Blogia
CINEMA DE PERRA GORDA

THE LIQUIDATOR (1965, Jack Cardiff) El liquidador

THE LIQUIDATOR (1965, Jack Cardiff) El liquidador

El extraordinario prestigio de que goza Jack Cardiff como operador de fotografía, ha sido un elemento que ha oscurecido su andadura como realizador cinematográfico. Una tarea en la que podríamos calificar a Cardiff como un competente artesano en el conjunto del cine británico, contando en sus películas con materiales de base que resaltarían en mayor o menor grado los resultados obtenidos. Ello no nos puede hacer olvidar el logro de una obra maestra, como la adaptación de D. H. Lawrence SONS AND LOVERS (1961), le reconocida THE MERCENAIRES (El último tren a Kananga, 1968), o la casi ignorada comedia MY GEISHA (Mi dulce geisha, 1962). No podemos situar THE LIQUIDATOR (El liquidador, 1965) a la altura de los títulos citados, e incluso de algunos otros de los trece que Cardiff dirigiera, y entre los que se encuentran algunos títulos totalmente desconocidos a los que merecería echar un vistazo.

THE LIQUIDATOR se basa en una novela de John Gardner –autor de uno de los primeros argumentos de los policíacos fascistoides dirigidos bastantes años después por Michael Winner y protagonizados por Charles Bronson-, y se entronca por derecho propio como una de las primeras visiones más o menos humorísticas, realizadas al socaire de la consolidación del mito de James Bond. Manteniendo una cierta afinidad con el mundo visual, incluso más que temático, de la serie Bond, por otro lado se mantienen con un lenguaje narrativo bastante convencional, un poco siguiendo los patrones de las primeras muestras de dicha serie, firmadas por Terence Young y Guy Hamilton. Ello ni va a favor ni en detrimento de su resultado. Simplemente sirve para constatar como un determinado look fotográfico y de producción, poco tiempo después iría acompañado por una serie de elementos visuales ligados el contexto pop y sixties que en tan pocas ocasiones –aunque las hubo- han resistido el paso del tiempo.

En este caso, la referencia se adscribe a los primeros Bonds, para lo cual se recurre a una impactante canción de Shirley Bassey, acompañada por unos títulos de crédito de Richard Williams –el de A FUNNY THING HAPPENED ON THE WAY TO THE FORUM (Golfus de Roma, 1966. Richard Lester)-, que nos ratifican en la impronta irónica de su conjunto. En realidad, lo hará ya la secuencia progenérico, rodada en blanco y negro, en la que se describirá la torpeza del soldado Boysie Oakes (un Rod Taylor que sabe sumarse a la farsa). En apenas pocos segundos contemplamos su absoluta inadecuación dentro de la culminación de las tareas aliadas, aunque un golpe de suerte, le llevará a salvar la vida de Mostyn (Trevor Howard), un espía que se encuentra a punto de ser ejecutado por dos agentes. Ha pasado el tiempo y dentro de una situación de extrema volatilidad tras la incidencia del espionaje por parte de las fuerzas del Este, la agencia británica, comandada por su amoral superior, y acuciado por las autoridades británicas, encargará a Mostyn un plan centrado en encontrar alguien que se encargue de eliminar, fuera del sistema y del estado de derecho, a aquellos espías reconocidos en su daño hacia el mundo occidental. Peligrosa y condenable premisa, que la película no acierta a articular en su vertiente nihilista, pero que queda difuminada ante la elección de Boysie para asumir dicho cometido. Lo encontrará como copropietario de un bar rural, asistiendo antes a un entierro –una secuencia revestida de atmósfera sombría-, y formulando un private joke hitchcockiano, al comprobar que este mantiene en su añejo bar una enorme jaula de pájaros. Pese a sus reticencias, accederá a la propuesta ofrecida por Mostyn, embaucado por el lujo que se dispone a vivir –un enorme apartamento, coche, buenos emolumentos-, sin conocer que en realidad ha de ejercer como asesino. Una vez al tanto de ello, comprobará que no tiene el valor ni la carencia de escrúpulos suficiente para poder ejecutar los “encargos” de sus superiores, contratando para ello al siniestro Griffen (Eric Sykes). Será este quizá el personaje más atractivo de la función. Un asesino que antes de ejercer como tal trabajó en una firma funeraria, plenamente consciente de la importancia de la muerte. Por tanto, se sucederán unos encargos  los que el asesino nunca preguntará las razones para ello, mientras que nuestro protagonista va ganando una fama como ejecutor de la limpieza de las alcantarillas del mando militar británico. Pero Boysie cometerá un error, enamorarse de la secretaria y también amante de Mostyn –Iris (la entonces en pujanza Jill St. John)-. Incluso llegará a programar un fin de semana con ella en Montecarlo, lo que supondrá el detonante de una aventura en la que se pondrán en jaque espías rusos, que van a la búsqueda del prestigioso agente, y al mismo tiempo soliviantará los ánimos de su superior. Será el epicentro de una peligrosa peripecia, en la que el personaje encarnado por Rod Taylor será secuestrado, viviendo lo que en realidad es un doble juego, y hasta incitado a un asesinato que se le ha vendido como un ensayo.

Sin grandes alicientes, combinando con cierto grado de extrañeza el componente de propuesta de espionaje y la visión distanciada de dicho mundo, aunque alejada de propuestas que cuestionaran su funcionamiento, lo cierto es que THE LIQUIDATOR funciona de manera discreta como producto en el que se alternan episodios de acción –la peligrosa huída de Taylor tras liberarse de su secuestro, por las escarpadas carreteras de la Costa Azul; el episodio final teniendo que retornar un avión que vuela con peligroso destino-, con otros en los que el matiz humorístico se encuentra presente –centrado ante todo en la presencia de intérpretes como Akim Tamiroff, o en el permanente elemento irónico que ofrece Trevor Howard-. Sin embargo, si algo otorga una cierta personalidad a un conjunto discreto pero no desdeñable, es sin duda la patina que le brinda la saturada fotografía en color ofrecida por Stanley Cortez, que deja bajo su envoltura colorista, un aura de cierta sordidez que beneficia a su conjunto.

Calificación: 2

0 comentarios