Blogia
CINEMA DE PERRA GORDA

DAISY MILLER (1974, Peter Bogdanovich) Una señorita rebelde

DAISY MILLER (1974, Peter Bogdanovich) Una señorita rebelde

No voy a negar que me encuentro entre aquellos que consideran que el paso de los años no ha sido justo al valorar la trayectoria de Peter Bogdanovich. Pese a los innegables vaivenes de su obra, y a la constante tendencia e influencia del realizador en el contexto de una cinefilia en ocasiones excesiva, creo que en ella se encuentra suficiente buen cine como para definir su aportación entre las más relevantes del cine norteamericano de finales de los sesenta y la década de los setenta, con títulos tan brillantes como TARGETS (El héroe anda suelto, 1968), SAINT JACK (Saint Jack, Rey de Singapur, 1979) o, muy especialmente, THE LAST PICTURE SHOW (La última película, 1971) que es una de las obras cumbre definitoria de la desaparición de toda una manera de entender y el cine clásico.

Y considero oportuno este preámbulo, ya que considero DAISY MILLER (Una señorita rebelde, 1974) una de las menos estimulantes películas que Bogdanovich firmó en su periodo de mayor cotización. Y es que aunque en ella se noten aquí y allá una serie de detalles y elementos que denotan la mano del realizador, no es menos cierto que su conjunto, siendo generosos, no pasa de discreto. Que el contraste de culturas americana y europea que ofrece la obra de Henry James, jamás tiene la justa presencia en sus personajes, que la frialdad se adueña de la función en casi todos sus exponentes –la excepción será el hermoso travelling de retroceso que cierra la película antes de un fundido en blanco; es la despedida del cadáver de Daisy tras su funeral-. Y finalmente hay algo que condiciona forzosamente un resultado general poco satisfactorio. Este no es otro que la tremenda inadecuación de Cybill Shepherd en el papel de Daisy y, especialmente, Barry Brown encarnando a su frustrado galanteador Frederick Winterbourne.

Quizá el romance que en los momentos de rodaje vivieron realizador y actriz, impidieron valorar la escasa capacitación de la Shepherd para este papel. Pero es que Brown resulta lamentable en un personaje que está casi constantemente en pantalla, y al que aporta un constante rictus plano de sentimientos. Ciertamente en el terreno interpretativo los únicos que destacan son Eileen Brennan –pese a la inadecuación física con el personaje que interpreta- y, fundamentalmente, Mildred Natwick, quien con apenas un par de secuencias presente en pantalla, logra transmitir el carácter, lucidez e ironía de la tía del protagonista.

Al margen de estas limitaciones, justo es señalar que en DAISY MILLER hay un intento de plasmar un film de época de forma intimista y sin recaer por tanto en esa estética retro que ya estaba presente en el cine norteamericano. Y al mismo tiempo está claro un esfuerzo en la utilización de planos de larga duración con uso de atinados reencuadres –el encuentro entre Daisy y Winterbourne ante la fuente, y recurriendo al uso de los escenarios naturales que marcaba la novela corta de Miller.

Y en este sentido, hay que señalar algo curioso, ya que las secuencias de visitas al castillo o al coliseo romano, parecen retomar cierta estética wellesiana, caracterizada por el uso de grandes angulares, picados y contrapicados. Es este un periodo en el que el realizador estaba estrechamente unido a Welles –Bogdanovich fue uno de los intérpretes de la inacabada THE OTHER SIDE OF THE WIND (1972, Orson Welles) y dedicó un libro de entrevistas al director de CITIZEN KANE (Ciudadano Kane, 1941)-, e incluso le ofrece dirigir esta película, cosa que le veterano realizador declina aceptar. Sin embargo, estas imágenes y el recurso de ostentosos primeros planos, nos retrotrae a títulos wellesianos como MR. ARKADIN (Mister Arkadin, 1955) o, más recientemente, THE IMMORTAL STORY (Una historia inmortal, 1968). En todos los ejemplos citados, encubrían una notoria carencia de medios, mientras que en la película de Bogdanovich se ponía en practica por la existencia de una autopista junto al castillo, o estar rodeados de tráfico y edificaciones en el coliseo. En todo caso es paradigmática esa clara influencia en la película –y no precisamente para bien-.

En cualquier caso, pese a los elementos cuestionables que sobrelleva, DAISY MILLER queda con un resultado discreto, y la muestra evidente de que haberse adentrado en un universo de época, contraste de culturas y dotado de una clara ambigüedad, no era el terreno más facultado para ponerlo en practica por el realizador norteamericano.

Calificación: 2

4 comentarios

Juan -

"Una señorita rebelde" es mi película favorita. Por lo que estoy (en lo que hace referencia a la película) totalmente de acuerdo con el comentario de Pablo (o pgdp).

pablo -

Tu crítica es la mayor gilipollez que he leído en mi vida. No tienes ni puta idea de los que es el buen cine. Más te vale dedicarte a ver series televisivas. Cybill Shepherd es una delicia, está genial como Daisy Miller. El malogrado Barry Brown fue un fabuloso Winterbourne, y el resto del elenco es espectacular. Tienes menos sensibilidad cinematográfica que un paquidermo. Bogdanovich merece un puesto de honor en el cine por adelantarse a Ivory en el tiempo y descubrir y amar a la Shepherd. Antes que criticar buen cine, más te valdría pasearte por el parque con una cámara de DVD y aprender a filmar aunque sólo fuera a las palomas ciscándosete encima. Tu blog es un petardo. Tus críticas son el subproducto del típico listillo que no sabe na de na. Un consejo. No veas más películas. Dedícate a la caja tonta y a cine de barrio. Lo tuyo es en verdad de perra gorda. Tu blog cinematográfico debería estar prohibido a los amantes del buen cine, por inepto e inculto. Una auténtica basura.

pgdp -

Tu crítica es la mayor gilipollez que he leído en mi vida. No tienes ni puta idea de los que es el buen cine. Más te vale dedicarte a ver series televisivas. Cybill Shepherd es una delicia, está genial como Daisy Miller. El malogrado Barry Brown fue un fabuloso Winterbourne, y el resto del elenco es espectacular. Tienes menos sensibilidad cinematográfica que un paquidermo. Bogdanovich merece un puesto de honor en el cine por adelantarse a Ivory en el tiempo y descubrir y amar a la Shepherd. Antes que criticar buen cine, más te valdría pasearte por el parque con una cámara de DVD y aprender a filmar aunque sólo fuera a las palomas ciscándosete encima. Tu blog es un petardo. Tus críticas son el subproducto del típico listillo que no sabe na de na. Un consejo. No veas más películas. Dedícate a la caja tonta y a cine de barrio. Lo tuyo es en verdad de perra gorda. Tu blog cinematográfico debería estar prohibido a los amantes del buen cine, por inepto e inculto. Una auténtica basura.

daisy -

nada