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CINEMA DE PERRA GORDA

THE MARK OF ZORRO (1940, Rouben Mamoulian) El signo del Zorro

THE MARK OF ZORRO (1940, Rouben Mamoulian) El signo del Zorro

Reconociendo de antemano la condición de clásico que atesora, creo que si hay un concepto que puede definir las distintas tonalidades de ritmo que se observan en THE MARK OF ZORRO (El signo del Zorro, 1940. Rouben Mamoulian), este es el equilibrio del relato. Un equilibrio que hay que buscar en diversas vertientes, pero que se podría concretar inicialmente en su mesura a la hora de incorporar una ambientación folklóricamente española –los instantes de apertura- y posteriormente mexicana en el originariamente hispano Los Angeles. Especialmente en este segundo marco, este rango está presente en el límite de lo que era habitual en el cine de Hollywood de la época, pero tratado con inusual ligereza.

Ni que decir tiene que THE MARK... ofrece un ingrediente folletinesco y tiene en el elemento romántico la posibilidad de expresar algunas de sus mejores secuencias. Pero, para mi gusto, si hay algo que permita la frescura y demostración de que el film de Mamoulian se erija como espléndido exponentes del cine de aventuras, estriba en su acusada y al mismo tiempo medida inclinación a la comedia, algo que por otro lado no era habitual ver integrado con tanto acierto en las clásicas demostraciones de este género.

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Después de un largo periodo de aprendizaje –y previsibles conquistas amorosas- en Madrid, el joven Diego Vera (Tyrone Power) tiene que regresar a Los Angeles. Una vez en su cuidad de origen pronto comprobará la acritud que sus vecinos tienen sobre el alcalde de la localidad –su padre-. Al llegar finalmente a casa de sus padres, descubrirá que su progenitor ya no es el alcalde, cargo que ocupa actualmente el Teniente Luis Quintero (J. Edward Bromberg) contando como asesor militar con el Capitán Esteban Pascuale (Basil Rathbone). Este es realmente quien, contando con la aprobación del poco escrupuloso alcalde, se ha hecho con el mando de la localidad, la cual ha sometido de forma casi dictatorial, sojuzgando a los campesinos que la pueblan. Será esta una actitud injusta que propiciará que Diego –que desde el primer momento se ha hecho pasar como un joven atildado e insoportablemente amanerado- adquiera una secreta identidad como “el Zorro” y pronto se dedique a combatir los excesos de los mandatarios, al tiempo que crear un elemento de mítica entre esos campesinos, contribuyendo a que ellos mismos se rebelen contra la injusta actuación de la autoridad.

A partir de ahí se establecerá el elemento folletinesco de la película –que ya de antemano me parece bastante superior que las estimables versiones previa de Fred Niblo (muda, con Douglas Fairbanks encarnando al personaje) y la bastante reciente de Martin Campbell (con un Antonio Banderas tan carismático como sobreactuado portador del ambiguo protagonista)-. En esta ocasión creo que es de justicia señalar que la película se beneficia de la incomparable galanura que Tyrone Power proporciona al personaje protagonista, ofreciendo una perfecta gradación en su atractivo romántico, en la vertiente de comedia –quizá el aspecto menos valorado de su interpretación- y la propia demostración de sus actitudes físicas. El acierto en este caso viene dado por que en cada una de estas facetas, Power se apoya en un perfecto cast que subraya cada una de las mismas. En el terreno del comediante tiene un notable refuerzo con las prestaciones de un magnífico Eugene Pallette (Fray Felipe) –atención al hermoso momento en primer plano sostenido, en el que descubre que Diego es “el Zorro”-, y en J. Edward Bromberg que realiza una divertidísima caricatura del voluble alcalde. La vertiente romántica descansa sobre una juvenil Linda Darnell –Lolita Quintero- que, como sobrina del alcalde, desprecia el amaneramiento de Diego pero admira la nobleza del joven bandido ofreciendo tres espléndidas secuencias –la primera de ellas es su encuentro con el mítico bandolero vestido con las túnicas de fraile; el segundo es el baile que Diego ejecuta con Lolita (ambos van a prometerse en matrimonio) esgrimiendo los afectados modales de Diego, hasta dar paso a una sintonía casi física en los compases del mismo. Finalmente, el otro gran momento en este terreno será la hermosa secuencia en la que Lolita descubre desconcertada que ese “Zorro” que ella admira no es más que el empolvado Diego con el que la quieren casar y que ella desprecia. La evidencia se tornará alegría al instante entre ambos. Finalmente, todo el capítulo centrado en la aventura física correrá con el antagonismo, latente desde el primer contacto entre ambos, con el personaje encarnado con tanto empaque por Basil Rathbone, manteniendo finalmente ambos un duelo a espada que justamente permanece entre las antologías del cine de aventuras.

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Mas allá de algunas ingenuidades y apresuramientos –que se registrarán sobre todo en los minutos finales, con la escapada de Diego de la prisión- THE MARK OF ZORRO es una magnífica muestra del género, caracterizada por un ritmo vertiginoso, ese acentuado tono de comedia que nunca deviene excesivo o caricaturesco, el carácter siniestro y folletinesco que ofrecen las secuencias en cárceles, pasadizos, bodegas –con sus correspondientes juegos de sombras-, un dosificado elemento romántico y, sobre todo, la palpable sensación que se advierte en todo momento de asistir a una función en las que todos cuantos en ella participaron lo hicieron con una jubilosa convicción. Quizá el mérito no haya que hacerlo notar solo a la mano rectora de Rouben Mamoulian –de quien no obstante queda este como uno de sus mejores films, y quien aporta soluciones de puesta en escena la tan reconocida de la caída de un cuadro tras la muerte de Esteban a manos de Diego, que encubre la inicial del “Zorro”-, pero lo cierto es que el resultado es gozosamente ingenuo, como debía ser propia en buena parte del cine de aventuras del cine clásico.

Calificación: 3’5

1 comentario

nestor velasquez(peru) -

notable version sobre las andanzas del legendario justiciero en mascarado.la mejor de todas,muy superior a la banderas,teniendo en cuenta lo pesimo actor que es,y la estupenda creacion de tyrone power como el zorro.obviamente mamoulian se anoto un golazo ,con este clasico eterno.