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CINEMA DE PERRA GORDA

BLOW OUT (1981, Brian De Palma) Impacto

BLOW OUT (1981, Brian De Palma) Impacto

Al hablar de Brian De Palma uno se remonta a la segunda mitad de la década de los 70 cuando –junto con John Carpenter, Tobe Hooper y Joe Dante, entre otros-, formaba el colectivo de esperanzas de renovación en el cine fantástico y sus derivados. Unas pretendidas esperanzas que se basaban a mi modo de ver en agarrarse a inexistentes clavos ardiendo, antes que a los verdaderos valores de estos aplicados cinéfilos, bebedores en todo momento de referencias a grandes nombres que les precedían y que, en el mejor de los casos, nos podían proporcionar producciones interesantes, pero jamás esos grandes films que hay quien se empeña a ver, pero un servidor jamás ha disfrutado en ninguno de los nombres citados. En esta generación de nombres, la figura de De Palma siempre ha estado asociada al axioma de “sucesor” de Alfred Hitchcock. Un juego al que si bien el realizador se prestó gustoso, creo que finalmente ha ido en menoscabo de su carrera, por más que en los últimos años algunas de sus producciones hayan funcionado en taquilla e incluso hayan expresado un cierto interés. Sin embargo, lo habitual en la producción reciente de De Palma es el menguado interés de una impersonalidad disfrazada bajo un juego manierista en ocasiones insoportable y generalmente improcedente ¿Habrá alguien que hoy día tenga una especial consideración hacia este director? Parece que si los hay.

Sin embargo, y partiendo de la base que entre los títulos que he visto de su filmografía no he encontrado jamás uno de ellos plenamente logrado –como tampoco ha sucedido con el resto de realizadores citado-, lo cierto es que la producción que desarrolló entre la segunda mitad de la década de los años setenta e inicios de los ochenta, contiene un cierto número de títulos interesantes, en los que junto a la ya antes citada gratuidad narrativa, se daban de la mano sus dos rasgos de estilo más interesantes y válidos: un intermitente virtuosismo con la cámara y, fundamentalmente, un soterrado sentido del humor de raíces cinéfilas. BLOW OUT (Impacto, 1981) goza de ambas características, y creo que cabe situarlo en ese conjunto de realizaciones que forman el bloque más interesante de la filmografía de De Palma. Tomando el referente de la estupenda BLOW-UP (Blow-Up. Deseo de una mañana de verano, 1966. Michelangelo Antonioni), varía el referente de un fotógrafo de modas por un especialista en efectos sonoros para películas. Pero si en el célebre film del realizador italiano se partía de una escasa base argumental para presentar una visión desencantada del Swinging London, el americano decide adaptar este argumento para plantear uno de sus típicos productos de suspense.

Es así como muy pronto nos adentramos en la azarosa aventura vivida por Jack (John Travolta), un doblador de películas de ínfima calidad, que en la búsqueda de nuevos efectos sonoros en un parque, asiste y graba el atentado que cuesta la vida a un candidato político, logrando salvar la vida de Sally (Nancy Allen), una joven de bondadoso talante pero inmersa en un negocio de chantajes sexuales a personalidades. A partir de este argumento, en primer lugar hay que destacar como aflora el sentido del humor del realizador en la secuencia pregenérico, mostrando una de esas ridículas películas de sexo y terror junto al ambiente que se registra en el estudio en que estos “productos” son ultimados. Muy pronto nos introducimos en su devenir argumental,  donde un cierto enredo introducido en su guión permite que se desaproveche la oportunidad de profundizar en la conspiración suscitada que provocará la muerte del mencionado político, en beneficio de una serie de piruetas de guión que interesarán solo de forma irregular, aunque en conjunto estén aplicadamente realizadas. En ellas destacará el brillante uso de la pantalla ancha y una cierta contención por parte de De Palma a su ya habitual manierismo –pese a todo, el mismo estará presente en la secuencia circular que se desarrolla en el despacho de Jack cuando  descubre que sus cintas han sido borradas-.

BLOW OUT engancha al espectador. En ningún momento aburre, pero aunque en conjunto resulte un título apreciable, desarrolla poco sus dispares elementos de guión. Ni la relación de Jack y Sally tiene fuerza (a lo que contribuye no poco la inexpresividad de Travolta), ni el personaje del asesino que interpreta con tintes caricaturescos el generalmente excelente John Lithgow posee el más suficiente entramado psicológico y, como ya señalaba, ese elemento de conspiración política encubierta queda totalmente desaprovechado. No obstante, conviene destacar en el conjunto de la película dos secuencias espléndidas. La primera de ellas es precisamente la que se desarrolla en el parque  donde acontece el atentado, y la segunda el vibrante virtuosismo e incluso el atrevimiento argumental que brinda el descubrimiento por parte de Jack de cadáver de Sally, teniendo como fondo un espectacular estallido de fuegos artificiales. Pese a las limitaciones de Travolta, la secuencia ofrece una enorme fuerza dramática, constituyendo quizá una de las mejores set pieces de toda la filmografía de De Palma.

Finalmente, hacer mención a la banda sonora de Pino Donaggio –habitual en los films de este director-, que se caracteriza por su irregularidad, puesto que junto a momentos estridentes se alternan otros en los que su fondo sinfónico –como la ya citada escena junto a los fuegos artificiales-, contribuye a potenciar su atmósfera envolvente.

Calificación: 2’5

 Comentario insertado en la web Cinefania en enero de 2002 y reelaborado con posterioridad

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