SEDUCED AND ABANDONED (2013, James Toback) Seducidos y abandonados
Lo confieso. No había contemplado hasta el momento ninguno de los doce largometrajes dirigidos por el escritor, guionista y realizador norteamericano James Toback. Alguien a quien se conocería ya en los inicios de los setenta, a partir de su sombrío guion dispuesto para la magnífica THE GAMBLER (El jugador, 1974) la primera de las diversas películas firmadas por el siempre apasionante Karel Reisz en tierras americanas. Por ello, y dado que una mirada exterior a su producción se caracteriza por su heterogeneidad e incluso por su extrema irregularidad, resulta complicado discernir su personalidad cinematográfica ante una propuesta tan inusual como SEDUCED AND ABANDONED (Seducidos y abandonados, 2013). Pero no por ello hemos de dejar de reconocer la valía, e incluso en sus mejores momentos lo apasionante de la propuesta. Toda una rara avis, que, sin embargo, no deja de aparecer ligada a propuestas igualmente singulares, que más adelante citaremos, y que basculan entre el docudrama o incluso el cinema verité.
La iniciativa albergada al alimón entre Toback y el actor Alec Baldwin se centra en la visita de ambos al Festival de Cannes de 2021, al objeto de intentar promocionar un proyecto titulado ‘El último tango en Tikrit’, contando como protagonistas con el citado Baldwin y Neve Campbell. En realidad, nunca sabremos si la pretensión en real o ficticia -es cierto que cuatro años después, Toback dirigiría THE PRIVATE LIFE OF A MODERN WOMAN (2017) con Baldwin como protagonista-. Pero este será el punto de partida esgrimido por Toback como guionista a la hora de establecer diversas subtramas. Por un lado, una mirada revestida de añoranza en torno a la mitología e importancia que alberga la principal cita cinematográfica del mundo. De otro, el recorrido por diferentes productores, en donde se trasladará la común filosofía -e incluso la sabiduría de todos ellos- a la hora de intuir las posibilidades comerciales de cualquier proyecto que se les ofrezca. Al mismo tiempo, conoceremos vivencias de algunas estrellas e intérpretes en torno a su acceso al estrellato. Y finalmente, aquí y allá, se ofrecerán ciertas reflexiones en torno a la condición humana, e incluso a la vinculación entre la creación cinematográfica y la muerte.
Si me pidieran definir de manera sintética la singularidad de SEDUCED AND ABANDONED, no dudaría en señalar que se trata de una singular mixtura entre THE KID STAYS IN THE PICTURE (El chico que conquistó Hollywood, 2002) el magnífico documental de Brett Morgen y Nanette Burstein, que recorre la vida del productor Robert Evans, combinado con el PRÊT-À-PORTER (Pret a porter, 1994) de Robert Altman, unido en ciertos aspectos por el memorable F, FOR FAKE (Fraude, 1973) de Orson Welles. Son algunas de las influencias de un relato en el que predomina lo festivo, pero en la que, entre secuencia y secuencia, casi de un plano a otro, se insertan cargas de profundidad. Y en la que, partiendo de una cierta irregularidad, que impide que su conjunto alcance un mayor grado de perfección, es cierto que consigue envolver al espectador a través de esta curiosa, divertida y, por momentos, apasionante, charada o muestra de “cine dentro del cine”. Una propuesta que se inicia con la afirmación de Orson Welles, señalando que utilizaba el 95% de su tiempo para financiar su cine, y solo un 5% para rodarlo. A partir de esta premisa, nos adentramos en la crónica de la visita de Baldwin y el propio Toback, insertando al espectador en un contexto de glamour que se ve realzado por un ingenioso uso de la Split Screen. Será el entorno en el que se nos introducirá a una mirada en torno a la significación y la mítica generada por Cannes. Lo brindará con testimonios contrapuestos, tan superficiales como siempre atractivos a modo casi de cotilleos o confidencias, expuestos a modo de dinámico collage. Poco a poco se insertará entre ellos, lo que a mi modo de ver se erige como la auténtica entraña de la singular producción; la plasmación del complejo mundo de la producción cinematográfica, a manos de personas que quizá se establecen muy al margen de criterios artísticos, pero que por intuición y experiencia sabe lo que se traen en entre manos, y antes de llevar a cabo cualquier proyecto. Lo contemplaremos entre la aparente frivolidad de una serie de productores que aparecen surgidos del mundo de la dolce vita pero que, en el fondo, demuestra un profundo conocimiento de los entresijos de la materia, y que pese a su dispar origen o ámbito de producción, aciertan a coincidir no solo en sus miradas, sino que saben no solo la importancia que alberga el estrellato a la hora de sacar adelante cualquier película, sino incluso el dinero que se puede ofrecer por determinada estrella -esos cinco millones de dólares posibles para suscribir una película protagonizada por Neve Cambell- o incluso las ironías que recibe el propio Baldwin al ser considerado un actor televisivo -aquellos años era conocido por su protagonismo en una serie humorística-. Entre esta gama de productores, al tiempo que poder contemplar ese aspecto frívolo de sus actuaciones en el conocido festival, no puedo dejar de destacar la presencia de Mark Damon, conocido productor independiente, a quienes los amantes del cine de terror recordaremos por encarnar al galán Philippe Wintrop en la obra maestra de Roger Corman THE FALL OF THE HOUSE OF USHER (La caída de la casa Usher, 1960).
El recorrido de SEDUCED AND ABANDONED, que tengo la impresión partió de unas premisas bastantes libres -se percibe un agradecido sentido de la improvisación, e incluso de complicidad con el espectador-, se complementa con la presencia de diversos actores -en líneas generales bastante superficial- de la que destaca por su extensión y cierta ironía la brindada por Ryan Gosling. Así pues, el film de Toback brinda un recorrido entre bambalinas. Quizá en la propia presencia del realizador -y entrevistador- sobren demasiadas carcajadas por su parte, y en ciertos momentos a partir de su tramo central se tiene la impresión que la propuesta empieza a decaer antes de haber apurado el límite de sus posibilidades. Sea como fuere, lo cierto es que de manera paulatina Toback acierta a introducir ciertos apuntes en torno a esa fauna de seres adinerados y casi fuera del bien y del mal -ese antiguo delincuente millonario, que vive su disipada existencia en un lujoso yate-. En cualquier caso, he de reconocer que me sorprende -y al mismo tiempo fascina- que en sus minutos finales, Toback introduzca en el relato -tras intentar ligar la producción y realización cinematográfica como un acto de creación existencial- una mirada en torno a la presencia de la muerte. Lo hará, además, recuperando los instantes más estremecedores de la notable ULTIMO TANGO A PARIGI (El último tango en París, 1972. Bernardo Bertolucci), a partir de lo cual se intercalarán las opiniones de figuras cinematográficas sobre el concepto de la mortalidad, que todos los interpelados sobrellevan como pueden, empezando por el director de la película elegida, Bernardo Bertolucci.
La propuesta finalizará con el mismo tono festivo y cómplice -entre Toback y Baldwin- con que se inició permitiendo, eso sí, que hayamos podido asistir a una propuesta tan burbujeante como cotilla, tan lúcida como desmitificadora, tan sugerente en sus mejores momentos como superficial en algunos otros. Pero, en definitiva, tan atractiva a la hora de analizar el presente de la producción fílmica, como inevitablemente nostálgica en torno al pasado de la misma, a través de la que sigue siendo su plataforma más mediática.
Calificación: 3