Blogia
CINEMA DE PERRA GORDA

THE STRANGE WOMAN (1946, Edgar G. Ulmer) La extraña mujer

THE STRANGE WOMAN (1946, Edgar G. Ulmer) La extraña mujer

Una señal de que la oferta de DVD en España está ya lo suficientemente consolidada lo puede ofrecer el hecho de que por fin aparezca un título del extrañísimo y apasionante Edgar G. Ulmer entre sus propuestas. Por más que la edición que ofrece Suevia deje mucho que desear, la misma supone el contacto con un título ciertamente difícil de encontrar y finalmente brillantísimo dentro de la trayectoria del realizador. Como quiera que en USA son diversas las obras de su sorprendente filmografía que se han editado en este formato –con el título genérico de the Edgar G. Ulmer colecction-, esperemos que en breve plazo de tiempo las mismas puedan ser publicadas en España.

Image Hosted by ImageShack.us


Dicho esto hay que reseñar que LA EXTRAÑA MUJER (The Strange Woman, 1946) se sitúa dentro de la trayectoria de Ulmer en el periodo –breve, por otra parte- en que pese a estar siempre encuadrado dentro de los postulados de la serie B, sus películas contaron con unas relativas mayores condiciones de producción. Es el periodo en el que realiza la igualmente brillantísima RUTHLESS (1948) –con la que este título guarda diversas semejanzas centradas fundamentalmente en el carácter destructivo y ambivalente de su personaje protagonista-. Esta sencilla producción se define en el retrato de Jenny Hager, una muchacha que de niña destaca por su tempestuoso carácter y la obsesión que tiene por el logro de la riqueza y una posición social. Argumento que sin duda no resulta novedoso en el cine pero que en este caso adquiere una enorme fuerza por la realmente deslumbrante inventiva visual que en todo momento derrocha la puesta en escena de Ulmer.

Desde su primer fotograma –esa originalísima traslación del grabado de un calendario que retrocede en la cámara para ubicarnos en la ciudad portuaria de Bangor en 1820-, la película es el ejemplo perfecto de un talento cinematográfico sorprendente que logra remontar las estrecheces de un planteamiento de género –el melodrama desaforado- que precisamente requería un hombre detrás de la cámara que supiera trascender sus limitaciones.

La primera imagen que vemos de Jenny es siendo aún niña y en ella intenta que su pequeño amigo Ephraim aprenda a nadar y casi pierda la vida en un río, hasta que ante la presencia de adultos lo rescata aduciendo que lo ha salvado. La transición de Jenny niña a joven es plasmada en el film por Ulmer con un fundido-encadenado en el que observamos su reflejo en el río, reflejándonos rápidamente a una mujer ya adulta (bajo los rasgos de la agresiva Hedy Lamarr). Desde ahí se sucede la trayectoria de esta muchacha que trabaja como cantante en un club de poca reputación y lograr alcanzar el respeto de toda la comunidad y ser una acaudalada dama. Todo ello es mostrado por Ulmer por un continuo derroche de talento cinematográfico. Desde el uso de las grúas, picados y contrapicados, travellings laterales que prolongan el sentido de determinadas secuencias, primeros planos con el uso de iluminaciones contrastadas o efectos dramáticos con elementos metereológicos.

Ulmer se muestra realmente sensacional a la hora de extraer rendimiento dramático con escasos elementos escenográficos, logrando una estilización de exteriores siempre rodados en estudio. Ello tiene uno de sus principales exponentes en el momento en el que vemos un sencillo reflejo del incendio que se muestra en la ciudad, mientras la pasión amorosa de Jenny y Ephraim (Louis Haywarth) se manifiesta entre ellos. Al mismo tiempo es constante la incorporación de constantes fundidos encadenados siempre relacionados con el devenir dramático del film.

Pero con ser interesantísimos estos rasgos, estimo que el principal mérito de THE STRANGE WOMAN reside en haber logrado retratar con la suficiente entidad la ambigüedad de la joven protagonista, que oscila en su comportamiento de un lado con instinto predador, la posesión de un amor que nunca logra encontrar a ciencia cierta y al mismo tiempo el retrato de la hipocresía moral de una sociedad victoriana en la Nueva Inglaterra. Será precisamente en dicho contexto contra el que luchará Jenny poniendo en practica la falsa caridad para así lograr el respeto y el olvido de sus orígenes poco recomendables para dicho entorno –es significativo en ese contexto la singular secuencia en la que una función teatral escenificada en la parroquia, titulada como la propia película; the strange woman, sirve para desenmascarar la falsa moralidad de la pequeña comunidad que asiste paralizada a las alusiones que hacen sobre algunos de sus más distinguidos vecinos-.

LA EXTRAÑA MUJER es el ejemplo perfecto de un melodrama limitado en sus costes, quizá apenas evocado por aquellos que solo aprecian la historia del cine en aquellos títulos reconocidos –y que en algunas ocasiones ni han llegado a contemplar-. Es evidente que en su modestia tiene ecos de los más conocidos melodramas de la MGM y la Warner, que su estilo fotográfico utiliza la profundidad de campo habitual en William Wyler y, por lo general, el director de fotografía Gregg Toland (ecos hay incluso de aquellas secuencias de CIUDADANO KANE (Citizen Kane, 1941. Orson Welles) en las que por la ventana veíamos al niño Kane jugar con el trineo). Pero sinceramente, me quedo antes con el talento cinematográfico envuelto en escasez de medios de Edgar G. Ulmer que en la perfección de estudio mostrada por un Wyler –ya ni que hablar de los Sam Wood o Irving Harper de turno-.

Image Hosted by ImageShack.us

Ni que decir tiene que como en toda obra de Ulmer, las imperfecciones –transparencias demasiado visibles, por ejemplo en la secuencia en la que Ephraim mata a su padre en un río maderero- son demasiado evidentes e incluso la labor de algunos intérpretes deja que desear –es el caso de Louis Hayward-. Sin embargo justo es destacar en este capítulo el aprovechamiento que se hace de Hedy Lamarr y la siempre notable profesionalidad de George Sanders –que en esta ocasión interpreta un personaje positivo-. En su conjunto, supone una muestra de la personalidad de uno de los realizadores más singulares de la historia del cine, que aún resta de una completa y estoy seguro que sorprendente retrospectiva en algún certamen cinematográfico.

Calificación: 3’5

4 comentarios

anselmo -

La vi ayer y me pareció apasionante. Mil gracias por reseñarla para nosotros.

Juanjo -

A mi también me ha impactado.
No quiero repetirme sobre lo que habéis aportado.
Es una historia muy original en comparación con otras realizadas posteriormente.
Y la realización también.

opera0 -

Estoy totalmente de acuerdo con su última afirmación: Edgar G.Ulmer posee, pese a los posibles fallos que en sus filmes se pueda observar, inventiva, imaginación visual, narrativa y pasión profundamente romántica, incluso poética.
Ejemplo de ésto es la escena de la cabaña entre la protagonista y su futuro marido (tormenta y rayos amenazantes que subrayan la tensión y fatalidad de la relación) o el salto temporal al inicio mediante el encadenado en las aguas del río y seguido de una escena musical de desbordante pasión por la belleza de la protagonista.

opera0 -

Estoy totalmente de acuerdo con su última afirmación: Edgar G.Ulmer posee, pese a los posibles fallos que en sus filmes se pueda observar, inventiva, imaginación visual, narrativa y pasión profundamente romántica, incluso poética.
Ejemplo de ésto es la escena de la cabaña entre la protagonista y su futuro marido (tormenta y rayos amenazantes que subrayan la tensión y fatalidad que de la relación) o el salto temporal al inicio mediante el encadenado en las aguas del río y seguido de una escena musical de desbordante pasión por la belleza de la protagonista.