APARAJITO (1957, Satyajit Ray) [El invencible]
Nos encontramos en Benarés en 1920. Apu y sus padres han conseguido instalarse en la ciudad hindú donde el padre ejerce como sacerdote y la madre -como es habitual-, cumple con su papel de ama de casa. A esta familia ha llegado de forma tímida el progreso en la vida de una ciudad aún añorante del pasado, de ritos religiosos y atavismos culturales que se basan fundamentalmente en la aceptación y la contemplación de su destino.
Apu, un niño que se encuentra ya en el umbral de la adolescencia, deambula curioso por las calles mientras su padre enferma -al parecer de un resfriado-, pero finalmente muere... al beber agua del Benarés. La desaparición del cabeza de familia deja a Sarbojaya –su viuda-, hasta que ambos deciden atender la llamada de un viejo familiar y abandonar la ciudad buscando un entorno más rural. Allí en muy poco tiempo el hijo logrará destacar entre los alumnos de la clase, posibilitándose entre los más destacados y facilitándole las dietas suficientes para poder estudiar en Calcuta. La apuesta de viajar hasta allí enfada a su madre, aunque finalmente accede y el joven encuentra en la capital acomodo y alojamiento cuyos costes cubre con su trabajo nocturno en una imprenta.
Poco a poco el ya adolescente Apu va logrando sus status en la universidad a la que acude, pero al mismo tiempo se va distanciando de la presencia de su madre. En unas vacaciones veraniegas aún convivirá con ella de forma tranquila, por más que la ya cansada mujer intuya la cercanía de su desaparición y observe el lógico desinterés de su hijo hacia ella, preocupado más por su porvenir y el control de sus estudios. Apu finaliza las vacaciones brindando a última hora un día más de compañía su madre, pero finalmente abandonará el lugar de residencia y retornará a Calcuta. La madre intuye de forma creciente la cercanía de su desaparición e inútilmente espera la llegada de los trenes en la inútil búsqueda de uno de ellos en el que su hijo viajara de regreso. Una noche, la ya enferma madre cree escuchar de su hijo. Se asoma con esfuerzo al exterior nocturno y logra ver un resplandor de estrellas... Poco después Apu recibe una carta que señala la enfermedad de su madre, acude a su pueblo en tren y al llegar a su caserón lo recorre infructuosamente; no hay nadie. La llegada de un veterano lugareño le hará comprender que su madre ha muerto. Una vez en esa situación el joven llora desconsoladamente junto a un árbol centenario pero muy pronto después decidirá retornar a ese Calcuta en el que realmente él ha de sobrellevar el futuro.
Lo primero que cabría señalar de este APARAJITO (1957) –titulado en la edición en DVD de España como EL INVENCIBLE-, es la perfecta integración que mediante detalles sutiles se ofrece de la evolución de la sociedad hindú. Si en PATHER PANCHALI casi notábamos como algo muy cercano las condiciones de miseria de las zonas rurales, en APARAJITO hay numerosos elementos que nos hablan sobre la apuesta de un India sobre el progreso. Desde la abundancia de trenes, la presencia de cuartos con ¡luz eléctrica!, o el plano casi final en el que Apu camina hacia su casa calzado con zapatos... son ejemplos tomados al azar de una película que en todo momento plantea la batalla entre el rito y la modernidad, entre el progreso mediante la culturización y el apego a unas zonas rurales condenadas a verse despobladas.
Al contrario que en PATHER PANCHALI, APARAJITO se ve obligada en su estructura, a variar los entornos elegidos para el desarrollo del film. Quizá sea esa una de las causas por las que –pese a resultar un film estupendo-, se quede por detrás su inmediato referente. Por supuesto, la narrativa de esta segunda obra de Satyajit Ray es sencilla y trazada con el sentimiento, contando además para ello –como sucedería en buena parte de su filmografía- con dos colaboradores de excepción como son Subraya Mitra en la fotografía y Ravi Shankar en el fondo musical plenamente hindú. Habría que destacar igualmente la importancia de los objetos –ese globo del mundo que Apu esgrime casi como un trofeo-. En cualquier caso me gustaría destacar al gran personaje de esta película, que no es otro que el de la madre. Una mujer que ya en el pasado sufrió la pérdida de su propia hija, sobrellevando poco después lo propio con su aún joven marido y que finalmente se ve abandonada por su hijo para que este pueda ampliar sus estudios. En este sentido hay que reconocer que Ray logró con Sabojaya (extraordinaria Karunna Bannerjee) un personaje hondo, consciente de su papel en la sociedad hindú de la época como tal mujer que es, y en el fondo el elemento clave que ha luchado por preservar la unidad de una familia que ha sido dinamitada por todos sus frentes hasta poder con ella misma. Más allá del didactismo que las imágenes nos ofrecen del proceso de aprendizaje de Apu, lo cierto es que los minutos finales de APARAJITO se pueden situar con todo mérito entre los más conmovedores del cine de los años 50, y elevan al tiempo que dotan de aire trágico una crónica que finalizará de la forma más sencilla posible. Tal y como sucede en las aguas del Benarés.... todo fluye.
Calificación: 3’5
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