NEXT (2007, Lee Tamahori) Next
Hay dos manera de entender y asumir NEXT (2007, Lee Tamahori), que confluyen en su vertiente argumental, no siempre de forma afortunada. Una de ellas es asistir a las capacidades y –al mismo tiempo-, la tragedia que asume el aún joven Cris Johnson (Nicholas Cage). Este posee poderes que le permiten atisbar lo que puede suceder a su alrededor en un radio de dos minutos posteriores, y de algún modo explota sus posibilidades, protagonizando un número de magia en un casino de Las Vegas, bajo el nombre artístico de Frank Cadillac. La otra lectura la supone la incardinación de este punto de partida con un simple relato de acción, en el que un grupo de agentes del FBI comandados por la sagaz Callie Ferris (Julianne Moore), se encuentran ante la peligrosa misión de detectar un grupo terrorista procedente de un innombrado país del Este, que ha dispuesto el estallido de una bomba nuclear en el contexto de la ciudad de Los Angeles. En medio de ambos ejes, Tamahori quizá no logre extraer las enormes posibilidades que emanaban de la primera de dichas vertientes –la tragedia existencial vivida por un hombre que ha de llevar como auténtica carga esos poderes indeseados-, ligando de alguna manera esta circunstancia con el lejano y magnífico melodrama sórdido que fue NIGHTMARE ALLEY (El callejón de las almas perdidas, 1947. Edmund Goulding) o, sin ir más lejos, en el atormentado medium que encarna Matt Damos en la magnífica HEREAFTER (Más allá de la vida, 2010. Clint Eastwood). Los primeros minutos del relato inciden –con gran acierto- en dicho contexto, acompañando sus acciones habituales la propia voz en off del protagonista, al que se describe dentro de un ámbito marcado por cierta pesadumbre existencial. A estas facultades paranormales, se unirá la extraña circunstancia de que el limitado periodo de dos minutos que posee de manera general, se prolongue en bastante más tiempo ante una joven de la que se ha quedado enamorada, aunque aún no la conozca en realidad. Se trata de Liz Cooper (Jessica Biel), una maestra que desarrolla sus clases en una pequeña reserva india situada junto a un gran cañón. Poco a poco –y para ello la previsión de futuro del protagonista irá modificando la manera con la que logrará llamar la atención de la muchacha, en una sucesión de situaciones descritas con un agudo sentido del humor-, Cris logrará acercarse a la que considera la mujer de sus sueños, logrando que esta le lleve a un destino que para él es ficticio –sabe a donde ella se dirige-, y abriendo con ello ese contacto con la joven que su intuición –y también las muestras que vive- le permiten vislumbrar en ella una mayor prospección de el futuro. Al mismo tiempo, con ese contacto se incentivará la persecución de los agentes del FBI, necesitados de las facultades de predicción de nuestro protagonista, imprescindibles para detectar esa amenaza letal que se cierne sobre Los Angeles. Conscientes del inconveniente que puede suponer la mediación de Johnson, el grupo terrorista intentará liquidarlo, al tiempo que propiciará el secuestro de Liz, para con ello lograr que este no se interfiera en sus planes. Sin embargo, será dicha circunstancia la que en último término llevará al desencantado dotado con facultades de premonición, a implicarse con la agente Ferris.
Si recurriéramos a la terminología que marcó el maestro Hitchcock en torno a cualquier propuesta de suspense, lo cierto es que el mcguffin de NEXT deviene poco convincente ¿Qué desea ese grupo terrorista a la hora de hacer estallar una bomba nuclear en Los Angeles? En ningún momento se plantea explicación alguna en una propuesta que quizá no lo precise, en la medida que se articula como un producto de acción, que divide de forma muy clara esa vertiente de angustia y cansancio existencial marcdo desde pequeño por Cris, alternando dicha circunstancia con la mayoritaria incorporación de su metraje, dentro de los cánones imperantes del cine de acción. Aunque en líneas generales es un realizador poco valorado, personalmente considero al neozelandés Lee Tamahori un competente artesano inserto dentro del cine mainstream –recuerdo con agrado su atractiva THE EDGE (El desafío, 1997)-. Esas capacidades se pondrán de manifiesto en un relato atractivo, trepidante en algunas de sus secuencias de acción –la espectacular que se produce con la caída de vehículos, objetos y troncos por la ladera, o la propia e impresionante configuración de su penúltima escena-, y al mismo tiempo más o menos aceptable a la hora de tratar ese personaje que sobrelleva como una tragedia un elemento que cualquier ser humano consideraría un enorme privilegio –atención a la discreción con la que sobrelleva su modo de vida, logrando pequeños triunfos en los casinos sin llamar con ellos la atención de sus propietarios-. Pese a dichos atractivos aciertos parciales, y como señalaba al inicio de estas líneas, NEXT pierde la ocasión de erigirse como una cruel parábola de la imposibilidad del ser humano de sobresalir de las coordenadas que proporciona su propia existencia. Es más, Tamahori no duda en separar de forma muy clara los episodios más o menos intimistas, de aquellos otros enmarcados en la vertiente de la acción pura y dura, faceta en la que la variación que proporciona la banda sonora de Mark Isham deviene a mi juicio uno de sus elementos más molestos.
En el haber del film se puede destacar el hecho de estar enmarcado dentro de un metraje ajustado, la claridad –e incluso en ocasiones el ingenio; ver la secuencia en la que Cris se desdobla a través de múltiples localizaciones en el episodio ubicado dentro de una gigantesca nave, al objeto de localizar a los terroristas y sus cargas explosivas- con la que se visualizan sus poderes precognitivos, e igualmente la adecuación que brinda Nicholas Cage –que nunca ha sido santo de mi devoción-, a la hora de incorporar su rol protagonista, mostrando una solvencia y vulnerabilidad en su trazado, evitando con ello cualquier muestra de divismo ante la pantalla –Cage es coproductor del film-. No cabe duda que dentro de las adaptaciones que ha conocido el novelista Philip K. Dick –en este caso recreando The Golden Man-, no será esta una de sus muestras más recordadas. Sin embargo, y aún reconociendo la ausencia de integración de las dos vertientes que propone su metraje –en detrimento de la que podía ser el más interesante-, la rotundidad y sorprendente ambigüedad de su conclusión, así como la eficacia que demuestra como propuesta de acción, logran conferir a su conjunto un resultado nunca admirable pero en todo momento apreciable, indigno de sufrir el descalabro comercial que sufrió en el momento de su estreno.
Calificación: 2’5
5 comentarios
Eugenio Murcia -
Alfredo Alonso -
Esperaré tu crítica.
Te invito a que leas un divertido, breve y modesto artículo sobre cine marítimo que he escrito en mi blog.
http://cineyarte.blogia.com
Juan Carlos Vizcaíno -
Hay personas mucho más cualificadas que yo que han destacado la última película de Eastood. Lo que pasa es que parece que por versar de una temática tna espiosa, ha sido más cómodo mirar para otro lado. Dentro de algunas semanas colgaré la crítica -para ello me gusta seguir un orden cronóligo de lo que voy viendo y escribiendo antes-. Y siempre gracias por seguir este rinconcito.
Morfeuss: Muchas gracias por tus palabras, sin duda creo que desmedidas.. y no siempres te fíes de lo que pueda decir en mis comentarios, jejeje, que cada persona es un mundo.
Un abrazo a ambos
morfeuss -
Ehnorabuena por la web. ES ENORME.
Alfredo Alonso -