MR. AND MRS. SMITH (1941, Alfred Hitchcock) Matrimonio original
Desde hacía bastante tiempo tenía un especial interés en visionar MATRIMONIO ORIGINAL (Mr. & Mrs. Smith, 1941. Alfred Hitchcock). Un deseo fundamentado en el interés en ir completando la filmografía del maestro inglés –calculo que serán unas cinco las películas suyas que me restan por ver- y por otro en el hecho de la relativa polémica existente en esta incursión plena en la comedia por parte de su realizador. Una afirmación por lo demás bastante discutible ya que si en su periodo británico varias de sus películas se caracterizaban por su sentido del humor –por ejemplo la estupenda ALARMA EN EL EXPRESO (The Lady Vanishes, 1938)-, con posterioridad su especial sentido del humor se imbricaría en su trayectoria hasta dar como frutos obras de la categoría de CON LA MUERTE EN LOS TALONES (Norht by Northwest, 1959) o el título que cerró su filmografía –LA TRAMA (Family Plot, 1976)-, entre otras muestras igualmente destacables. Lo cierto es que esta sería la única cuestión que Hitch abandonaría la intriga, las armas policíacas, el suspense o el puro horror para entregarse de lleno a los rasgos de la comedia en las postrimerías de su glorioso período screewall.
Es por ello que valorando las opiniones que a favor y en contra he leído en referencia a este MR. & MRS. SMITH, lo cierto es que personalmente la considero una comedia de lejanos ecos lubistchianos, agudo planteamiento, relativamente divertida pero finalmente un tanto formularia y en modo alguno cabe considerarla entre los títulos destacables del realizador, por más que su resultado final revista una considerable dignidad. Es más, pese a someterse a los dictados de producción de la RKO y el guión de Norman Krasna –experto comediógrafo-, Hitchcock en ocasiones no deja de imponer su inconfundible estilo en numerosas ocasiones, aunque ciertamente en menor medida –y sobre todo coherencia- de lo habitual. Según sus propias declaraciones –siempre muy severas con su propia obra-, la película no dejó de firmarla más que por encargo.
Ubicada en su filmografía entre ENVIADO ESPECIAL (Foreign Correspondent, 1940) y SOSPECHA (Suspicion, 1941), MATRIMONIO ORIGINAL expone la vida de una pareja de acomodados casados. Por un lado nos encontramos con David Smith (Robert Montgomery), y su esposa es Ann (Carole Lombard). Tras tres años de matrimonio ambos se han aclimatado a la convivencia –tal y como muestran los dos primeros planos del film, que sirven para describirnos el conocimiento que uno tiene del otro-, por más que el esposo no dude en manifestar a su consorte que si pudiera dar marcha atrás en ese momento no se casaría para no perder las cotas de libertad y convivencia que tuvo en el pasado. Esa confesión desconcierta a su esposa mas allá de la estrecha confianza y respeto que ambos se profesan. Sin embargo una circunstancia posibilitará que ambos puedan tener ocasión de dar “marcha atrás”. Por un incidente burocrático David tiene conocimiento que ambos no se encuentran casados, circunstancia que oculta a su esposa con la evidente intención de volver a vivir la locura de su noviazgo con ella. Sin que él lo advierta su esposa también descubre la noticia y espera que este le proponga esa misma noche que se vuelvan a casar de nuevo, circunstancia que no sucederá finalmente abriéndose la caja de los truenos con la separación de ambos. A partir de ese momento la película centrará su interés en el intento reiterado de David por reconquistar los favores de la enojada pero en el fondo siempre enamorada Ann, pese a que esta inicie un estúpido romance con Jeff (Gene Raymond), el compañero de trabajo de David.
Decir que se trata de un título de no muy elevado nivel entre la excelente filmografía de Hitchcock creo que en modo alguno invalida su talento y contribuye a destacar su amplio capítulo de títulos inolvidables. Pero lo cierto es que fundamentalmente MATRIMONIO ORIGINAL tiene sus mayores ventajas y limitaciones en el escrupuloso respeto de la historia que le sirve de base y que proporciona esa interrogante tan esencial que surge en cualquier momento en todo matrimonio ¿mereció la pena casarse en su momento pese a que la relación con tu cónyuge siga más o menos vigente? Sin lugar a duda en el primer tercio de la película la calidad de sus propuestas, el brillo de su realización y lo regocijante de algunas de sus secuencias –por ejemplo la de la cena de los esposos en el restaurante que recuerdan cuando fueron novios y que actualmente se encuentra casi en la indigencia, o la previa del vestido de conquista de Ann que viste de nuevo sin que prácticamente pueda ajustarlo-. Es en este tramo donde la agudeza del planteamiento tiene su justa correspondencia en la plasmación de los dos personajes de cara al espectador, quien conoce de ambos la noticia y se divierte de las escaramuzas y desengaños de Ann al ver que su “no-marido” no se lanza a casarse de nuevo con ella.
Sin embargo, y pese a un ya señalado nivel general lleno de dignidad y la existencia de diversas secuencias realmente divertidas –destacaría dos: la del restaurante en el que coinciden ambos y que me recuerda con desventaja la similar de LA PÍCARA PURITANA (The Awful Truth, 1937. Leo McCarey –también RKO-), y la que sucede en la atracción de feria entre Ann y su efímero y cargante pretendiente-, lo cierto es que la frescura de su tercio inicial no se recupera, llegándose a un cierto ritmo cansino y determinadas convenciones a las que ayudan no poco su frágil conclusión.
Es evidente que buena parte del peso de la película se centra en la labor de sus protagonistas. El extraño Robert Montgomery logra una brillante labor de comedia –por más que no consiga hacer olvidar el magisterio de Cary Grant-, y Carole Lombard demuestra su extraordinaria capacitación para el género. Sin embargo, no puedo dejar de destacar el enorme rechazo que me produjo Gene Raymond a la hora de encarnar al apático Jeff –que diferencia con los “terceros en discordia” de otras screewall comedy’s como Ralph Bellamy-, personaje del que en algún momento se hace insinuar su posible homosexualidad.
En definitiva, MATRIMONIO ORIGINAL resulta un mediano entretenimiento realizado con eficacia pero que de no estar firmada por alguien de la talla de Hitchcock jamás habría sido destacado en discusión alguna.
Calificación: 2’5
4 comentarios
rodrigo inzunza -
caguenross -
(si alguien estuviese viendo la película y no supiera quién es el director ¿podría llegar a pensar que es de Hitchcock?)
Juan Carlos -
Spaulding -
Aprovecho para felicitarle oor el blog