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CINEMA DE PERRA GORDA

CRAZY, STUPID, LOVE (2011, Glenn Ficarra & John Requa) Crazy, stupid, love

CRAZY, STUPID, LOVE (2011, Glenn Ficarra & John Requa) Crazy, stupid, love

Aunque en los últimos años han proliferado comedias en el seno del cine norteamericano, en donde se ha introducido el término “bromance” –y de la cual sería un ejemplo adecuado el notable I LOVE YOU, MAN (Te quiero, tío, 2009. John Hamburgo)-, centrada en parejas de personajes masculinos sobre los que se desarrollaba el principal foco de atención del film, lo cierto es que la nada desdeñable CRAZY, STUPID, LOVE (2011, Glenn Ficarra & John Requa) se aleja en cierto modo de dicho enunciado. Y es que, sin dejar de estar ligada a todo aquello que ha proporcionado el denominado “universo Apatov” –fundamentalmente por la presencia como coprotagonista y coproductor del estupendo Steve Carell-, lo cierto es que en esta ocasión si tuviera que buscar un referente sobre el que quizá se basaran los responsables del producto, sería el de la divertida y hoy apenas evocada comedia dirigida por Gene Kelly GUIDE FOR A MARRIED MAN (Guía para el hombre casado, 1967), protagonizada por un Walter Matthau que no cejaba en su deseo de ser infiel a su esposa, aunque solo fuera en una ocasión, y al que aconsejaba su amigo Robert Morse –que por su aspecto físico podría bien ser un precedente a Carell-. Cierto es que en aquella ocasión la película se estructuraba en base a episodios que servían de constantes lecciones por parte del avispado Morse –un gran comediante hoy por completo olvidado-, a la hora de asesorar a su timorato amigo. En esta ocasión, la situación difiere en ciertos planteamientos, pero no en ese eje central del hombre medio norteamericano, asesorado por un avispado conquistador, que encarnan respectivamente Carell y un Ryan Gosling al que en estos dos últimos años se ha modificado su imagen para convertirlo una estrella del más alto nivel, y que ciertamente se erige absolutamente irresistible en su rol del conquistador Jacob.

Carell encarna a Cal Weaver, un hombre de posición acomodada y personalidad apagada, que en plena cena recibe de su esposa –Emily (Julianne Moore)- la decisión de esta de pedirle el divorcio, añadiendo a ello su confesión de que le ha sido infiel con un compañero de trabajo. La noticia hundirá al abnegado esposo, quien verá derrumbado su mundo pese a aceptar con aparente estoicismo esa nueva vida, que ahogará acudiendo de manera regular a una lujoso pub. Allí serán constantes su lamentos entre sus incesantes copas, hasta que a él se acerque Jacob Palmer (Gosling), un atractivo joven de irresistible éxito entre las más despampanantes mujeres. Sin mediar ninguna intención, este se compadecerá de Cal, proponiéndole a ayudarle en modificar su paupérrima imagen y, ante todo, elevar esa autoestima que se encuentra por los suelos. Este será el punto de partida de una comedia que hay que reconocer deviene considerablemente divertida en su primer tercio –centrado ante todo en la puesta en práctica de los trucos que han convertido a Jacob en un conquistador infalible-, y sus intentos en transmitir parte de su sabiduría en la materia, a un hombre lastimero, totalmente opuesto a él –sensacional el gag en el que Cal se desmaya posando su cabeza en los genitales de este-. Personalmente, considero que el film del tandem Ficarra & Requa desciende en cierta medida el grado de interés de su tramo central, que es donde se van extendiendo las diversas subtramas, que se unirán en el tercio final del metraje. Ello no nos evitará que, vista en su conjunto, CRAZY, STUPID, LOVE se erija como un producto nada desdeñable, en donde junto a elementos y situaciones divertidas –buena parte de ellas corren a cargo del personaje de Jacob; su utilización de la táctica del baile de DIRTY DANCING (1987, Emile Ardolino)la confesión que mantendrá en esa primer anoche de amor con esa joven a la que había asediado al principio del film, y que de manera inesperada cambiará por completo su vida ¡llegando a confesar que es un adicto a la tele tienda!-.

Pero junto a ello, la película destaca en el uso de la pantalla ancha, la presencia ocasional de ralentis no deviene especialmente molesta, y la incursión de roles secundarios –la profesora con la que Cal mantendrá una inesperada relación sexual encarnada por Marisa Tomei-, por la presencia de oportunos giros que permiten que la película, en última instancia, se convierta en un auténtico mosaico coral en torno a esa terna búsqueda del “alma gemela” que, en el fondo, ha caracterizado a la unión de los seres humanos en parejas y matrimonios. No se puede negar que la conclusión de CRAZY, STUPID, LOVE, ofrece ese resultado más o menos conservador, característico de la comedia norteamericana de los últimos años, pero tampoco ello impide detectar en la misma una considerable capacidad de observación, que en muchos de sus instantes convierte lo que se supone amor en desconfianza y control de la que supone su pareja. Esa claudicación final de Jacob, convertido de conquistado impenitente en novio ideal, en realidad me vuelve a recordar al anteriormente citado film de Gene Kelly –que en su momento fue acusado de reaccionario- y en definitiva nos demuestra que pese a haber transcurrido más de cuatro décadas de aquella película, en realidad poco ha cambiado a la hora de mostrar la realidad de las relaciones humanas en el terreno de la pareja.

Más allá de ese componente temático –que justo es reconocer está convenientemente trufado con roles episódico como el hijo de Cal y la canguro de la que se encuentra perdidamente enamorado, lo realmente valioso de una comedia de tipo medio como la que nos ocupa –por más que la crítica americana la valorara a mi juicio de manera desmesurada-, son los modos fílmicos con los que ambos directores otorgan la debida ligereza al conjunto. Desde ese ya señalado y adecuado uso del formato panorámico, el adecuado montaje –la larga secuencia que nos muestra en una sucesión de encadenados las constantes citas que va viviendo el modificado Cal-, o una textura visual adecuada, que nos permiten olvidar como se deja de lado el rol encarnado por Kevin Bacon –el pretendiente de Emily, que en la función no reviste la más mínima entidad-, o ese un tanto acomodaticio final que, pese a todo, no impide que podamos ubicar la película, como una de las más agradables comedias surgidas de los estudios norteamericanos el pasado 2011 aunque, justo es reconocerlo, tampoco quepa insertarla dentro de la antología del género ¿Es que habría alguna que lo mereciera?

Calificación: 2’5

1 comentario

Hildy Johnson -

Juan Carlos, sólo dejarte un mensaje de FELICES FIESTAS. Sigo leyéndote fiel (y en Dirigido por...).

Esta comedia que reseñas me apetece verla porque ya son varias las personas que me la han recomendado... y que quieres que te diga, hay momentos en los que me apetece reir. Además de que sale mi adorado Ryan Gosling del que trato ahora no perderme película alguna.

Besos
Hildy