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CINEMA DE PERRA GORDA

HOME TOWN STORY (1951, Arthur Pierson)

HOME TOWN STORY (1951, Arthur Pierson)

Probablemente, la única razón por la que hoy día pueda reconocerse mínimamente una película tan gris como HOME TOWN STORY (1951, Arthur Pierson), sea por la presencia en su reparto de una primeriza Marilyn Monroe. Partiendo de la base de que nunca he sido un fervoroso de la mitología generada por el gran icono cinematográfico, sí he de reconocer que, al margen de algunas interpretaciones de relieve y la frescura de su presencia, la Monroe logró una filmografía de gran nivel, quizá sobrevalorada en algunos de sus títulos, pero creo que en su conjunto realmente destacable. En esta pequeña producción ejerce como secretaria de un pequeño periódico local que ejercerá como detonante de la acción, resistiendo en todo momento las pícaras provocaciones e insinuaciones que se le ofrecen.


Mas allá de esta episódica presencia, el film de Arthur Pierson tiene las trazas de ser un episodio de la primitiva televisión norteamericana, ya que su duración apenas supera la hora de duración. Y su argumento –obra del propio realizador-, nos cuenta el duro retorno de Blake Washburn (Jeffrey Lynn), tras ocupar durante dos años el cargo de senador –en un momento de la película se revela que fue elegido dada la popularidad lograda como combatiente de guerra-. En las últimas elecciones los ciudadanos de una población media norteamericana no renovaron su confianza en él, eligiendo en su oposición al hijo de John McFarland, uno de los empresarios más influyentes y poderosos de la ciudad.


Blake asumirá el cargo de editor del “Herald” -el periódico de la localidad-, iniciando muy pronto una serie de editoriales denunciando los beneficios obtenidos por las grandes empresas de cara a su relación con el estado. Una tendencia demagógica que buscará un aumento de ventas en el rotativo pero, fundamentalmente, postularse como valedor de los derechos del ciudadano medio y de alguna manera intentando levantar su propia carrera política.


Podría decirse que nos encontramos en un terreno no muy lejano del esquemático –aunque venerado en algunos sectores- ACE IN THE HOLE (El gran carnaval, 1951. Billy Wilder). Pero, lamentablemente, nos encontramos con una propuesta tan ejemplarizante como apagada, que por su escasa duración no tiene ni siquiera tiempo de profundizar en nada. Pero es que además en su tercio final, HOME TOWN STORY nos cuenta el accidente y posterior rescate de la hermana pequeña de Blake, acaecido en una mina abandonada de McFarland. Allí se demostrarán los buenos sentimientos del acaudalado industrial –a cuyo personaje, todo hay que decirlo, la presencia de Donald Crisp proporciona una considerable humanidad-, redondeando un mensaje netamente capitalista y, en su conjunto, aleccionador sobre la perfección de los modos y reglas implantados en la sociedad norteamericana.


Y no puede decirse que –pese a su reaccionarismo- tal planteamiento provoque vergüenza ajena, ya que la película es tan endeble e insustancial a todos los niveles, que incluso su alcance ideológico perece en un conjunto inocuo y olvidable a todos los niveles.

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