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CINEMA DE PERRA GORDA

APPOINTMENT IN HONDURAS (1953, Jacques Tourneur) Cita en Honduras

APPOINTMENT IN HONDURAS (1953, Jacques Tourneur) Cita en Honduras

Dentro de un periodo de especial fertilidad por diferentes géneros y estudios en la trayectoria de Jacques Tourneur, es cierto que no todas las obras que rodó en la primera mitad de los cincuenta gozan de la misma consideración. Uno de los exponentes más significativos de este enunciado lo constituye APPOINTMENT IN HONDURAS (Cita en Honduras, 1953), que aunque no puede considerarse como la aportación más valorada del cineasta dentro del cine de aventuras –la realidad es que apenas goza de reconocimiento alguno-, lo cierto es que podría ser definida no solo como su propuesta más atrevida y arriesgada en este género, sino quizá como uno de los títulos más singulares del conjunto de su filmografía. Se trata de un rasgo este, que no ha sido apreciado por quienes se enfrentan a su visionado con la intención de asistir a un producto más o menos trepidante. De hecho, incluso admiradores del cine tourneriano como Tavernier y Coursodon lo desestimaban, situándolo “en la frontera del bodrio”. Lamentablemente, ante esa generalizada escasa valoración, quizá solo cabría objetar que en esta ocasión el director francés optó por proponer tras la débil anécdota argumental de la película, una narración de la aventura interior de una serie de personajes –varios hombres y una mujer-, todos ellos unidos y quizá reflexionando ante el rumbo de sus vidas, ejerciendo ese en apariencia sencillo viaje como auténtico apólogo moral, ya que en sus pocos menos de ochenta minutos de duración, en APPOINTMENT IN HONDURAS apenas suceden hechos dignos de ser relatados. Sin embargo, desde el primer momento resultará evidente que esta improvisada aventura –salvo para el rol que encarna con verdadera intensidad Glenn Ford- supondrá un punto de inflexión en las vidas de sus protagonistas, estableciéndose en todas ellas un antes y un después, permitiendo la aventura forzada por Jim Corbett (Ford), la aparición de los instintos más primitivos del ser humano. Es así como entre la avaricia de los marinos latinos que buscan afanosamente ese tesoro que piensan persigue Corbett –es la misma situación que vivía el intérprete apenas dos años antes, en otra interesante y desconocida mixtura de géneros; THE SECRET OF CONFLICT LAKE (1951, Michael Gordon)-, por otro lado encontramos un matrimonio despojado de cualquier sincero sentimiento amoroso. Su unión de conveniencia no oculta en estas circunstancias, la incapacidad de Harry Sheppard (Zachary Scott) de amar y estar a la altura de su esposa Sylvia (Ann Sheridan), quien en un momento dado verá en Corbett aquello que hubiera deseado en el pasado para su cónyuge.

APPOINTMENT IN… -una obra en la que se percibe del mismo modo la personalidad de su productor, el apasionante Benedict Borgeaux- tiene un inicio muy rápido, que ya desde sus primeros compases revela las tensiones de nuestro protagonista por cubrir el objetivo de su viaje, mientras que en el matrimonio Sheppard resulte evidente su inestabilidad. Con tanta celeridad como determinación, dentro de unos planos de la pequeña nave encuadrados entre sombras y elementos visuales inquietantes, surgirá la rebelión de Corbett, quien promete a sus contratados una suculenta paga para llegar a Honduras –aunque a ellos les señala que se trata de Guatemala-. El protagonista establece ese trayecto, con la intención de entregar una gran cantidad de dinero que posibilite sofocar el golpe de estado que ha depuesto al legítimo presidente del país. Un cometido este noble, pero del que apenas tendremos datos suficientes para evaluar su conducta, y nos sirva para concluir en el presunto rasgo ético de su personalidad, o si se trata de un simple mercenario.

Toda aventura que se desarrolle en la selva, ha de estar por lógica provista de peligros. Sin embargo, ese amante de la abstracción que siempre fue Tourneur, renuncia a cualquier secuencia de mayor o menor espectacularidad que fuera en detrimento de la propia interiorización de personajes y conflictos psicológicos que, de forma concluyente, forma el relato. Es por ello que las tradicionales amenazas presentes en dicho marco al ser trasladado a la pantalla –serpientes, caimanes-, discurren en el relato de forma formularia, con una sola excepción; el inserto que realiza mostrando la tremenda voracidad de las pirañas, que dejarán en los huesos a dos cocodrilos en apenas unos instantes. Un sorprendente detalle que concuerda con el interés del realizador en los títulos que rodara bajo la égida de Val Lewton en la R.K.O., de incorporar a sus turbadoras propuestas fantastiques escasos momentos de horror puro. En cualquier caso, y como quizá exprese con tanta evidencia en pocas obras de su filmografía, el director francés apostó por una insólita propuesta, despojada de artificios y cualquier otro aditamento, que el que le proporcionara la fuerza y sugestión de la imagen, de la ubicación de sus actores dentro del plano, la composición de los mismos, la presencia de las sombras, tomando como base la luminosa y al propio tiempo oscura utilización del color –espléndida la aportación del operador Joseph Biroc, un vez más el más férreo aliado técnico con el que se apoyaba a la hora de formular sus imágenes-, y también el uso de un fondo sonoro sugerente y lleno de amenazas lejanas. De todos modos, la referencia argumental de APPOINTMENT IN… no es más que una leve base sobre la que se sostiene la sensualidad, la ambigüedad y la expresión plena de sentimientos contrapuestos con una sorprendente austeridad, tomando como base unos escasos decorados naturales recreados en estudio, que pudieron estar filmados en cualquier lugar ¿Qué más da?

Lo que importa para poder disfrutar del hechizo de esta excelente película –además de constatar la extrema densidad de su propuesta, que invita a un nuevo visionado para poder apreciar con detalle las sugerencias planteadas-, es dejarse llevar por una atmósfera casi irrespirable, basada no en el entorno sobre el que los personajes desarrollan su odisea, sino en ese contundente ir y venir de reproches, humillaciones y ambiciones que van manifestando todos ellos. Lo harán a través de gestos sutiles, miradas o lacónicos diálogos y acciones. Quizá nunca en su filmografía como en este caso, el cine de Tourneur se acercó de forma tan rotunda a esa narrativa tan intensa, representada por un lado en los mejores cineastas japoneses (Mizoguchi, Ozu) y de otro por la producción que apenas estaba iniciando Robert Bresson en Francia. Es por eso que cuando Paul Schrader escribió su célebre Esencial in Film dedicado a Ozu, Bresson y Dreyer, quizá debiera haber incorporado a un Tourneur del que, de forma curiosa, retomó su CAT PEOPLE (La mujer pantera, 1942) para realizar una controvertida –y a mi juicio estimable- revisitación cuatro décadas después. La mera existencia de esa pureza cinematográfica que emana de APPOINTMENT IN HONDURAS, o los similares rasgos de “totalidad” que expresa la maravillosa y previa STARS IN MY CROWN (1950), serían motivos concluyentes para dicha inclusión, y solo se podría oponer a ello el hecho de que el cineasta francés fuera un habitual practicante de géneros, aunque en todos cuantos intervino logró incorporar insospechadas cimas. Es por esa circunstancia, por la que personalmente siempre lo he considerado el más grande, el más humilde, el que a partir de unas bases tan comunes lograba expresar su poética personal llena de ambigüedades, de lugares de sombra, de un sentido telúrico, de creencia en otras dimensiones de la existencia y, sobre todo, plasmar todos esos conceptos con la voz callada del que no tiene que imponer nada. Tourneur siempre prefirió dejar las preguntas sin responder, ofreciendo al espectador el interés en el inmenso caudal de sugerencias que le brinda. El título que nos ocupa resulta uno de los ejemplos más concluyentes de esta serie de enunciados, además de erigirse como una de las más singulares aportaciones jamás registradas en el cine de aventuras.

Además de por sus excelencias, sus imágenes revisten para mí una referencia agridulce. Se trata de la número veinticinco que he podido presenciar de su filmografía, y los pocos que me restan por contemplar no están considerados entre la cima de su cine. En cierto modo –y dando un cierto margen a la sorpresa, que no es de descartar a la hora de hablar de un cine tan personal como el suyo-, APPOINTMENT IN HONDURAS cierra de forma provisional una página personal de admiración hacia quien considero el mejor realizador que ha brindado el séptimo arte.

Calificación: 4

2 comentarios

santiago -

acabo de ver cita en honduras y ni de lejos me ha parecido un bodrio como pudo entenderla por ejemplo taverniur
dire que no me ha parecido una gran pelicula como usted afirma , pero que mas quisiera yo de saber tanto como usted , me da una cierta envidia
en cualquier caso es una muy entretenida pelicula donde a mi modo de ver el interes no decae y donde glen ford esta francamente bien y si bien no es una pelicula redonda no es un bodrio ni esta para nada mal
para terminar dire que star in my crown me ha parecido una maravillosa pelicula que merece estar en lo mas alto y que hay que visionar muchas veces para darse cuenta de cosas que a lo mejor se nos escapan a la primera y que no harian mas que confirmar la grandeza de la pelicula, y tambien dire que aunque mature puede que no fuese ni siquiera un actor en easy living bajo mi punto de vista no esta del todo mal , hace una interpretacion muy digna yo diria que incluso buena , para mi una sorpresa
para finalizar dire que de los 20 fimes que vi de tourneur todavia si exceptuo la batalla de maraton que considero que no es suya, no he visto ni una sola mala pelicula suya, podran ser mejores o peores pero el nivel de su cine es alto y puede que como usted yo sea un fan, lo que resulta incomprensible es que algunos solo le vieran como un director solo de serie b.

Alfredo -

De la veintena de filmes que he tenido la oportunidad de ver tengo que reconocer que Cita en Honduras es uno de los que menos me han interesado por la extrema sencillez de su planteamiento y por el sencillo dibujo de los bandidos secundarios (Reyes y sus lacayos).
A mi juicio son momentos destacables:

1. El plano del lacayo muerto en la barca que se aleja por el río.
2. La rara atracción que provocan las imágenes del tiroteo bajo la lluvia.

Mis filmes predilectos de Tourneur son, por orden, Estrellas en mi corona, I walked with a zombie, Retorno al pasado y Tierra generosa. Existe un filme de Tourneur bastante despreciado pero que a mí me parece una obra maestra: Días de gloria, de 1944.