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CINEMA DE PERRA GORDA

SHOOTING FISH (1997, Stefan Schwartz) Como pez en el agua

SHOOTING FISH (1997, Stefan Schwartz) Como pez en el agua

Creo que a nadie le resulta ajeno que títulos como UN PEZ LLAMADO WANDA (A Fish Called Wanda, 1988. Charles Crichton) o CUATRO BODAS Y UN FUNERAL (Four Weddings and a Funeral, 1994. Mike Newell) contribuyeron a revitalizar la denominada “comedia británica”, que tuvo en el pasado dos ejes bien concretos. Por una parte la producción –no demasiado extensa por otra parte- del entrañable estudio Ealing, en la que destacó con fuerza la aportación del gran Alexander Mackendrick. Pero años después y pese no contar hoy día el mismo aprecio y estima entre la crítica, hemos de reseñar un buen número de films que vieron la luz en la década de los 60, en pleno relevo del free cinema a la explosión del swinging London. Se trata de dos referencias que se han seguido manteniendo en buena parte de las comedias realizadas en Inglaterra en los últimos años, actualizadas con la incorporación de elementos de crítica social. En cualquier caso, en líneas generales me sucede un caso curioso con algunos de estos ejemplos; me defraudan por lo general los modelos propuestos de mayor reconocimiento –el caso de CUATRO BODAS Y UN FUNERAL-, me parecen incluso mediocres algunos de gran éxito –como NOTHING HILL (1998, Roger Mitchell)-, pero en ocasiones productos deudores de dichos modelos me parecen mucho más logrados.

Este el caso para mi de títulos como MIENTRAS HAYA HOMBRES (Crush, 2001. John McKay) o la película que nos ocupa SHOOTING FISH (1997, Stefan Schwartz) –titulada en España COMO PEZ EN EL AGUA-. Retomando a partes iguales referencias de las tendencias antes citadas en la comedia británica nos encontramos, bajo mi punto de vista, ante una de las más frescas, divertidas y conseguidas comedias generadas en el cine británico en los últimos años, y que injustamente pasó desapercibida quizá por la ausencia de un reparto estelar –lo que paradójicamente beneficia su resultado final; no hay servilismo al star-system- y por otra por su aparente ausencia de rupturismo alguno, lo que impidió a muchos descubrir sus verdaderas cualidades.

Y es que SHOOTING FISH es un film chispeante y que parte de una premisa fundamental; la existencia de un estupendo guión lleno de giros y situaciones sorprendentes que prende de inmediato el interés del espectador, describiendo a la perfección a sus tres personajes principales. Tras una doble secuencia pregenérico en la que se describe la infancia de los dos protagonistas masculinos y la sucesión de unos excelentes títulos de crédito en la mejor tradición sixtie, muy pronto asistimos a la demostración de Dylan (un irresistible Dan Futterman). Se trata de un joven y diestro timador dotado de un especial don de convicción que tuvo que escapar de Estados Unidos años atrás y trasladarse a Inglaterra, donde inicia una escalada de “estafas legales” con su amigo y compañero, el tímido Jez (eficaz Stuart Townsend). En el timo que contemplamos –de carácter informático- se incorpora como ayudante la joven Georgia (encantadora Kate Beckinsale).

A partir de ahí seguiremos la andadura de esta especial relación “a tres bandas”. Por un lado las andanzas y timos de los dos amigos y entre ambos la relación que establecen Georgia, una joven de especial sensatez que paulatinamente se inclina por Jez, pese a estar en vísperas de una boda que finalmente no se consumará. Las cualidades de SHOOTING FISH se extienden a diversas vertientes. Y es que a partir de la destreza del guión –obra de propio director junto a Richard Colmes-, Stefan Schwartz modula las diversas tonalidades del film, le imprime un excelente timming, incorpora un montaje de probada eficacia, como toda comedia británica de los últimos años que se precie mima la inserción de conocidas canciones en su banda sonora, construye una dirección artística en algunos momentos deslumbrante –el diseño del escondite donde se apuestan los dos timadores-, se dosifica la presencia de momentos románticos –por más que algún ralenti quizá esté de más- e incluso se insertan momentos de especial feeling romántico, generalmente incorporado con ágiles panorámicas –uno de ellos es el momento en el que los tres amigos prueban la eficacia de esa lámpara que se alimenta de la energía corporal; en realidad es una metáfora de la especial relación que se mantiene entre ambos-.

Con una primera mitad más escorada hacia las andanzas de los timadores y la segunda inclinada por el contrario hacia la comedia romántica con la mayor presencia del personaje de Georgia, lo cierto es que la película apenas registra altibajos en su desarrollo, revelando en todo momento una casi inagotable presencia de ingenio, situaciones divertidas y una especial química entre los tres actores protagonistas, en cuya interacción la película adquiere unos tintes ciertamente deliciosos.

Me gustaría destacar al mismo tiempo la presencia de situaciones realmente divertidas, entre las cuales no puedo omitir el sensacional gag de las muñecas en el velatorio, una vez más recurriendo a las argucias técnicas de Jez, que prodiga a lo largo de toda la película, y que si bien esta finaliza con un tono quizá algo edulcorado, ciertamente no por ello dejar de resultar un producto todo lo insustancial que se quiera pero francamente delicioso e infinitamente más logrado que otras reputadas muestras del género. Es por ello que si alguna vez tienen ocasión de encontrarse con SHOOTING FISH en un videoclub o pase televisivo, no dejen de verla: pasarán una estupenda hora y media con las aventuras de tres encantadores personajes.

Calificación: 3

2 comentarios

jordan -

pez en agua

Cristina -

Stuat Townsend es un gran actor y a de mas me tiene loquita.Le amo.