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CINEMA DE PERRA GORDA

THE SUSPECT (1944, Robert Siodmak) El sospechoso

THE SUSPECT (1944, Robert Siodmak) El sospechoso

Cuando el alemán Robert Siodmak acomete el rodaje de THE SUSPECT (El sospechoso, 1944), ya atesoraba en su filmografía con títulos de notable interés, tanto en su país de origen –VORUNTERSUCHUNG (1931)-, como en los propios comienzos de su periplo norteamericano –la previa CHRISTMAS HOLIDAY (Luz en el alma, 1944)- ligado a la Universal Pictures. Será Este un periodo en donde destacará su contribución al cine noir, aunque este se combine con aportaciones ligadas al fantastique e incluso las fantasías exóticas al servicio del inefable tandem formado por Maria Montez y Jon Hall. Dentro de dicho contexto, y pese a sus nada desdeñables cualidades, no puedo situar la película que comentamos entre las más logradas del cine de Siodmak, dentro de un contexto fértil para la obra de este interesante cineasta. Y no lo considero, en la medida de echar de menos dentro de lo que podríamos denominar una comedia negra, ese carácter transgresor que sí alcanzaba, por el contrario, la inmediatamente posterior THE STRANGE AFFAIR OF UNCLE HARRY (Pesadilla, 1945).

En esta ocasión la desventura vivida por un hombre ya de madura edad –Philip Marshall (Charles Laughton)-, se centra en la insoportable convivencia mantenida con su esposa –Cora (Rosalinf Ivan)-, una mujer castrante que no menguará en su agrio carácter, aunque ello propicie que hasta le abandone su propio hijo. Será una rutina mostrada con cierto sentido del humor por parte de Siodamk, dentro de una cuidada pero al mismo tiempo convencional ambientación del Londres de principios del siglo XX. Marshall trabaja como ejecutivo en una empresa de tabacos desde hace décadas, y hasta allí llegará una joven en busca de trabajo –Mary Grey (Ella Raines)-, siendo rechazada con amabilidad por este, pero iniciando de manera inesperada –un posterior reencuentro en un parque lo ratificará- una relación de amistad que poco a poco, y de manera inesperada, fraguará en una inesperada y compartida pasión amorosa. Pero llegará un momento en el que esta tendrá que asumir la condición de casado del veterano amante, acuciado además por la persecución que Cora pondrá en práctica a la hora de comprender como su esposo la ha abandonado casi por completo. Será su sentencia de muerte, aunque en la ficción se muestre de manera elíptica, dentro de una película que deja de lado en casi todo momento el elemento de suspense, para inclinarse por el contrario por ese juego de comedia negra de suaves maneras british, que en realidad esconde su principal objetivo; ser un producto construido para el exclusivo lucimiento de su protagonista masculino.

Nada hay de malo en ello, y muchas grandes películas se han puesto en marcha en función de servir de vehículo para la mayor gloria de sus protagonistas. Sin embargo, THE SUSPECT no lo es, aunque hay que reconocer que Laughton hace un excelente trabajo de composición, suavizando las aristas más ácidas de su estilo habitual y, en su oposición, brindando el retrato de un hombre sencillo y apacible que se verá abocado al crimen casi obligado por la necesidad de libertad en el contexto castrante en el que se desarrolla su existencia. Sin embargo, uno echa de menos en el film de Siodamk esa capacidad disolvente para mostrar una comunidad puritana que sí mostraba la citada THE STRANGE AFFAIR…, o esa capacidad para la comedia negra que mantendría la excelente y posterior MONSIEUR VERDOUX (1944), de la que el título que nos ocupa aparece como un inesperado y limitado borrador. Cierto es que sus imágenes nos ofrecen una inesperada química entre Laughton y Ella Raines, que en su discurrir se plantean secuencias atractivas que dejan ver las posibilidades que podría haber atesorado el film de haber apurado a fondo sus posibilidades –la escena desarrollada entre el protagonista y el vecino facineroso que encarna el siempre magnífico Henry Daniell; la reconstrucción que el Inspector Huxley (insípido Stanley Ridges) ofrece a Marshall de ese crimen de su esposa que él intuye y el espectador sabe ha sucedido pero no ha contemplado en la pantalla-.

Son elementos y detalles, destellos de esa gran película que podía haber sido esta, con todo, modesta producción de la Universal, pero que finalmente no llega a resultar, quedándose a medio camino de sus intenciones. Nada hay que objetar a dicha circunstancia, pero si se echa de menos un mayor juego dramático entre los encuentros existentes entre Marshall y Huxley, percibiendo una cierta blandura en un relato fílmico que no incorpora ese grado subversivo que sí caracterizaban los exponentes precedente y posterior del realizador. No por ello desdeñaremos su resultado, aunque esa imagen final con el protagonista resolviendo el peso de su conciencia a partir de la trampa que le ha tendido el inspector, diluya el cinismo que podía haber impregnado una película apreciable, pero que pese a todo deja un cierto regusto de insatisfacción.

Calificación: 2’5

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