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CINEMA DE PERRA GORDA

Len Wiseman

TOTAL RECALL (Len Wiseman, 2012) Desafío total

TOTAL RECALL (Len Wiseman, 2012) Desafío total

Partamos de un pecado venial o mortal, según se proponga juzgarme; no he contemplado la versión que de TOTAL RECALL realizara en 1990 el interesante Paul Verhoeven. Siempre hay tiempo para cubrir esta laguna, que no es la única por cierto que uno alberga, de entre títulos más menos reconocidos. Al menos, en esta ocasión, me va a servir para tratar con la suficiente inocencia este remake  puesto en marcha por Len Wiseman (Desafío total, 2012) –del que recuerdo con moderado agrado UNDERWORLD (2003)-, a partir del relato corto de Philiph K. Dick. La película se centra en la segunda mitad del siglo XXI, donde el planeta Tierra cuenta en realidad con dos grandes territorios habitados, estando el más grande gobernado por una autoridad totalitaria –Cohaagen (Bryan Cranston)-. En medio de dicha tensa situación, se encuentran una auténtica pléyade de trabajadores, en cuyo seno se inserta Douglas Quaid (Colin Farrell). Este es obrero de una factoría de alta tecnología, hastiado de la rutina en la que se ve envuelta su vida. Tentado de buscar una huída a la misma, y aunque su más estrecho amigo se lo desaconseje, no resistirá la tentación que le formula un nuevo compañero de trabajo, para visitar las nuevas instalaciones de Rekall, una institución que ofrece la posibilidad de hacer realidad unos supuestos recuerdos, que Quaid expresará en su pasión por el espionaje. Sin embargo, cuando todo parece iniciarse a la perfección, un fallo en los instantes iniciales serán los que interrumpan en apariencia el disfrute de la experiencia. Ello no impedirá a nuestro protagonista verse envuelto en una rocambolesca aventura en donde descubrirá que tras su existencia se esconde la de otro ser con su mismo aspecto exterior, sobrellevando ser un destacado componente de la resistencia a la tendencia totalitaria de Cohaagen y, por el contrario, deseoso de acercarse al líder opositor Matthias (Bill Nighy). Esta tremenda transformación vital de los valores que hasta ese momento han regido la vida de Quaid, le harán contemplar incluso que su esposa –Lri (Kate Beckinsale)- no lo era más que en apariencia, emergiendo como un elemento más de los agentes totalitarios, al objeto de extraer de este los recuerdos que sobrelleva en su mente de la personalidad de Carl Hauser, el rebelde que ha estado presente de manera oculta en la mente del protagonista. Por su parte, este no dejará de mostrar una inicial estupefacción, al protagonizar una serie de inesperadas y casi incesantes vivencias, en las que tendrá como aliada a Melina (Jessica Biel), otra componentes de la reistencia.

En realidad ¿qué ofrece este TOTAL RECALL al cine de ciencia-ficción de los últimos años? Bajo mi punto de vista muy poco, por más que su diseño de producción resulte apabullante. Estableciendo una extraña y poco afortunada combinación de dos títulos tan dispares en apariencia como SOYLENT GREEN (Cuando el destino nos alcance, 1973 . Richard Fleischer) y el mítico BLADE RUNNER (Ridley Scortt, 1981), el film de Wiseman no se sustrae a las peores formulaciones visuales del cine de acción establecidas en los últimos años. Es decir, que dejando de lado el verosímil fílmico –que ha de estar presente incluso en títulos escorados a la ciencia-ficción-, queda en su lugar sustituido por una interminable sucesión de episodios vividos por nuestro protagonista, en donde la supuesta puesta en escena con la elección casi abrumadora del plano corto llega a apabullar de forma negativa, hasta tal punto que las escasas secuencias en las que esta se relaja, aparecen como un oasis de cara al espectador. Unamos a ello la presencia de una banda sonora que subraya de manera machacona –responsabilidad de Harry Gregson-Williams-, los escasamente convincentes pasajes de este film en el que no me falta haber podido contemplar su referente cinematográfico, para subrayar la valoración negativa que me merece el mismo. Y es que no todo consiste en la pantalla en el hecho de asistir a una constante sucesión de episodios pirotécnicos, o en ver como nuestro protagonista no se hace sino arañazos al vivir una interminable sucesión de peligrosas aventuras –la menor de las cuales sería mortal de necesidad-. Uno echa de menos en este TOTAL RECALL más moderación, más hondura en su planteamiento dramático, en el componente que ofrece tanto en su relación al mundo del escritor, como en la vertiente relativa al contexto dictatorial que emana de la lucha de Cohaagen y Matthias. Es decir, entre un mundo totalitario, con otro en donde impere la libertad. Ni que decir tiene que finalmente triunfará la segunda merced a una heroica operación en el último minuto auspiciada por Quaid –en donde se aprovechará la ocasión para echar el resto en el departamento de efectos especiales y la espectacularidad del film-.

Sin embargo, si con algo se queda uno en la película, además del carisma que exuda el cada vez más valioso Colin Farrell, en esa visión que se ofrece de una vida urbana totalmente deshumanizada y en la que la población se enracima en calles donde apenas casi se puede respirar, en alguna de las innumerables set pièces que se dispersan a lo largo del relato –estoy pensando especialmente en la persecución que se desarrolla en el laberinto de ascensores-, o en los instantes provistos de una cierta relajación, en los que nuestro atribulado protagonista, irá descubriendo la identidad escondida que poco a poco irá familiarizando –lo que permitirá a Farrell recrear virtualmente otro personaje de características dispares al principal de la ficción-, cuyos recuerdos se esconden en el cerebro, y que le servirán para llevar a cabo su misión. Puede parecer todo ello suficiente para otorgar de la película una valoración mucho más positiva pero, lamentablemente, no es para mí el caso. TOTAL RECALL no deja en casi ningún momento de evitar esa sensación de plato tecnológico precocinado, incitándome cuanto antes a contemplar el referente que Verhoeven tuviera la intuición de llevar a la gran pantalla hace ya más de dos décadas.

Calificación: 1’5