Blogia
CINEMA DE PERRA GORDA

VALKYRIE (2008, Bryan Singer) Valkiria

VALKYRIE (2008, Bryan Singer) Valkiria

Si alguien se acerca a contemplar VALKYRIE (Valkiria, 2008. Bryan Singer) con la intención de asistir a algo más que a un simple espectáculo de entretenimiento competentemente cocinado, estoy convencido que se llevará una cierta decepción. La presencia al frente del reparto de una estrella tan caracterizada como Tom Cruise, o el mero hecho de las responsabilidades tras la cámara de Bryan Singer –de quien al final voy a tener que admitir que su título más relevante va a resultar ser el tan vilipendiado SUPERMAN RETURNS (2006)-, de alguna manera nos condiciona los límites y posibilidades de esta recreación del célebre y fallido atentado sufrido por el entorno inmediato de Adolf Hitler. Un plan desarrollado en los últimos meses de la égida del nazismo, promovido de forma expresa por parte de su aparato, y comandado por el coronel Claus von Stauffenberg (Cruise), que queda en la pantalla como una propuesta tan atractiva sobre el papel y entretenida en su desarrollo, como en última instancia superficial en su resultado.

De alguna manera, VALKYRIE parece no querer ensuciarse al penetrar en las aguas cenagosas de una de las páginas más insólitas de las postrimerías del régimen nazi, utilizándolo como simple punto de partida para realizar un espectáculo aceptable y competente, pero que en modo alguno lograr penetrar en las enormes posibilidades que brindaba su material de partida. Es hasta cierto punto sorprendente dicha circunstancia, en la medida de encontrarnos como coguionista con alguien tan interesante como Christopher McQuarrie –realizador de la atractiva aunque poco conocida THE WAY OF THE GUN (Secuestro infernal, 2000)-, o suponer una nueva vuelta de tuerca a un terreno que el propio Singer trató en una de sus películas más perdurables –APT PUPIL (Verano de corrupción, 1998)-. Sin embargo, poco a poco el discurrir de su metraje nos introduce en una más de las producciones destinadas a mostrar una imagen más o menos adulta de la ya talludita y rutilante megastar –una vertiente que ha permitido productos tan brillantes como COLLATERAL (2004. Michael Mann) y otros tan execrables como MISSION: IMPOSSIBLE II (2000. John Woo)-. Nada hay por tanto de malo, en esta clara opción por un producto de clara resonancia comercial. Lo que llega a resultar un tanto decepcionante, es el desaprovechamiento de esas intuidas posibilidades que Singer deja de lado en beneficio de ese carácter de espectáculo en el que poco a poco se va convirtiendo su resultado. Un espectáculo, justo es reconocerlo, provisto de una nada desdeñable dignidad, aunque en muy pocos momentos logre el más mínimo atisbo de apasionamiento.

El film de Singer se centra en la rápida concienciación asumida por un conocido seguidor del régimen nazi, asqueado de la escalada de atrocidades cometidas en nombre del III Reich. De forma decidida, irá tentando las posibilidades que le permitan conocer el desencanto de varios de sus compañeros en el ejército –y muchos otros expectantes ante una más que probable victoria aliada, exteriorizando un grado de arribismo que en la película no alcanza la debida hondura-, pergreñando un atentado –denominado “Operación Valkiria”- a partir del cual se articularía una operación que acabaría con Hitler, Himmler, deteniendo a continuación el funcionamiento de las SS. Lo malo que tiene un título de las características del de Singer, estriba en ser un film de suspense sin suspense y, sobre todo, sin lograr que esa carencia de intriga –el espectador conocer la realidad de los hechos sucedidos en 1944- sea sustituida por una apuesta por la ambivalencia o, en su defecto, la mirada sobre el atractivo que el mal ejerce en el ser humano, presente en la ya citada APT PUPIL-

Así pues, no hay que buscar en VALKYRIE más de lo que sus imágenes nos dejan ver. Es decir, un espectáculo bien filmado, con esa fría corrección inherente a los trabajos de su realizador –esos planos generales aéreos en picado sobre bosques, que parecen sacados de los X MEN-, pero en el que uno echa de menos más profundización en sus personajes, menos limpieza retro en las caracterizaciones y algo que se orilla casi por completo en la función; esa casi obligada turbulencia existente en un contexto humano que vivía acostumbrado a la atrocidad más absoluta, y al que le costaba desembarazarse de la connivencia con la demostración más atroz de maldad absoluta que vivió el siglo XX. Es por ello que incluso se desaprovechan sugerencias como la presencia del ojo de cristal de Stauffenberg –un detalle turbador que podía haber dado mucho juego- y los giros violentos estén revestidos de demasiada blandura –quizá implorando con ello su acomodo a sectores de público de menor edad-.

En definitiva, VALKYRIE supone una apuesta bastante consciente de cine espectáculo, realizada con honestidad y profesionalidad. En ese aspecto, la misma resulta irreprochable. Pero lo es casi tanto como deviene reprobable el desaprovechamiento brindado a las postrimerías de un periodo terrible y, aún más que ese compromiso concreto, la posibilidad de plantear al público un thriller electrizante –como sí lo ofrece, por ejemplo, ZWARTBOEK (El libro negro, 2006) de Paul Verhoeven-. En su lugar, viviremos dos horas tan impecables en su aparato externo, como insustanciales en su dinámica interna. Ciertamente, no es nulo el balance, aunque sí sepa a poco. Y es la visión que el público del estreno valoró con una acogida comercial por debajo de las expectativas generadas.

Calificación: 2

0 comentarios