THE DELICATE DELINQUENT (1956, Don McGuire) Delicado delincuente
Tras disolver su larga relación de pareja cinematográfica con Dean Martin, Jerry Lewis se encontraba suficientemente maduro tanto en su peso en la industria como en sus propias posibilidades como cómico. Es así como tras la estupenda LOCO POR ANITA (Hollywood or Bust, 1956. Frank Tashlin) y ya consumada una separación casi inevitable –en el rodaje de esta película Lewis y Martin prácticamente ni se hablaban-, el cómico judío protagonizará una serie de films de ámbito familiar entre los que obviamente destacarán las realizadas por el gran Frank Tashlin –de ellos no me resisto a destacar la a mi juicio excepcional TU, KIMI Y YO (The Geisha Boy, 1958. Frank Tashlin), por lo general absolutamente olvidada-.
Pero entre en estas películas de consumo familiar y hasta el debut de Lewis como cineasta con EL BOTONES (The Bellboy, 1960), se suceden algunas rodadas en blanco y negro, en general muy sencillas de producción, y que de alguna manera se brindaban como “variaciones” de géneros en boga en aquella segunda mitad de los años 50. Me estoy refiriendo a títulos como EL RECLUTA (The Sad Sack, 1957. George Marshall) –entre las que he visto- o ADIOS MI LUNA DE MIEL (Don’s Give Up the Ship, 1959. Norman Taurog) y UN MARCIANO EN CALIFORNIA (Visit to a Small Planet, 1960. Norman Taurog) –que aún no he podido visionar-.
DELICADO DELINCUENTE (The Delicate Delinquent, 1956) pertenece a ese extraño ciclo y es precisamente la primera película que Lewis protagonizó en solitario y en ella se toma como temática el cine de pandillas juveniles que hacía furor tras el éxito de la excelente REBELDE SIN CAUSA (Rebel Without a Cause, 1955. Nicholas Ray). Se encargó de su realización ese extraño Don McGuire que años antes ejerciera como secundario y realmente nos encontramos ante un producto que conjuga a partes iguales elementos de interés con ciertos clichés, pero si algo no se le puede negar a este THE DELICATE DELINQUENT es personalidad propia.
No es la primera vez que alguien lo advierte –creo que el desaparecido José Luís Guarner lo señaló en la revista “Fotogramas” hace muchos años-, pero lo cierto es que en la secuencia progenérico de esta comedia se encuentra el estilo coreográfico escenificado años después en las secuencias de pandillas en WEST SIDE STORY (1961, Robert Wise y Jerome Robbins). La misma se desarrolla en unos planos secuencias de gran amplitud, insertando de forma musical a los componentes de una pandilla y teniendo como fondo un sonido percutante -el mismo estilo se encontrará en la secuencia de pelea con esa pandilla ya en la parte final del film-. En cualquier caso la influencia es evidente y no cabe otra explicación que pensar que McGuire (o Lewis, ya que la personalidad de este está clara en el producto) viera el montaje del musical en Broadway. Desconozco si es cierta esa afinidad pero el hecho está ahí, aunque la secuencia inicial finalice con la inoportuna y divertida presencia del joven Sidney Pythias (Lewis), destrozando el golpe que iban a ejecutar los pandilleros y siendo detenido por estos.
A partir de ahí surge la relación del protagonista –un joven, idealista y torpón portero de un viejo edificio- con el agente de policía Mike Damon (eficaz Darren McGavin), que intenta que este se “redima” de su condición de aparente delincuente ayudándole posteriormente a ingresar en el cuerpo de policía. Evidentemente, esta parte ejemplarizante es la menos consistente del film –como lo es igualmente la escasa entidad de los dos personajes femeninos o ciertos baches narrativos que se observan-. Pese a esos inconvenientes hay que decir en su defensa que pese a ser una comedia –y muy divertida en ocasiones- THE DELICATE DELINQUENT se sostiene como tal film del género de teddy boys de forma tan sólida –e incluso me atrevería a decir que superior-, que la mayor parte de los más conocidos títulos de la materia, caracterizados por su enfatismo o lugares comunes –y en ello incluyo obras firmadas por Martin Ritt o John Frankenheimer-. Virtud de esta película es que está muy bien rodada -en ocasiones de forma excelente-, huye de subrayados e integra bastante bien los elementos de comedia hasta erigirse como una variante de este género y no en una parodia del mismo.
Pero es evidente que lo mejor de esta extraña comedia viene dado por los rasgos que nos presenta de Lewis como personaje –además interpretado con bastante sobriedad por su parte-, y la existencia de estupendas set pieces en las que ensaya con técnicas como el “slow burn (gag de efecto dilatado), del que destacaría como ejemplo más divertido la secuencia que Pythias protagoniza con el examinador policía al cual embadurna de tinta, sus conocidas inclinaciones al parodiar personajes orientales (la escena con el luchador), la presencia de situaciones surrealistas que luego potenciará en su cine (ese mueble que destroza y se reconstruye, la cama que maneja con destreza, las llamadas de ese interlocutor acalorado) y por otra parte cierta vena sentimental que por fortuna tiene poco peso en esta ocasión.
Al mismo tiempo, esa brillantez que en ocasiones brinda la dirección de este THE DELICATE DELINQUENT se demuestra en secuencias tan complejas a nivel de planificación como el gag en el que Pythias arregla los cables de una lámpara teniendo como fondo del encuadre la habitación de una anciana que verá como su lámparilla se mueve. Una secuencia divertida y realmente espléndida a nivel de realización que da la medida de los mejores instantes de esta comedia extraña, un tanto atípica, divertida, que carga con su parte moralista y el seguimiento a un guión que lastra sus “fugas” cómicas, pero que realmente se ve con agrado y sorprende por esa referencia existente a la posterior y sobrevaloradísima WEST SIDE STORY.
Calificación: 2’5
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