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CINEMA DE PERRA GORDA

THE STRANGE AFFAIR OF UNCLE HARRY (1945, Robert Siodmak) Pesadilla

THE STRANGE AFFAIR OF UNCLE HARRY (1945, Robert Siodmak) Pesadilla

No cabe duda que THE STRANGE AFFAIR OF UNCLE HARRY (Pesadilla, 1945. Robert Siodmak) se entronca de forma muy cercana con célebres exponentes de una tendencia del cine noir que tuvo sus ejemplos más evidentes en la aportación aquellos años de Fritz Lang en USA –la referencia con THE WOMAN IN THE WINDOW (La mujer del cuadro, 1944) y SCARLET STREET (Perversidad, 1945) es fácilmente recurrente-, o en títulos como SHADOW OF A DOUBT (La sombra de un duda, 1943. Alfred Hitchcock) o LEAVE HER TO HEAVEN  (Que el cielo la juzgue, 1945. John M. Stahl)-. Son todos ellos melodramas perversos y malsanos, que en el ejemplo que nos ocupa efectuará una disección no solo de una sociedad profundamente alterada, si no que este desequilibrio llegará a alcanzar el estamento sobre el que se sustenta su propia existencia: la familia.

 

Después de haber contemplado la mayor parte de ellos, hay que reconocer que no toda la aportación que Siodmak filmó para la Universal se encuentra al mismo nivel. Incluso algunas de sus obras ligadas al cine negro o de suspense – PHANTOM LADY (La dama desconocida, 1944) o THE DARK MIRROR (A través del espejo, 1946), dejan entrever no pocas debilidades o desajustes. Afortunadamente, pese a ser un título muy poco citado al referirse a su obra, creo que THE STRANGE… es una de sus mejores propuestas, sabiendo expresar suficiente sutileza en sus imágenes, equilibrando el carácter transgresor del relato, y demostrando una notable sobriedad a la hora de contenerse en ese fácil expresionismo visual que caracterizaba algunas otras de sus películas de este periodo. El relato se inicia con una voz en off que nos introduce en una aburrida localidad de New Hampshire, donde los representantes de la familia Quincey intentan sobrellevar ser herederos de un clan influyente en la población pero totalmente venido a menos, y que se representan en Harry (George Sanders), Letty (Geraldine Fitzgerald) y Hester (Moyna MacGill). El primero esconde su condición artística trabajando como dibujante en una gran fábrica. Está soltero, residiendo en la vieja vivienda familiar sometido al dictado de sus posesivas hermanas, en especial Letty, que se muestra unida hacia él de forma casi enfermiza y con ecos incestuosos. Harry se deja llevar como muestra de su apocada personalidad, hasta que conoce a Deborah (Ella Raines). Se trata de una publicista que viene de New York y que arrojará una nueva luz sobre su gris existencia. Pese a los nada agoreros indicios que se respiran en la localidad ambos se enamoran, decidiendo casarse. La noticia supondrá un mazazo para la posesiva Letty, que no dejará de poner inconvenientes para retrasar su traslado a otra casa y que se pueda consumar la boda de la pareja. Finalmente, sus argucias surtirán efecto, ya que la esposa abandonará a Harry, pero sobre este se planteará la posibilidad de eliminar el obstáculo que ha impedido su expresión vital. A partir de este instante, THE STRANGE… dejará en segundo término la crónica de matiz psicológica, para dar paso a un suspense desarrollado con especial inspiración, en medio de una serie de giros que paulatinamente irán revelando un malévolo juego de humillaciones entre Henry y Letty, que finalmente quedarán como lo más memorable del conjunto.

 

Basado en una obra teatral de Thomas Job, estamos ante una película brillante en su singularidad de venenosa puya oficiada por un cineasta europeo, ante una sociedad provinciana cerrada y opresiva, caracterizada por la apariencia de las buenas formas, los chismes y cotilleos, y el mantenimiento de un aparente bienestar. Los planos iniciales y la irónica voz en off sirven en este caso como espléndida presentación del marco en el que se va a desarrollar el relato, pero que podría trasladarse sin apenas cambios a tantos y tantos rincones de la geografía norteamericana. En ese contexto pasará a describir el hogar familiar de los Quincey, caracterizado por su aroma a naftalina –Letty tiene como mayor distracción cuidar una habitación agobiante y recargada de plantas-. Una familia que desarrolla sus relaciones por medio de humillaciones y reproches –a ellos no será ajenos la veterana sirvienta-, en los que el representante masculino lleva las de perder –el matriarcado americano en toda su expresión-. La llegada a la vida de Harry de la mundana Deborah será el revulsivo que marcará la actitud premeditada de Letty, de intentar alejar a los dos nuevos amantes, Todo ello es descrito por Siodmak con justeza, sin cargar las tintas en el desarrollo del conflicto y, por el contrario, buscando siempre un tono moderado e incluso lindante con la comedia. El resultado se beneficia de ello, y permite que la progresión dramática sea creciente hasta dejar paso a las respuestas a esas constantes humillaciones, por medio de la insinuación del crímen. Será, en este sentido, a partir de la introducción de este concepto, cuando la película adquiera un mayor dinamismo con la cámara –los movimientos de grúa sobre la escalera del hogar de los Quincey, coincidiendo con la presencia de la vertiente de suspense. Un rasgo este que en cualquier caso no elevará el tono sutil de la propuesta, que siempre se caracterizará por otra parte por un especial sentido de la ubicación de los actores dentro del encuadre –especialmente en las secuencias que relacionan varios personajes en el interior de la casa-.

 

THE STRANGE… nunca dejará de observar una latente ambigüedad en su desarrollo -¿no parece en algunos momentos Letty realmente una asesina?-, y combina ese rasgo sobre todo en el deterioro de las relaciones de Harry con su posesiva hermana, que tiene una expresión magnífica en los momentos en los que por error surgirá una inesperada víctima. La sensación dominante-dominado que en apenas unos instantes pasa de Letty a su hermano, puede considerarse una de las mejores secuencias jamás filmadas porel realizador alemán, y una de las cimas del talento como intérprete de Sanders. A partir de esos momentos, el film de Siodmak ahondará en dicha dualidad por medio de una serie de inesperados giros que revelarán la casi imposibilidad del débil protagonista por librarse de la tiránica influencia de su hermana, ni siquiera cuando esta es juzgada y condenada a muerte. La película brilla igualmente en su alcance descriptivo y coral, y se beneficia de momentos espléndidos. Además de los ya descritos, cabría señalar el de la despedida de Harry de Deborah, a partir de un falso desvanecimiento –que se describe en off- de Letty en un oficio religioso, o la espléndida secuencia en la que nuestro protagonista y su dominante hermana aparentan limar sus asperezas y conversan sobre la relatividad del bien y del mal ante la grandeza del universo –una idea que pocos años después describiría Orson Welles en la secuencia de la noria de THE THIRD MAN (El tercer hombre, 1949. Carol Reed)-, permitiendo decidir a este comentar el crimen delante de su víctima prevista. Todos los elementos del suspense están plasmados a la perfección, siempre integrados en el conjunto del relato y con absoluta lógica, el crimen cometido está descrito con gran impacto al describirse fuera de campo y solo con el ruido de la víctima cayendo al suelo y, en conjunto, su resultado deviene envenenado, transgresor y lúdico en el retrato de un acto criminal promovido por una sociedad llena de fisuras tras su aparentemente impecable comportamiento.

 

Más allá de algún leve sesgo teatral, THE STRANGE… no alcanza la categoría de clásico por lo poco adecuado de sus instantes finales, que si bien en otros títulos de similar corte alcanzaron un aire demoledor en sus propuestas, en este caso solo demuestran haber imitado una tendencia de éxito. Pese a ello, es uno de los mejores films de Siodmak, y una propuesta que debe ser reconocida en su real valía.

 

Calificación: 3’5

4 comentarios

Eugenio Murcia -

El libro que escribió Carlos Señor sobre King Vidor es realmente magnífico. Y no conozco al autor, sólo sé que tiene otro libro sobre Tarkovsky. Sólo quería dejar constancia de mi admiracion por un gran analista cinematográfico.

Opera0 -

Aunque son comentarios de enero de este año he sentido la necesidad, al verlos, de expresar mi coincidencia contigo:
A) El compromiso ideológico, la ideología no interesa en cuanto al análisis cinematográfico.
B) A menudo se tiene una concepción excesivamente limitada de las obras cinematográficas; se las juzga por los sucesos argumentales o por determinados aspectos temáticos que nada tienen que ver con (como dice Carlos Señor) el verdadero análisis cinematográfico: el de la puesta en escena.

Juan Carlos Vizcaíno -

Querido Álvaro:

En primer lugar decirte que yo tampoco soy crítico de cine. Simplemente suelo comentar aquello que veo, pero no formo parte de la nómina de ninguna revista o publicación ni, por supuesto, me dedico a comentar la actualidad del cine.

Sin llegar a tus exremos, conincido contigo en valorar a Robert Siodmak como un muy notable cineasta, interesante en una obra que, como todos los cineastas de su tiempo, asumió una cierta irregularidad. No obstante, el hecho de ser un "hombre comprometido" a mi modo de ver ni le da ni le quita un valor suplementario a su obra.

En cuanto a lo de no contar los argumentos de las películas, si te refieres a mis comentarios, procuro en ellos no revelar aquello que pueda revelar su intriga. Sin embargo, y ya como espectador cinematográfico, te diré que a mi no me importa que me cuenten nada a la hora de ver una película. Es más, mi apreciación del cine se centra en las emcoiones que cada película me produce, no es el seguimiento estricto de su trama. Si así fuera, en realidad estaría pendiente de la labor del guionista y no la del realizador.

Recibe un abrazo y gracis por leer este comentario

Alvaro -

No soy crítico de cine, pero para mi Robert Siodmak es un Maestro de Cine. Muchos directores se han inspirado en su obra, maestro indiscutible del melodrama, artista comprometido con su tiempo. Sin lugar a dudas, y desde mi humilde punto de vista, sus obras son de por sí propias de ser consideradas: cine clásico.
Desearía que los críticos de cine (aclaro que yo no lo soy) NO CONTARAN LA PELÍCULA en sus comentarios. A la gente común nos gusta dejarnos sorprender por la película misma y no que alguien de antemano nos la cuente. Muchas gracias.