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CINEMA DE PERRA GORDA

TEN WANTED MEN (1955, H. Bruce Humberstone) [Diez forajidos]

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Cuando en 1956 Randolph Scott inició el ciclo de siete westerns dirigidos por Budd Boetticher –con SEVEN MEN FROM NOW-, quizá sin proponérselo logró pasar a la historia del género, faceta que certificó con el protagonismo –compartido con Joel McGrea- de RIDE THE HIDE COUNTRY  (Duelo en la alta sierra, 1962. Sam Peckimpah). Pero sería injusto limitar su presencia en unos títulos concretos, cuando realmente su inclinación al género fue algo en lo que consagró la mayor parte de su andadura cinematográfica y merece por ello quedar como uno de los iconos más representativos del mismo. Cierto es que lo hizo generalmente con productos encuadrados en la serie B -produciendo buena parte de ellos-, y que ya en la década de los años cincuenta fueron rodados para la Columbia. En ellos generalmente encarnará al cowboy maduro y experimentado, personaje que logró su definitiva entidad psicológica con los mencionados exponentes firmados por Boetticher y escritos generalmente por Burt Kennedy, donde el laconismo y sequedad tenían una tremenda fuerza.

Sin embargo, creo que la valoración del “ciclo Boetticher – Scott” no debería servir de menosprecio a los restantes films que facilitaron el mismo. TEN WANTED MEN (1954, H. Bruce Humberstone) –nunca estrenado en España pero emitido por televisión y editado en DVD con el título DIEZ FORAJIDOS- es uno de ellos. Debo confesar que me he encontrado con una grata sorpresa –sobre todo por el hecho de venir firmada por un realizador poco estimulante-, ya que en algo menos de 80 minutos se brinda una interesante digresión sobre la inutilidad y consecuencias del uso de la violencia.

Estamos en una pequeña localidad de Arizona, donde el acaudalado ranchero John Stewart (Scott) ha logrado traer a su hermano para que se instale como abogado y permita un desarrollo moderno de las leyes en el entorno que los rodea. Con él viaja su hijo Howie (Skip Homeier); joven atractivo, arrogante y emprendedor, que muy pronto llamará la atención de María (Donna Martell), a su vez protegida del terrateniente Wick Campbell (Richard Boone). Este contempla con desagrado el atractivo que Howie y María evidencian increpando a esta, quien decide huir al rancho de Stewart para protegerse.

La situación incrementa el recelo que Campbell siempre ha mantenido por Stewart, y ello se concretará en el robo de cabezas de ganado y la encerrona a la que someten en la cantina a Howie, quien será encarcelado injustamente aunque muy pronto huirá de la celda. Todo ello provocará una contraofensiva de Wick, quien matará en su propia calesa al hermano de Stewart. La estela de violencia se elevará con enorme tensión, siendo acosados junto al personaje encarnado por Scott varios de los componentes de las fuerzas vivas locales. Todos ellos resistirán impotentes al avance del numeroso grupo de pistoleros que ha contratado Campbell, los cuales incluso se rebelarán contra el mando de este. Evidentemente, se ha llegado a una situación de auténtico terror en la población, contra la cual solo queda como solución contraatacar con sus mismas armas y además usando la inteligencia.

TEN WANTED MEN tiene un arranque sorprendente –el hermano de Stewart y su hijo Howie son secuestrados por unos bandidos y llevados ante John, revelando que se trata de una broma típica de aquellos lares-. En la fiesta que se celebra en el rancho ya se detectan la psicología, intenciones y relaciones entre los principales personajes, todo envuelto en una calma y confraternidad que romperá la llegada de Campbell –a cuyo personaje Richard Boone confiere un retrato magnífico-. Muy pronto este idílico paraje del Oeste se irá llenando de tensiones, siempre expuestos con una gran concisión cinematográfica, en una espiral de odios, venganza y violencia, que solo la experiencia y templanza de Stewart logra frenar, al confiar en el cumplimiento de la ley y huir de la capitalización del uso de una pistola que solo contribuye a la institucionalización de la misma.

Pero más allá de las propuestas emanadas por su guión, lo cierto es que en la película de Humberstone destacan numerosas secuencias y detalles cinematográficos. Entre ellos destaca ese fundido sobre el rostro ofendido de Campbell en primer plano, que pasa a plasmarse en el Saloon, en el cual se encuentra Howie, sorteándose los pistoleros quién de ellos va a provocarle y dispararle. Un momento de tensión muy bien filmado que culmina con la defensa del joven, que mata a quien lo ha increpado con el único objeto de eliminarlo. De todos modos, los fragmentos más tensos de la película se aúnan en la larga secuencia del acoso que sufren los hombres y mujeres comandados por Stewart. Una lucha casi infernal en la que los disparos darán paso al uso de la dinamita y en donde aflorará la diversidad de opiniones de los resistentes a la hora de rendirse ante las gentes de Campbell y salvar –aparentemente- sus vidas. Son instantes excelentes, donde la cámara sabe trasladar sentimientos de valentía, miedo y duda.

Creo que no resulta mal balance para una película de aparente corto alcance pero interesante planteamiento y desarrollo, además contando con una hermosa fotografía de Wilfred M. Cline y una competente labor del conjunto de actores –especialmente, y por este orden, Richard Boone, Randolph Scott y Skip Homeier-. En definitiva, con TEN WANTED MEN casi se nos obliga a seguir otros títulos del mismo género firmadas y producidas para la Columbia y protagonizadas por Randolph Scott. Seguro que avistaríamos bastantes títulos de grata revisión.

Calificación: 2’5

1 comentario

Eugenio Murcia -

Muy buen film, que vi por canal nou (al igual que muchos otros de Scott) y que demuestra que el western no se limita a Ford y Wayne (aunque estos sean los más grandes, que eso no lo discuto). Otras joyas del gran Randoldh: "Carson City", "Hangman´s Knot", "Cazador de recompensas", "Nevada"", "Westbound" o la maravillosa "Comanche station" (estas dos últimas son de Boetticher).