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CINEMA DE PERRA GORDA

HIDDEN AGENDA (1990, Ken Loach) Agenda oculta

HIDDEN AGENDA (1990, Ken Loach) Agenda oculta

Contemplar en nuestros días un título de las características de HIDDEN AGENDA (Agenda oculta, 1990) –generalmente considerado uno de los mejores títulos de Ken Loach-, puede suponer una experiencia casi desoladora para cualquier espectador dotado de una mínima sensibilidad democrática. Y esa desolación no es atribuible al contemplar los hechos que son narrados en la película, denunciando una conspiración para derrumbar el gobierno laborista de mitad de los setenta, y que fructificó en la llegada al poder de Margaret Thatcher. Lo triste de todo ello no viene de la descripción  de aquella poco difundida situación, sino de constatar como más de un cuarto de siglo después, los métodos utilizados en la –supuestamente- modélica democracia británica, son casi totalmente trasplantables al marco de la crispada situación política de la España de los últimos años. En uno de los momentos cruciales del relato, el personaje encarnado por Frances McDormand recuerda en su mirada la dominación militar existente, y la posibilidad de que se convierta en un nuevo Chile. Una sospecha que su marido desestimará con optimismo y convicción, pero que al final recordaremos como un presagio nada infundado.

Hay que señalar asimismo, que HIDDEN AGENDA puede establecerse como un título complementario a otro estrenado en fechas similares, y que gozó de un gran éxito. Me estoy refiriendo a J.F.K. (J.F.K.: caso abierto, 1991. Oliver Stone), que en líneas generales describía una conspiración en altas instancias contra la democracia, mientras que en el film de Loach se plantean rasgos similares, aunque no desarrollados con el objetivo de asesinar a su mandatario. No he sido, pese al paso de los años, un especial seguidor del cine de Ken Loach. Para ello, además de no encontrarse una gran facilidad para acceder a buena parte de sus títulos, reconozco que he atendido advertencias de comentaristas cinematográficos con los que suelo coincidir, que destacan el alcance demagógico, simplista, y de torpe y efectista puesta en escena, practicado en buena parte de su filmografía, Unas definiciones estas, que se fueron acentuando conforme su andadura como realizador se extendió, dividiendo la acogida de su cine, entre un sector que se verá representado por el alcance progresista del conjunto de sus películas, mientras que en su vertiente opuesta, otros lamentaban el escaso calado cinematográfico de las mismas. Entre uno y otro extremo, bien es cierto que algunas de sus obras alcanzarían un determinado consenso en su acogida. Es el caso de HIDDEN AGENDA, que se erige finalmente como un título brillantísimo, al lograr conciliar la lucidez de su aporte discursivo, con una puesta en escena quizá no excesivamente virtuosa, pero si contenida, contundente y adecuada, que sabe servir su implacable material de base, convirtiéndolo en un atrayente thriller, al estilo de los que el cine americano planteó en las décadas de los sesenta y setenta, de la mano de realizadores como John Frankenheimer, Sidney Lumet o Alan J. Pakula, pero con una inconfundible querencia por las tierras irlandesas en donde se ubica su acción.

Nos encontramos en la década de los ochenta en Irlanda.. Es en su capital, Belfast, donde finaliza la investigación realizada por un equipo de activistas, que denuncian una serie de abusos gubernamentales británicos, amparados en su lucha contra el terrorismo del IRA. Paul Sullivan (Brad Dourif) accede a acudir a la cita con un miembro del IRA, siendo ambos asesinados por fuerzas paramilitares. El insólito crimen –en la medida que se trataba de un prestigioso abogado norteamericano-, forzará la apertura de una investigación, que se encargará al prestigioso Paul Kerrigan (Brian Cox), quien en sus pesquisas pronto contará con los obstáculos de las fuerzas policiales al mando en la localidad donde se produjeron los crímenes. Sin embargo, sí logrará la colaboración de la viuda de Sullivan -Ingrid Jessner (McDormand)-, para lograr llevar la investigación hasta sus últimas consecuencias. Será una premisa, sin duda, muy difícil de poder cumplir. Pronto Kerrigan comprenderá que estos dos asesinatos, no supondrán más que la punta del iceberg de una conspiración de amplio alcance, potenciada por conocidos personajes de diferentes estamentos británicos, que en su momento y con prácticas ilegales, forzaron la caída del gobierno laborista de los años setenta.

El acierto de HIDDEN AGENDA reside en la aterradora cotidianeidad con la que se describe el proceso de esta investigación, en medio de un territorio que en todo momento “respira” ese conflicto por una Irlanda libre, sojuzgada por fuerzas militares inglesas. Toda esta crónica es descrita con una magnífica precisión psicológica, una notable capacidad descriptiva de ambientes, y una realización quizá ausente de estilismos cinematográficos, pero que se adentras con convicción tanto en secuencias llenas de tensión, con otras de tinte intimista. Afortunadamente, en esta ocasión, la previsible demagogia que aparecería en posteriores títulos de Loach, aquí se encuentra ausente. Y ello además propicia secuencias de una terrible lucidez, como la que marca la visita de Kerrigan a sir Robert y Alun. Allí, bajo las amables y educadas maneras de estos, se expondrán al investigador las razones reales que llevaron al asesinato de Sullivan –el mcguffin de unas cintas comprometedoras-, y las veleidades que en ocasiones los poderes fácticos han de ejecutar para –bajo su punto de vista- salvaguardar las garantías del estado y la democracia. En realidad será la clásica confabulación de poderosos y manipuladores, que llegan hasta nuestros días corregidos y aumentados, y que en los últimos años han tenido numerosas ocasiones de hacer valer su fuerza oculta.

Film valiente, sincero, con una planteamiento casi de vértigo, y sobrio y convincente en su sencilla composición formal, HIDDEN AGENDA es un ejemplo muy válido de un cine comprometido, que sirvió como crítica contundente a los estragos de la era Thatcher, pero que en sí mismo se revela como una magnífica película.

Calificación: 3’5

1 comentario

pepe -

De las mejores películas de Loach, sin duda (últimamente ha decaído mucho. Su ultima película Yo, Daniel Blake, me decepcionó mucho). Una denuncia del terrorismo de Estado en toda regla. Sin tapujos, directa a la yugular.