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CINEMA DE PERRA GORDA

SUMMER HOLIDAY (1948, Rouben Mamoulian)

SUMMER HOLIDAY (1948, Rouben Mamoulian)

Dentro de la tan extraña, dispar, como por momentos apasionante filmografía de Rouben Mamoulian, SUMMER HOLIDAY (1948), se sitúa tras el largo paréntesis que en su filmografía se plantea tras el rodaje seis años ante de la comedia RINGS ON HER FINGERS (Anillos en los dedos, 1942), y bastantes más, antes de que su filmografía se cerrara inesperadamente con el también musical SILK STOCKINGS (La bella de Moscú, 1957). Producida por Arthur Freed para la Metro Goldwyn Mayer, no soy el primero en señalar que su textura –en la que desde sus primeros instantes resalta la tonalidad pictórica de color, obra de Charles Schoenbaum, convenientemente ayudado por asesores pictóricos-, nos acerca a un referente dirigido por Vincente Minnelli, como es MEET ME IN ST. LOUIS (1944). De manera si se quiere más sosegada, el film de Mamoulian queda escorada entre el film musical –en su vertiente con canciones-, ciertos ecos ligados a Americana y, por supuesto, un tono agradable y de comedia bajo el que queda soterrada una mirada agridulce ante la rutina de la vida de provincias –será algo en lo que incidirá de manera muy especial la canción y el recorrido inicial planteado por Nat Miller (entrañable Walter Huston), el patriarca de la familia protagonista, al tiempo que responsable del periódico local. Esa sensación de agradable rutina poco a poco se irá difuminando el ir conociendo a los componentes de la familia que encabeza. Familia en la que destacará el impulso juvenil emanado por uno de sus hijos –Richard (un Mickey Rooney magnífico en algunos momentos e irregular y excesivo en otros)-, destacado en una caso obsesiva pasión por la lectura, lo que introducirá en su mente aún permeable las últimas corrientes ideológicas como el anticapitalismo. Esa incipiente capacidad intelectual del muchacho, es la que le ha llevado a ser considerado el primero de su promoción, celebración esta a la que acudirá toda su familia, aunque en sus palabras se esconda una diatriba en contra del ya mencionado eje de referencia social.

En realidad. La base argumental de SUMMER HOLIDAY se ciñe a un primer tercio que describe los personajes que protagonizarán el marco coral del film, y concluirá con el divertido pero finalmente frustrado alegato del muchacho, merced a una oportuna argucia de su padre, que por casualidad se enterará instantes antes de lo que este pretendía. Será esta la adaptación del primer acto de la obra de Eugene O’Neill en la que se basa el relato, y que a partir de ese momento discurrirá en una unidad temporal durante la jornada del 4 de julio. En ella, junto al divertimento de los más pequeños, se producirá el inesperado regreso del tío Sid (el siempre maravilloso Frank Morgan), quizá el personaje que esté tratado con más sutileza, escondiendo las aristas de un hombre bondadoso pero sobrepasado por un fracaso personal debido, sobre todo, a su adicción al alcohol. Por su parte, Richard tendrá un supuesto encontronazo con su novia Muriel (Gloria De Haven), forzado por el padre de la muchacha, pero que este tomará al pie de la letra, marchando a un club junto a un amigo, y teniendo allí una borrachera con una corista. En realidad, importa mucho más en el film de Mamoulian el alcance impresionista, que la leve base argumental de una película que en unos momentos aparece ligera y llena de vivacidad –esa canción que aúna las diferentes actividades que realizan hombres, mujeres y niños celebrando la tarde-noche de la mencionada celebración norteamericana; los planos en los que la grúa describe el estado de felicidad de los jóvenes novios en medio del verdor del campo-, e incluso muestra un cierto atrevimiento visual, al insertarse en el punto de vista de Richard cuando es cortejado por esa corista que desea aprovecharse de él, pero que quizá en su interior en su canción sea sincera en lo que le manifiesta en su canción.

Ello no impide apreciar en el conjunto del film una cierta irregularidad, al apreciar no pocos instantes en los que una cierta blandura se adueña del relato –cosa bastante lógica por otra parte partiendo de un producto de la Metro, aunque cierto es que dicha carencia de más garra, aparezca de manera divergente a lo que es habitual en el estudio del león-. Por el contrario, el film de Mamoulian, ofrece instantes y episodios que pueden situarse entre lo mejor que filmó en toda su carrera. Me ceñiría en concreto a la secuencia que nos describe el amanecer del 4 de julio, en la que los niños de la vecindad inundan las calles con banderas americanas y el ensordecedor estallido de petardos. Es un episodio revestido de una acumulación de detalles, de esmero en el cromatismo, de júbilo en la movilidad de los pequeños que serpentean por las casas de esos primeros años del pasado siglo. Un fragmento que logra trasladar al espectador una sensación de felicidad contagiosa, por más que el incesante resonar de la pirotécnica –cual despertà de las fiestas del fuego mediterráneas-, moleste en grado extremo a Nat, quien no verá en ello más que la imposibilidad de vivir las primeras horas de la fiesta nacional en su cama.

Sin embargo, el gran momento de SUMMER HOLIDAY, el auténtico alarde formal que plantea la película y que, de manera sorprendente, no ha sido reseñado como merece a la hora de destacar las virtudes de este pequeño y entrañable film, es sin duda ese admirable plano secuencia, combinando en él el uso de las panorámicas con la movilidad de la cámara mediante leves travellings, en el que dentro de la habitación de Richard, su padre intenta con enormes nervios dar la primeras nociones de sexualidad a su hijo. Más allá de la audacia que podría suponer introducir dicho tema en una comedia musical de alcance familiar, uno no sabe más si admirar la extraordinaria prestación de sus actores –el padre utilizará una estatuilla de Lincoln de plastilina que tenía el hijo, desmenuzándola con las manos como inútil desahogo al no poder ser más explícito en su hilarante disgresión. Todo ello, mientras padre e hijo se persiguen en una especie de danza dentro de un pequeño recinto, logrando una set pièce no solo de antología, sino esenmcialmente divertida.

Calificación. 2’5

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