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CINEMA DE PERRA GORDA

THE DEVIL COMMANDS (1941, Edward Dmytryk)

THE DEVIL COMMANDS (1941, Edward Dmytryk)

¿Es probable que encontremos en la producción de cine de terror amparada en el seno de la Columbia, más interés que en las celebérrimas y gastadas revisitaciones de mitos producidas en el seno de la Universal en aquellos años cuarenta? Es una interrogante que de alguna manera me viene rondando en la mente, en la medida que ya son algunos los títulos del primer estudio que he contemplado en los últimos tiempos, observando en ellos unas cualidades hasta ahora ninguneadas, y que por supuesto se sitúan por encima del exiguo interés ofrecido por Universal en sus recurrentes acumulaciones de mitologías, que tanto éxito lograran pocos años antes. Quizá sea una afirmación arriesgada, pero intuyo que la causa de esta superioridad de unos títulos que, en teoría, se erigieron como respuesta comercial a la reconocida aceptación de los desgastados títulos de Universal, se marca en el hecho de que el conocido “estudio del terror” apostaba en aquellos años por la reiterada presencia de personajes – mitos, en virtud de la acumulación y deshumanización de los mismos. Eran unas formulas proclives al collage de monstruos, tratando estas apariciones compartidas como si fueran un espectáculo de barraca de feria. Sin embargo, en las películas homólogas de Columbia, se trabajó con modestos presupuestos, influencias compartidas, pero centrándose en su mayor parte por la apuesta por la atmósfera. Es algo que pude apreciar no hace mucho con THE UNDYING MONSTER (1942) –teórica aportación sobre la licantropía, auspiciada por el revalorizado John Brahm- y, en menor medida, se puede detectar, al contemplar esta lejana propuesta de un entonces primerizo Edward Dmytryk con THE DEVIL COMMANDS (1941). Una producción de evidente serie B, en la que sus notables carencias de medios –ese torpe decorado que se destruye en los últimos minutos, la maqueta exterior de la misteriosa mansión del científico protagonista, algunos evidentes fallos de iluminación-, a mi modo de ver no disminuyen sus nada desdeñables atractivos. Y es que THE DEVIL… se erige, dentro de su asumida modestia, como uno de esos títulos desarrollados con medios precarios –como pudo suceder con las posteriores INVISIBLE GHOST (Joseph H. Lewis, 1941) o THE MAN FROM PLANET X (Edgar G. Ulmer, 1951)-, que sin embargo logran aportar un determinado grado de convicción, elevándose sobre unos materiales de base sin duda poco estimulantes a través de elementos que bien pueden provenir de la fuerza de su realización, o la proyección que en sus imágenes pueden plantearse. De alguna manera, creo que algo de esto sucede en una película que puede recoger no pocas referencias de títulos que van desde REBECCA (Rebeca, 1940. Alfred Hitchcock) –el relato en off de la hija del protagonista, partiendo de la imagen exterior del angosto caserón que protagonizará el relato-, hasta FRANKENSTEIN (El Doctor Frankenstein, 1931. James Whale) –la propia presencia de Karloff, las turbas que finalmente invaden la vieja casa del protagonista-. En última instancia se describirá como una curiosa mezcla de relato gótico, sobrenatural y de ciencia-ficción, que a partir de su propio riesgo y extravagancia deviene atractivo, en la medida de estar insuflado de una especial convicción en su relato y, fundamentalmente, discurrir por unos senderos poco habituales en el género, con implicaciones metafísicas de sorprendente calado. Sin embargo, justo es reconocerlo, estas no se encuentren llevadas hasta sus últimas consecuencias. Lo cierto es que uniendo la mezcla de una evidente capacidad de riesgo y lagunas y limitaciones, al contemplar el film de Dmytryk parecía que me encontraba con un extraño antecedente de ese extraordinario proyecto que Jacques Tourneur intentó llevar a cabo bastantes años después; la batalla de los muertos y los vivos, en una indagación entre lo sobrenatural y la ciencia, francamente poco transitada en el cine –una excepción en este sentido la podría proporcionar la extraordinaria tercera singladura del Dr. Quatermass, QUATERMASS AND THE PIT (¿Qué sucedió entonces?, 1967. Roy Ward Baker)- o, incluso, algunos años antes del título que nos ocupa, había establecido el francés Abel Gance en los compases finales de J’ACUSE (1938)

 

En este sentido, si que nos encontramos con una película que aborda el sorprendente encuentro del afamado Dr. Julian Blair (Boris Karloff), en la búsqueda de la materialización de las ondas cerebrales. Un empeño que llegará a plasmar como un éxito, pero al que irá acompañado paralelamente con la inesperada muerte de su mujer por un accidente de tráfico. Dominado por la desolación, contactará con una médium –Mrs. Walters (Anne Revere)-, a la que desacreditará en sus trucos pero en la que observará una receptividad de cara a las descargas magnéticas. Intuyendo que con ella podría encontrar una impagable ayuda en sus experimentos, ambos se trasladarán a una vieja mansión instalada junto a un acantilado en New England acompañados por el fiel y primitivo Karl (Ralph Penney), desligándose el científico de su joven hija. Allí se encaminará en sus experimentos intentando captar las ondas cerebrales de los difuntos, y con ello buscando demostrar la existencia de la vida después de la muerte. Un planteamiento sin duda ambicioso, que quizá resulte poco menos que imposible de exponerse con pertinencia en el marco de una película con tantas limitaciones de formato. Pero, si más no, resulta innegable que nos encontramos con un título en el que Dmytryk demuestra su intuitivo sentido narrativo, sabiendo combinar la contraposición de elementos más o menos siniestros o sobrenaturales –la presencia de la sesión espiritista-, en la que diversas de sus secuencias demuestran la capacidad de extraer todo su dramatismo en función de la ubicación de los actores dentro del encuadre –especialmente mostradas en el episodio que se desarrolla en la escalera interior de la mansión del investigador, con la presencia del protagonista, el sheriff, Mrs. Walters y Karl-, y en la que la propia estructura del relato, en esta ocasión sirve para imbuir su conjunto de una extraña textura, acentuando la vertiente necrofílica del conjunto. En la demostración de dicha vertiente, personalmente se encuentran a mi juicio los momentos más descabellados y al mismo tiempo más atractivos de la película, con esas secuencias dominadas por la presencia de extraños uniformes en los que se insertan cadáveres previamente robados de los cementerios –una idea que parece preludiar la posterior adaptación de Stevenson con THE BODY SNATCHER (1945. Robert Wise)-, y en donde se establece toda una corriente magnética de ondas cerebrales, que por momentos parecen plantearse como un auténtico viaje al mítico Hades. Evidentemente, se trata de momentos insólitos y poco habituales en el cine de terror de la época, lo que unido al ritmo que adquiere la película, a la convicción con la que se encuentra realizada –lo que no evita ciertos apresuramientos, así la repentina situación final con la que la hija del científico colabora con este en sus experimentos-, son factores que contribuyen a reservar un pequeño lugar a THE DEVIL COMMANDS, dentro de la galería de títulos escasamente conocidos y valorados del cine fantástico de inicios de los cuarenta. Si a ello unimos el hecho de permitir apreciar el talento de un Dmytryk aún en estado embrionario, creo que son suficientes factores para tener en una pequeña condición un film pequeño y limitado, pero al mismo tiempo dotado con suficientes atractivos. No es poco en los tiempos que corrían.

 

Calificación: 2’5

2 comentarios

santi -

aunque no sea gran admirador del cine de dym,ytryk , encrucijada de odios no me gusta nada , reconozco que con cinco o seis pelis de el me entretuve , ayer vi la gata negra y me gusto despues de pasar unos 30 años desde la primera vez que la vi
esta con sus aciertos y carencias ,era un primerizo director , es una aburrida y lenta pelicula que bajo mi punto de vista apenas tiene el minimo interes para centrarse en ella , me recuerda a alguna pelicula que hizo karloff con michael curtiz igual de pobre y limitada , en resume dymytryk en aquellos años dejaba mucho que desear
tambien he visto la patrulla del general jackson hace una semana y aunque sea mejor que esta tampoco me gusto nada , es muy pesada, lo dicho he visto cosas mejores de este señor , aunque sin tirar cohetes
el hombre de las pistolas de oro si me parecio excelente , una estupenda pelicula
volviendo a la patrulla lei su critica poniendola bien y me gustaria tener su capacidad de analisis , en esta pelicula no vi nada destacable , en algunas de sus calificaciones de peliculas coincido ,pero en estas ultimas que visto la mencionada y esta de karloff no hay por donde cogerlas aunque para gustos los colores.

Paquito -

Felicidades por los 5 años de cinema de perra gorda, por tu tesón y continuidad.