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CINEMA DE PERRA GORDA

WOMAN TRAP (1929, William A. Wellman) La denuncia

WOMAN TRAP (1929, William A. Wellman) La denuncia

Segunda de las películas totalmente sonoras de Wellman, de WOMAN TRAP (La denuncia, 1929), podría señalarse a primera instancia que nos encontramos ante un atractivo borrador de la muy cercana THE PUBLIC ENEMY (El enemigo público, 1931). Sin embargo, por encima de estas relativas semejanzas. Por encima incluso de la ligereza con la que su director se va fogueando en los primeros pasos del sonoro, nos encontramos ante un relato seco, denso y eléctrico, atesorando buena parte de los rasgos que Wellman prolongó a lo largo de toda su filmografía. Pero es que del mismo modo, todos sus resortes, giros y derivaciones de sus personajes, confluyen en una propuesta sombría que habla ante todo de soledades compartidas.

Tras unos breves instantes de ambientación urbana, WOMAN TRAP nos describirá una pelea callejera, al presentarnos de manera muy dinámica a Dan Malone (Hal Skelly), uno de los dos hermanos protagonistas, agente de policía. La cámara lo seguirá en travelling de retroceso, mientras este recorre la calle dando saltos y zancadas, y plasmando con ello su dinamismo. Una vez llegue a su casa irá a la cama de su hermano Ray (Chester Morris), evidenciando entre ellos una especial complicidad. Ambos sobrellevan el cuidado de su amable madre -Effie Ellsler-, mientras que Ray se dedica junto a su amigo Eddie Evans (Leslie Fenton) a prácticas delictivas en el entorno del alcohol. Se da la circunstancia que Kitty (Evelyn Evans), la hermana de Eddie, es la prometida de Dan. Todo ello conformará una densa telaraña de relaciones, en las que los equívocos, las tensiones, la tragedia y las venganzas, irá de la mano en un contexto convulso, en el que en no pocas ocasiones Wellman pondrá en contexto las consecuencias individuales de los personajes del relato, dentro de un contexto urbano revestido por la frialdad e insolidaridad.

Adaptando una obra teatral de Edwin J. Burque, nos encontramos ante una base argumental que acierta por un lado en la precisión del retrato de sus personajes, pero al mismo tiempo en ningún momento olvida el contexto social donde estos se incardinan, acentuando esa soledad en torno a la masificación urbana, que podremos comprobar en instantes como ese travelling de retroceso que describirá la desolación de los dos hermanos cuando su madre ha quedado ciega en una inesperada situación en el hogar y que, por momentos, no deja de evocarnos la entraña de la muy cercana THE CROWD (… Y el mundo marcha, 1928. King Vidor). En cualquier caso, si por algo destaca esta atractiva película, que sabe emerger de las limitaciones de los primeros talkies, reside una vez más en la inventiva visual desplegada en múltiples ocasiones, propia de su artífice. Algo que surgirá, de entrada, con su sugerente utilización del off narrativo -la manera con la que se describirá la ceguera de la madre de los Malone; la brillante resolución de la pelea de Ray y el policía, que acabará con inciertos disparos, descrita en el interior de un montacargas; la deslumbrante descripción, con apenas tres breves planos de portadas de prensa -a la que de nuevo tendrá presente Wellman en su cine-, servirán para describir la vista que condenará a muerte a Eddie; la elegante y dolorosa manera con la que expresará el casi inevitable suicidio de Ray-.

Lo cierto y verdad es que esa sequedad inherente al cine de nuestro director, tendrá en WOMAN TRIP un atractivo exponente, revelando al mismo tiempo su gusto por el detalle -el gemelo de Ray, que tanta importancia albergará a la hora de encontrar su culpabilidad en la pelea con el policía; el rótulo que aparece ante la mesa de Dan en la comisaría, revelador de su creciente dureza e insensibilidad como agente-. Junto a ello, la película albergará en su entraña dramática un importante pathos. Un aura trágica, en la que la confluencia de casualidades aparecerá casi como un giro del destino. En el que lo accidental -la ceguera de la madre-, la percepción alterada de lo vivido -la creencia de Ray de que el policía al que ha disparado ha muerto, aunque finalmente resulte herido-, o esa aura sombría de su historia -ese inesperado reencuentro de Ray en una taberna, con el agente con el que se peleó en el pasado y creyó matar involuntariamente, y en esta ocasión liquidándolo de verdad en una nueva refriega, lo que condicionará su inevitable final-.

En medio de esta diversidad y ritmo. De esa mirada desencantada que Wellman establece sobre una sociedad, de la que nos llega a acertar el transmitir ese malestar que pronto iba a estallar en el crack financiero de aquel año. En el que las fronteras de la Ley y la delincuencia, en numerosas ocasiones se dan de la mano. En medio de ese contexto convulso, WOMAN TRAP acierta a plasmar la garra del contexto vulnerable de unos personajes, que se ven envueltos en una serie de circunstancias adversas. En el que la fragilidad de sus propios sentimientos les verá abocados a realizar acciones que quizá en el fondo no deseaban, como se plasmará en la irreflexiva venganza propiciada por Kitty contra Dan, que posibilitará de manera involuntaria la muerte de Ray. Sin embargo, en un conjunto revestido de tantos contrastes, tan seco en su plasmación y tan sugerente en su plasmación visual -atención a la brillante utilización de los espacios, en la secuencia de la persecución a Ray que culminará con su pelea con el agente de policía-, uno no puede resistirse a destacar un instante de enorme intensidad emocional. Se trata del retorno de Ray, casi a hurtadillas, volviendo de su huida y escalando al apartamento en el que se encuentra su madre junto a una asistente. Sin que ella pueda verlo, un plano medio sobre este -magnífico Morris- expresará la desolación en su rostro, y su imposibilidad de revertir una situación enrevesada en la que se ha visto envuelto de manera activa.

Calificación: 3

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