A LOT LIKE LOVE (2005, Nigel Cole) El amor es lo que tiene
Dentro del poco estimulante panorama que plantea actualmente la comedia romántica estadounidense, creo que A LOT LIKE LOVE (El amor es lo que tiene, 2005. Nigel Cole) supone una relativa sorpresa, en la medida que se plantea una propuesta que demuestra cierta frescura, logra sortear buena parte de los tópicos y lugares comunes que definen el género en los últimos años, destaca en su capacidad de observación, despliega una indudable destreza en la dirección de actores y, sobre todo, logra trasladar intermitentemente esa cierta sensación de efímera felicidad o profundo dolor que rodea una relación amorosa.
Es así como la película describía, por medio de sucesivos flash-backs progresivamente cercanos en el tiempo, la relación que se inicia entre Oliver (Ashton Kutcher) y Emily (Amanda Peet) desde un casual encuentro en el aeropuerto de Los Angeles, esperando ambos un vuelo que los llevará hasta New York –y en el que incluso tendrán su primer contacto sexual-. Pronto nos haremos eco de la eficaz descripción de ambos personajes, donde Oliver revelará un carácter soñador –desea alcanzar el triunfo profesional y afectivo en su vida-, al tiempo que pasivo e ingenuo, mientras que Emily demostrará ser una joven emprendedora y tener un cierto “gramo de locura” en su personalidad. Esa oposición de caracteres, finalmente complementaria, será la que a lo largo de varios años definirá unos encuentros casuales o buscados, en los que pese a todo el destino tendrá un peso considerable, y que muchas veces se verán rodeados de detalles y decisiones que impedirán que el sentimiento que desde el primer momento los unió, pueda desarrollar el estado de una insólita amistad. A partir de estas características se describe esta crónica agridulce, mostrada un tono impresionista y siempre rodeada de un adecuado envoltorio musical. En él nuestros protagonistas vivirán momentos e instantes llenos de felicidad, y conocerán el dolor del rechazo de un sentimiento sincero. Realmente, lo que se plantea es algo que se ha venido representando en la andadura de la comedia romántica, y que en este caso toma ciertas reminiscencias –algunos lo han señalado antes que yo-, de BEFORE SURISE (Antes del amanecer, 1994. Richard Linklater) –una película mítica para muchos pero que nunca ha merecido mi estima, todo lo contrario que su cercana continuación en BEFORE SUNSET (Antes del atardecer, 2004. Richard Linklater).
El poco conocido Nigel Cole se guía en su labor en la apuesta por un tono sobrio y sincero, con un especial cuidado para equilibrar los ingredientes de comedia con los de índole melodramático, y en la combinación de una narrativa ligera, que no obstante jamás incurre en excesos y resultados en conjunto bastante atractivos a la hora de transmitir su capacidad emocional. Es cierto que la misma no es lo incisiva y penetrante que sus indicios pueden dar a entender, pero estimo que A LOT LIKE LOVE desea expresar ese estado de ánimo contradictorio que rodea la expresión de los sentimientos a la hora de intentar trasladarlos a esa persona que ha merecido nuestra atención, y que por diferentes circunstancias o bien no nos atrevemos a exteriorizar, o quizá la confluencia de factores externos impiden llevar a buen término. En este sentido, creo que el recorrido temporal que plantea la película, sabe trasladar esos estados emocionales variables en su receptividad. Y entre ellos, hay dos secuencias que destacan –en su oposición-, al describir los extremos de felicidad e infelicidad en cuyos márgenes se puede expresar en dos espléndidas secuencias que, a mi entender, se erigen como los momentos más sensibles de la función. El primero de ellos describe el sentimiento de dicha compartida de Emily y Oliver mientras viajan en coche, exteriorizando sus sentimientos mutuos con sus miradas y al cantar al unísono la letra de una canción que refleja de forma certera su estado de ánimo.
Pero esa sensación de efímera felicidad, tendrá su contraprestación cuando más adelante Oliver acuda a la puerta del apartamento de Emily, expresando con su horrible canción guitarra en mano, el fracaso de su ambición vital y el deseo de consolidar de una vez por todas su relación con la mujer de sus sueños. La alegría y sinceridad del momento se tornará en infelicidad cuando ella le revele que ya está comprometida –se trata del instante más intenso y doloroso de la película-. Creo que todos estaremos que acuerdo en destacar la talla como actriz de Amanda Peet y las escasísimas cualidades como intérprete de Ashton Kutcher. Sin embargo, es mérito del director potenciar la expresividad y sensibilidad de la actriz, y sacar partido de la ingenuidad como estrella juvenil que define la personalidad cinematográfica de Kutcher. Es por ello que entre ambos se establece una magnífica química que permitirá otorgar credibilidad a sus personajes. Y es que pese a su conclusión un tanto artificiosa en su vertiente complaciente, A LOT LIKE LOVE es una propuesta imperfecta y sensible a partes iguales, que en voz baja nos habla de los meandros que existen y delimitan el discurrir de la amistad al amor.
Calificación: 2’5