Blogia
CINEMA DE PERRA GORDA

HOLLYWOOD ENDING (2002, Woody Allen) Un final made in Hollywood

HOLLYWOOD ENDING (2002, Woody Allen) Un final made in Hollywood

No puede decirse que un servidor se encuentre entre los fervorosos del cine de Woody Allen. Aún reconociendo que se trata de un director que generalmente ofrece productos al menos con un mínimo de dignidad, en muy pocas ocasiones he entrado en esas serie de manías de guionista –fundamentalmente centradas en sus alter egos cinematográficos-, que son las que le han servido para crearse un aura de “genio” entre determinados sectores que realmente no comparto.

Ello no impide que en ocasiones brille en él el cineasta brillante y sensible al margen de un sardónico y agudo dialoguista –eso si, en bastante menor medida que lo que proclaman sus exégetas-. Esta tendencia a un cierto agotamiento creativo estimo que se ha notado demasiado en algunas de sus últimas obras, en las que la reiteración y la falta de inventiva toman rienda suelta. Es por eso que realmente me place valorar de forma positiva HOLLYWOOD ENDING (2002) –traducida en España como UN FINAL MADE IN HOLLYWOOD-, que bajo mi punto de vista sirven para recuperar el buen pulso de un director que había bajado bastantes enteros con sus dos títulos precedentes –SMALL TIME CROOKS(Granújas de medio pelo, 2000) con quince minutos iniciales magníficos que posteriormente se diluyen en una comedia convencional, y THE CURSE OF THE JADE SCORPION (La maldición del escorpión de jade, 2001) una historia divertida pero francamente predecible.

Es por ello que al margen de las fáciles disgresiones que plantea Allen referentes al cine de Hollywood –y que sin duda permitieron en el momento de su estreno alabar las genialidades del director-, HOLLYWOOD ENDING resulta una comedia de muy bien estructurado guión, con un notable ritmo, realizada con sencillez, fluidez, basándose en una sólida base y recurriendo a los mejores recursos del vodevil clásico. A partir de esos rasgos la película funciona y sobre todo, resulta en numerosas ocasiones francamente divertida.

Sus imágenes nos relatan las andanzas de Val Waxman (El propio Allen, excesivamente gesticulante en ocasiones, divertido en otras, sensible en algunas secuencias) un director de cine desahuciado que es contratado por Galaxia Films para que realice un guión desarrollado en la ciudad de Nueva York. La productora está encabezada por Hal Jeager (un brillantísimo Treat Williams) que está prometido con Ellie (Téa Leoni), la antigua esposa de Waxman. Gracias a su apuesta personal este será contratado para dirigir el film pero cuando el rodaje se va a iniciar... Val pierde la visión de forma psicosomática. Una vez introducido el elemento de intentar plantear la realización de la película sin que nadie se entere de su limitación, tal y como le sugiere su representante Al Hack (excelente Mark Rydell), se suceden las situaciones cómicas –algunas son tremendamente divertidas- puesto que Waxman tiene que recurrir a los servicios del traductor de japonés de operador de fotografía para poder desenvolverse en el rodaje... que como es previsible ronda lo desastroso. La situación se complica más con la incorporación de Ellie al rodaje y la inesperada expulsión del ayudante (el traductor) que Val tenía en el plató. Ello permitirá que la relación con su antigua esposa se reavive, abandonando a una novia con cuerpo de plástico con aspiraciones de actriz.

Finalmente el rodaje concluirá y repentinamente Waxman recobrará la vista –en una secuencia bellísima encuadrada en el Central Park de Nueva York- comprobando el pésimo resultado del film finalmente resultante. En los momentos previos Waxman habrá recuperado la estima de su hijo punkie mientras que Jaeger romperá su compromiso con Ellie al descubrir que los sentimientos de ella han regresado con su anterior marido. Como era de prever, la película se estrenará siendo un completo fracaso de público y crítica. Sin embargo y en un guiño final algo facilón y complaciente pero al mismo tiempo lleno de ironía este comprobará como su futuro como realizador puede iniciar una nueva andadura al ser aclamada su película entre la crítica francesa, decidiendo viajar a París a rodar una nueva película.

Pero como antes señalaba y más allá de estas referencias en buena medida autobiográficas -que muy bien nos vendrían para entronizar la personalidad de Allen-, uno prefiere destacar la eficacísima realización, sencilla y recurriendo fundamentalmente a las panorámicas, los equívocos, lo agudo de los diálogos –una de las reales especialidades del realizador judío-. Todo ello se concreta en secuencias tan divertidas como la del encuentro entre Yaeger y Waxman una vez va a concluir el rodaje, el sensacional gag de la caída de este en un andamio del set, la argucias de Hack, su manager o la propia presentación del director en pleno rodaje en los hielos del Canadá y esperando a ver si le conceden el rodaje de una telemovie que finalmente designan a... Peter Bogdanovich.

Y es con el timming heredado de la buena comedia norteamericana de los 60, con el que Allen lleva a cabo esta decididamente insuficiente ironía sobre la forma en la que actualmente el cine de Hollywood dirige sus riendas, pero al mismo tiempo ofrece un producto divertido y agudo y que finalmente revela la facilidad con la que en ocasiones llegó a penetrar en la sensibilidad de sus personajes, demostrando una cierta recuperación en ya dilatada carrera como director.

Calificación: 3

2 comentarios

Toni -

Aun no he visto las ultimas peliculas de Woody Allen, intento seguirle cronologicamente y aun me faltan algunas. Espero que estas ultimas me resulten tan divertidas como las anteriores!

Santi -

La película de 2003 "Todo lo demás" me pareció más floja, sin embargo la de 2004, "Melinda y Melinda" es una de las mejores de los últimos tiempos. Al parecer este verano viene a Barcelona a rodar su siguiente proyecto y tiene pendiente de estrenar "Match point" que rodó el verano pasado en unos estudios ingleses con la estupenda Scarlett Johanson. Ya quisieran muchos tener esa productividad, con una evidente calidad media y (no olvidemos) con guiones propios, sin recurrir a remakes o libros ya escritos.