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CINEMA DE PERRA GORDA

IL GIOVEDI (1963, Dino Risi) El jueves

IL GIOVEDI (1963, Dino Risi) El jueves

Inserta en la filmografía del italiano Dino Risi cuando su nombre había ya alcanzado la consagración internacional a partir del éxito logrado por IL SORPASSO (La escapada, 1962), lo cierto es que nadie ha reparado en IL GIOVEDI (El jueves, 1963), hasta tal punto que su presencia en la filmografía del italiano parece inexistente. Lamentable omisión, en la medida que quizá la obra del italiano se haya sometida a múltiples vaivenes, observando que obras suyas de bastante menor entidad que la que nos ocupa han logrado permanecer vivas en la memoria. Pero lo curioso del caso, es que –al menos de entre los títulos suyos que he tenido ocasión de contemplar-, no dudaría en situarlo quizá como el más logrado, sirviendo además como puente entre las inquietudes que su realizador asumía en su obra precedente, al tiempo que abría nuevos caminos, tratados en su filmografía posterior puede que con mayor éxito popular, que no artístico –con ello me refiero en concreto a su celebrada PROFOMO DI DONA (Perfume de mujer, 1974)-. Dos posibles razones se me ocurren para intentar justificar el olvido a que ha sido sometida esta –digámoslo ya- espléndida película. De un lado el posible hecho de la escasa difusión que la misma ha podido tener desde su periodo de explotación comercial –el eterno talón de Aquiles de tantos y tantos buenos títulos-, y de otro la propia visión en voz callada que ofrece su metraje, desarrollando su anécdota argumental en un marco espacio temporal breve –apenas las menos de doce horas que compartirá un padre con su hijo, al que no ha visto desde hace cinco años-, o incluso el hecho de que la apariencia del relato –debido a la colaboración del propio Risi, unido a Franco Castellani y Giuseppe Moccia-, pueda parecer carente del alcance noqueante que caracterizada la conclusión de IL SORPRASO –sin duda un elemento sorpresa que permitió que la película recibiera una mirada quizá superior a sus, por otra parte, indudables méritos.

En su defecto, IL GIOVEDI narra una historia sencilla, casi carente de atractivos suplementarios, minima en su concepción y transparente en su ejecución. En el aprovechamiento de las posibilidades que la misma proporciona y, sobre todo, en la agilidad con la que se orilla cualquier atisbo de sensiblería que podía emerger de un argumento centrado en el contacto de un padre ausente con un hijo que desconoce por completo la auténtica personalidad de su progenitor. Este es Dino Versini (un sorprendentemente brillante Walter Chiari), un auténtico bon vivant italiano. Enfrascado en negocios fracasados, enredante y marrullero, en realidad vive mantenido por su novia –Elsa (Michèle Mercier)-. Dino ha recibido la noticia de que su antigua esposa –al parecer una mujer acomodada y de gran posición social- ha viajado hasta Roma, anunciándole la llegada del hijo que ambos tuvieron en su matrimonio –Robertino (maravilloso el pequeño Roberto Cicciolini)-. Será un encuentro que a Dino supondrá un momento de inflexión en una existencia tan habitual en el italiano medio, como en realidad carente de futuro. Esa necesidad inicial de demostrar al hijo del que jamás se ha preocupado la apariencia de una personalidad exitosa, poco a poco se irá diluyendo, en primer lugar por la personalidad despierta del muchacho, aunque el paso de esas pocas horas revelará una complicidad entre ambos, que llegará a mostrar la sinceridad que se establecerá entre padre e hijo, quizá provocando la base necesaria para que en el futuro esa relación que nunca existió entre ambos, pueda consolidarse de forma realista. De algún modo, y aunque son muy poderosas las diferencias cualitativas y también de temática, el film de Risi me recordó a otro título coetáneo –SAMMY GOING SOUTH (Sammy, huída hacia el sur, 1963. Alexander Mackendrick)-. La afinidad proviene sobre todo en el acierto a la hora de mostrar la mente de ese muchacho tan educado como despierto, tan obediente como en el fondo disconforme del contexto de educación rígida que ha regido hasta entonces su corta vida, y que quizá en ese breve encuentro con su padre ha encontrado ese asidero interior que mantiene ausente en su corta peripecia vital. Todo este contraste se plasma de manera espléndida en la película, que de forma paralela lograr trazar con mano maestra ese cada vez más hondo acercamiento que se produce entre dos seres tan cercanos y tan distantes al mismo tiempo. La delicadeza, y también la agudeza, con la que Risi logra expresar en la pantalla ese proceso, supone sin duda una de sus páginas más brillantes como hombre de cine, ayudado por la modulación que le proporciona el fondo sonoro de Armando Trovajoli, capaz tanto de envolver sus momentos más festivos como, sobre todo, todos aquellos caracterizados por su vertiente más íntima. Pero con ser atractivo ese proceso en el que padre e hijo se conocerán y, sobre todo, transformarán uno a otro de forma natural, lo admirable de IL GIOVEDI reside en la manera con la que la película sabe integrar el retrato individual dentro de una mirada colectiva, en la que no se ausenta una cierta tristeza e incluso el contexto de alienación que describen esas modernas e impersonales edificaciones de la Italia del progreso, en la mirada –utilizando el teleobjetivo y adelantando la posterior L’OMBRELLONE (El parasol, 1965)- que servirá para mostrar la muchedumbre que se arremolina en esas playas que parecen destinadas como refugio de mediocridad. Esa visión no nos evitará detalles divertidos, al comprobar como una cleptómana roba un pequeño juguete mecánico, o como un coche de apariencia tan impactante como el que alquila nuestro protagonista para impactar a su hijo, en realidad es un trasto inservible que consume gasolina de forma salvaje –impagable el plano que nos lo muestra siendo empujado para llegar hasta la gasolinera-. Será una tendencia que tendrá otro ejemplo pertinente en la entrañable exhibición del cuadro que describe la expulsión del paraíso, en la que los amigos de Robertino descubren el desnudo femenino.

Toda esa constante sucesión de detalles adquieren en la película una notable coherencia, sin olvidar nunca la auténtica condición de ese vividor que es Versini –es especialmente doloroso el encuentro que tiene con un “nuevo rico”, al que va a pedir el pago por una supuesta gestión, pero del que se llevará una humillante reprimenda, que será contemplada por su hijo-. Será una relación que se modulará con tanta ternura como ausencia de sensiblería, describiendo con tanta delicadeza como certeza el progresivo acercamiento de padre e hijo –es importante como Dino va adquiriendo una mayor humanización al leer las anotaciones que de su figura realiza el muchacho en su pequeño y custodiado diario-, sirviendo además su encuentro para ofrecer la mirada hacia esa Italia del ayer, representada en la visita a la madre de Versini, trazando un contexto social aún anclado en el pasado, en el que este se irá ratificando en su necesidad de modificar su poco estimulante horizonte existencial. Dino Risi logra además pasar de la cotidianeidad a lo sórdido casi de un plano a otro –esa tormenta que arruina la asfixiante jornada de playa-, equilibrar lo cotidiano e incluso lo entrañable, a lo cáustico, y en último término, modula el conjunto de sugerencias del film, proporcionando una nueva oportunidad a ese vividor –al cual su compañera ya sabía iba a transigir en la propuesta de trabajo que le había ofrecido-. Pero, sobre todo, comprobará que tiene en la vida la oportunidad de emerger de una manera de asumir la existencia carente de cualquier futuro. En definitiva, una muestra más de ese alcance discursivo del cine de Risi, expuesto en esta ocasión con una mirada limpia, sarcástica, y en la que el equilibrio de sus elementos da como resultado un producto casi, casi redondo. Sin duda, se trata de un título magnífico, necesitado de una urgente revalorización.

Calificación: 3’5

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