevaloración del conjunto de la obra de Wilder -25 títulos, de
ellos una decena brillantes, y de estos últimos quizá 6 realmente
memorables-. Me gusta mucho UNO, DOS, TRES, más no la considero una
obra maestra de la comedia. Respeto a quien sí lo considere, claro
está. En cuanto a IRMA LA DULCE, no dudo en considerarla uno de los
grandes trabajos de Wilder -se que no es una opinión muy extendida,
aunque hay gente que comparta mi apreciación-, y por supuesto
compararla con AQUI UN AMIGO... en fin, todo es respetable.

En cuanto a Edwards -a mi juicio sí comparable a Wilder-, sucede que
sus reitaradas "panteras rosas" y su machaque con el "gag", ha
contribuído a anular una obra que tiene más títulos brillantes que
Wilder... y también más mediocres, por la sencilla razón de que posee
una filmografía más amplia. No hace mucho me sorprendió lo interesante
que me resultó uno de sus títulos más vilipendiados; LA SEMILLA DEL
TAMARINDO. Y no se trata de preferir a papá o a mamá. Lo único que
sucede es que Wilder parece "intocable" y a Edwards nadie le hace
caso... y uno siempre tiene más cariño por los débiles... cuando
además el débil me ha proporcionado más placeres como espectador
cinematográfico. Que se le va a hacer.

Un saludo y alabo de nuevo tu inquietud cinematográfica.

El 07/11/10, Blogia

carlos -

deverdad se le han adjudicado mas meritos de los que realmente posee?
the bigcarnival puede q sea discutible , y que 1953 a 1958 sabrina , ariane , el heroe solitario y seven intch year no sean precisamente maravillosas, pero ponerle peros a uno , dos tres una comedia genial y subestimadisima , es de traca

irma la dulce mejor que esta?, irma es muy larga y despues de un rato , se dispersa y no vuelve a aparecer, es mas divertida que esta?
irma es otra fallida pelicula , y fijate aqui un amigo , la encuentro menos pesada y aburrida que la dichosa irma la dulce , un verdadero coñazo , una decepcion en la carrera de un excepcional cineasta , que pese a estar un pelin sobrevalorado , es uno de los grandes de siempre
blake edwards posee tambien talento para ser considerado uno de los grandes tambien de siempre, pero no llega al nivel de wilder
y el problema de edwards es la baja consideracion de la critica especializada , algo a todas luces incomprensible

sito -

yo me la baje de Ares

Vero -

alguien la ha conseguido?? me podéis decir como?

verogarciafuentes@gmail.com

maria teresa -

cdonde visteis la pelicula!!!!!!!!!!!!!!!!!! quisiera verla pero no se como conseguirla ct a:mary._87@hotmail.com

maria -

necesito urgentemente que me digan como bajarme de internet esta pelicula doblada a castellano o donde comprarla. ES MuY IMPORTANTE si lo sabeis ct a mary._@hotmail.com

Santi -

Me da miedo volver a ver esta película por si ha envejecido, todavía recuerdo su visión hace varios (más de 10) veranos en un impagable programa doble con El guateque. Qué pena que ya no podamos ver en pantalla grande todos estos títulos (salvo en la "mini-filmoteca").