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CINEMA DE PERRA GORDA

Gérard Krawczyk

FANFAN LA TULIPE (2003, Gérard Krawczyk) Fanfan la tulipe

FANFAN LA TULIPE (2003, Gérard Krawczyk)  Fanfan la tulipe

De todos es conocido el interés del cine francés en intentar competir con la industria de Hollywood. Para ello desde hace ya varios años siempre aplican esa intención en su apuesta por diversas superproducciones que logran emular en espectacularidad con los estereotipos marcados por el cine norteamericano... y quizá también lo hagan en la escasa calidad que presiden estas. El caso es que era hasta cierto punto lógico que a la hora de reeditar títulos clásicos para el gran público que fueran éxitos en épocas precedentes en la cinematografía gala, retomaran el éxito que Christian Jaque plasmó a inicios de los años 50 protagonizado por el gran Gerard Philippe y Gina Lollobrigida. Me estoy refiriendo a la simpática FANFAN LA TULIPE (1953) que logró un enorme éxito popular en su día, contribuyendo a afianzar el crédito de unos de los más prestigiosos actores franceses de todos los tiempos.

Y de aquel éxito se decidió aplicar un remake trasladando las andanzas de Fanfan (Vincent Pérez), joven desprejuiciado de la Francia campesina de las cercanías del siglo XVIII, caracterizado tanto por su proverbial optimismo como sus inveteradas dotes conquistadoras. Como si se tratara de un trasunto francés del Tom Jones creado por el escritor Henry Fielding en la Inglaterra de un periodo similar, Fanfan vive en un mundo aparte al margen de la realidad de su pueblo, entre conquistas femeninas y con una permanente sonrisa, se verá abocado al sueño de enamorar a la hija del monarca francés - tras defenderla accidentalmente de un ataque en pleno camino-.

Y es que nos encontramos en periodo bélico dentro del reinado de Luis XV, que bajo el prisma que ofrece la película solo vive para caprichos, lujos... e incompetencia. Un monarca que no tiene empacho de incitar a la participación en las batallas de soldados que envía a una muerte segura por su rey, y que para lograr un número redondo de participantes en una batalla –llegar a los 47.000- ordena a sus enviados a reclutar esos 36 soldados que faltan para alcanzar la cifra. El último de los nuevos soldados –captados tras eternos ruegos entre un público totalmente escéptico ante las promesas que se les brinda- será Fanfan que huye de una forzada boda con una de sus rápidas conquistas. En este trasunto conocerá a la joven Adelina, que muy pronto se enamorará de nuestro protagonista, aunque este siga con su sueño de lograr el amor de la hija del rey que la muchacha le había vaticinado en el primer encuentro de ambos.

FANFAN LA TULIPE (2003) destaca en primer lugar por la aplicación de un sentido del humor que quizá tenga mucha aceptación en Francia pero que para nosotros nos resulta bastante poco efectivo. La visión que se ofrece del campo de batalla y la descripción de la ineptitud del monarca ciertamente se nos antojan demasiado bufonescas. No se puede negar que entre tanto aspecto fallido hay algunos gags y situaciones que divierten, pero en conjunto hay que concluir en un balance bastante poco alentador, pese al logro de una ambientación notable que incide aún más en el desaprovechamiento que proporciona en su conjunto. Pero por encima de ese humor chusco y poco estimulante, lo cierto es que el gran handicap de FANFAN LA TULIPE estriba en el uso y el abuso de una estética visual que podría definir de alguna manera como “la traslación de los tics de la MTV a la francesa”. Es decir, y tal y como sucede en otras películas de diferentes géneros también partícipes de este esfuerzo industrial de la industria gala –me viene a la mente EL PACTO DE LOS LOBOS (Le pacte des Loups, 2001. Christophe Gans)- abundan el abuso de planos cortos, lentes deformantes y todo tipo de efectismos que creo empobrecen los resultados con una irritante estética especialmente anacrónica con el periodo histórico en que se desarrolla la historia.

En cualquier caso en un balance bastante poco halagüeño, lo cierto es que no se puede ocultar que algunas situaciones resultan divertidas –especialmente las actuaciones del militar que entrena a los nuevos soldados y su estado mental tras resultar vencido en una lucha contra Fanfan-, en su conjunto su argumento es entretenido, la duración es bastante asequible y, sobre todo, demuestra la entrega de un Vicent Pérez absolutamente arrollador en su carisma, encanto, capacidad acrobática y entrega en un rol ante el que no cabe comparar con la mítica labor precedente de Gérard Philippe. Simplemente se trata de dos visiones válidas en la aplicación cinematográfica de un personaje mítico del cine francés y ante la que Pérez no queda en modo alguno menguado.

Calificación: 1’5