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CINEMA DE PERRA GORDA

TOP HAT (1935, Mark Sandrich) Sombrero de copa

TOP HAT (1935, Mark Sandrich) Sombrero de copa

He de reconocer que a veces soy un bicho raro, y hay producciones cinematográficas que gozan de una "mítica" ante la que no puedo más que expresar mi estupefacción al considerar que en la mismo no hay más que grisura envuelta con esporádicos destellos de talento.

Este es para mi el caso de esta hipervalorada SOMBRERO DE COPA. A saber, mezclese un apagado argumento de comedia basada en el clásico vodevil, estirado hasta la extenuación y con un casi nulo timming. A ello agreguen una serie de números musicales desigualmente vinculados al ténue hilo argumental, mézclese en la coctelera y de la misma aparecerán todas las producciones de la RKO creó con gran aceptación popular para la conocida pareja formada por Fred Astaire y Ginger Rogers. Muchas y variadas fueron las colaboraciones de este tandem pero bien es cierto que el resultado final de las mismas en pocas ocasiones adquirió una especial significación -pienso en la ocasión en la que George Stevens dirigió alguna de estas películas-.

¿Qué ofrece en concreto SOMBRERO DE COPA? Los mitómanos amantes del musical hablarán de la maestría de Fred Astaire en el baile, la música de Irving Berlin, la coreografía de Hermes Pan, la performance cómica de Edward Everett Horton... ¿Pero ello es suficiente para elevar esta peliculita al altar de los "clásicos"? En mi opinión, no. Es innegable que SOMBRERO DE COPA comienza de forma ingeniosa con ese travelling de retroceso de sombrero que se ofrece como fondo a los títulos de crédito, mostrando la entrada de los componentes de un club londinense y una divertida situación de comedia en el interior del mismo al violentarse las reglas de silencio que en él se siguen como norma estricta.

Lamentablemente esa es la máxima situación de comedia planteada, ya que junto a los desiguales devaneos del criado de Everettt Horton (el empresario que contrata a Jerry Travers -Astaire-), el resto del no muy extenso metraje de la película rodea el aburrimiento y las convenciones más rutinarias. Es sorprendente que en un año -1935- en el que ya quedaba sobradamente demostrado el talento de nombres como Lubistch, McCarey o Hawks, puedieran ofrecerse unas convenciones de comedia tan tediosas por un artesano tan poco dotado como Mark Sandrich.

Pero es que en la vertiente musical -ese terreno en el que los exégetas del género, entre los que no me encuentro, basan la valía de títulos como este-, los números ofrecidos no tienen implicación con el contenido "interior" del mismo. Es decir no sirven, como sí sucediera en el musical clásico, como expresión de sentimientos de sus personajes. En este sentido, bien es cierto que el número en el que Astaire y Rogers bailan en el reencuentro y delante de la hipotética esposa de este (el equívoco del film) -el célebre cheeck to cheeck- sí acierta a expresar esa pasión amorosa de la pareja. Esa secuencia, los ya señalados contados momentos válidos de comedia y una en ocasiones acertada utlización de fundidos/encadenados, es el corto balance de uno de esos "falsos mitos" de un entonces naciente musical americano, que uan década después y fundamentalmente de la mano del productor Arthur Freed y realizadores como Stanley Donen y Vincente Minnelli, ofrecería lo mejor de si mismo a la historia del cine.

Calificación: 1’5

3 comentarios

Dany -

Aplausos al comentarios de arriba.

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Alex Ludendorff Von Schlieffen -

Bueno señor Criticoncillo. Pues si Sombrero de Copa tan mala le parece, pruebe usted a escribir uno de esos guiones vodevilescos de escasa calidad que tanto desprecia. Ande, inténtelo, seguro que el resultado es un balbuceo patético. Podemos continuar con la dirección ¿ha dirigido el Criticoncillo alguna película en su vida? Si lo ha hecho no me explico cómo puede despreciar esta producción, con racord perfecto, magnífica puesta en escena con unos decorados fabulosos y un vestuario en el que no falta el mínimo detalle. Por no entrar en detalles técnicos que, sin duda despistarían al Criticoncillo.
Seguro que el Criticoncillo no tiene mucho criterio propio, seguro que el Criticoncillo ha leido mucho Jane Feuer y copia textualmente, como una cotorra, seguro que el Criticoncillo nunca ha visto una peli de Lubitsch, Mc Carey, Arthur Freed, Stanley Donen o Vincente Minnelli. En ese caso se daría cuenta de la cantidad de subgéneros que ha mezclado tontamente y que ha confundido en un batiburillo que sólo demuestra su total ignorancia sobre el género al que pertenece la película que, creyendo que criticaba, ha quedado reforzada una vez se demuestra la inconsistencia formativa del Criticoncillo.
Adiós Criticoncillo

esther -

pues a mi me ha gustado. astaire es el mejor