FRIENDS AND LOVERS (1931, Victor Schertzinger) ¿Amigos o amantes?
Mas allá de resultar una curiosidad de alcance casi arqueológico, podría calificarse con facilidad FRIENDS AND LOVERS (¿Amigos o rivales?, 1931, Victor Schertzinger) como una típica muestra del melodrama de inicios del sonoro. Sin embargo, en ella por un lado se puede detectar la relativa permisividad que el cine norteamericano definía los años previos al funesto y regresivo código “Hays”, y por otro el intento de ofrecer un lenguaje puramente cinematográfico, a una historia que logra dinamizarse del mismo modo por la diversidad de escenarios que despliega a lo largo de un ajustado metraje de menos de setenta minutos de duración. Realizada por el curioso Victor Schertzinger –que figura en los títulos de crédito como coautor de una casi inexistente banda sonora junto a Max Steiner; Schertzinger era violinista-, la película ofrece un más que curioso melodrama triangular que contrapondrá como máxima el debate entre el peso de la amistad de dos oficiales del ejército, o el sentimiento amoroso que sobre ellos ejerce la misma mujer.
Alva Sangrita (Lili Damita), está casada con Victor (Erich Von Strohëim), pero ama secretamente al capitán Geoffrey Roberts (Adolphe Menjou). Victor es un hombre sin escrúpulos que tras descubrir la infidelidad de su esposa, decide chantajear a Roberts con el pago de 50.000 libras. Este último se marchará poco después desde Londres a la India encabezando un destacamento colonial, desde donde seguirá manteniendo contacto epistolar con Alva, la cual se presta a las órdenes de su esposo intentando prolongar la supuesta relación con vista a un futuro rédito económico. Al entono del destacamento se incorpora el joven teniente Nichols (un jovencísimo Laurence Olivier), con quien Roberts mantiene una estrecha relación de amistad, quien le manifiesta sentirse enamorado de una mujer. Lo que sorprenderá al capitán será comprobar el hecho de que se trata de la misma Alva que mantiene relación con él. Tal circunstancia provocará un enfriamiento patente en la relación de los dos camaradas, llegando el más veterano mandar al joven Nichols a una misión respondiendo a una emboscada de bandidos. En un arrebato de amistad, Roberts acudirá a rescatar a su amigo, logrando restablecerse tras ello la camaradería entre ambos, y prometiendo ambos que Alva desaparecería en la vida de ambos. Paralelamente, esta se ve liberada de su esposo tras su muerte a causa de un disparo del mayordomo de la casa, circunstancia esta de la que no tendrá noticia Roberts, ya que quema una carta que esta le ha enviado. Pasa el tiempo y los dos oficiales regresan a Londres, donde asisten a una fiesta. Allí se sorprenderán con la presencia de Alva, que está prometida con un acaudalado francés. El inesperado reencuentro revivirá la rivalidad de los dos entrañables amigos, en especial la del temperamental Nichols, quien se verá poseído por los celos, aunque para la joven no fuera más que un romance sin trascendencia. Ella aún ama a Roberts y este sentimiento dará pie a una situación límite, en la que finalmente prevalecerá la fuerza del amor, aunque tendrá su acomodo la comprensión que proporciona una sincera relación de amistad.
FRIENDS AND LOVERS sorprende desde sus imágenes iniciales por la diversidad de sus situaciones. En una noche londinense vemos a una pareja de enamorados que se despiden. Pronto descubriremos que ella es casada, así como la mezquindad de su esposo, quien no duda en chantajear de la forma más ruin al amante de su esposa. En realidad, el conjunto de esta curiosa película oscila en esa vertiente. Secuencias que se suceden en distintos entornos, aunque prevaleciendo en ellas durante su primera mitad las que se desarrollan en el destacamento en la India y el domicilio de Alva. Esa parte inicial alternará los dos emplazamientos, intentando buscar una serie de intuitivas conexiones entre los amantes. Entre ellos se interna la presencia del joven y apuesto Ned Nichols, que permite comprobar uno de los primeros papeles cinematográficos de un Laurence Oliver que se mueve ya con carisma y desenvoltura en la pantalla, y que supondrá un obstáculo entre la relación de Alva y Roberts. El entusiasmo juvenil del muchacho ante un amor que quizá no se corresponde con su experiencia romántica, es el que propiciará el enfrentamiento de los dos militares. La película se beneficia igualmente por un acertado uso de la elipsis –la que describe el salvamento que Roberts ofrece al joven Nichols- o el off narrativo –el momento en que muere por un disparo Victor-, que proporciona una agilidad a un conjunto en el que pese a observarse en ciertos momentos un relativo estatismo, no es menos cierto que en muchos de ellos hay un empeño considerable en proporcionar al relato de una interesante personalidad visual –en mi opinión, más lograda que otras obras paralelas de directores más prestigiosos-. Al margen de esa considerable presencia de la elipsis, no podemos dejar de destacar una serie de detalles que engarzan los dos entornos en donde paralelamente se describe la acción de la película. Ahí tenemos ese instante de la ducha de Roberts en la india, que funde con una misma ducha realizada en el lujoso dormitorio de Alva; el modo con que se expresa el retorno de los dos militares a Londres –una bola del mundo encuadra la india y luego se desplaza hasta encuadrar Londres-; las sombras que se proyectan en el patio exterior del destacamento en la India al preparar los oficiales a caballería para responder el asalto de los bandidos. Son todo ello ejemplos de una curiosa película que se mantiene vigente por el avanzado retrato que se realiza del protagonista femenino –que en ningún momento se condena en su opciones amorosas-, y una esforzada puesta en escena que logra que su resultado perviva por su relativa originalidad cinematográfica, casi 75 años después de ser realizada.
Calificación: 2’5
2 comentarios
Richard -
un saludo desde webmotril
victor -