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CINEMA DE PERRA GORDA

EVERYBODY WINS (1990, Karel Reisz) Todo el mundo gana

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Creo que junto a Alexander Mackendrick hay que considerar a Karel Reisz como uno de los más singulares realizadores surgidos en el cine británico. Checoslovaco refugiado en Gran Bretaña, más allá de ser bajo mi punto de vista el mejor cineasta emergido bajo el amparo del Free Cinema -movimiento justamente reconsiderado en los últimos años en la valía de buena parte de sus propuestas-, su trayectoria larga en años pero breve en obras –diez films a lo largo de treinta años- conforma una filmografía singular, de general alto nivel que siempre se ha venido configurando entre el desarraigo, la plasmación de extraños personajes fronterizos con la normalidad social y configurando una andadura todo lo irregular que se quiera pero en su conjunto pienso que bastante íntegra.

De forma involuntaria, EVERYBODY WINS (1990) –titulada en España TODO EL MUNDO GANA-, se erige como el testamento cinematográfico de Reisz, pese a realizarse doce años antes de su fallecimiento –ocurrida en 2002 entre la indiferencia generalizada-. Al mismo tiempo, hay que decir que con sus singularidades y fundamentalmente la sequedad de su narrativa, EVERYBODY WINS es una película estupenda, que no solo entronca en los rasgos aplicados por Reisz en obras precedentes, y que pese a erigirse como un policíaco singular, lo cierto es que permite unos sólidos retratos psicológicos al tiempo que ofrece una mirada tan sarcástica como dura y poco complaciente sobre una Norteamérica en la que todos se solapan ante situaciones aparentemente delictivas.

En la narración el investigador Tom O’Toole (Nick Nolte) es reclamado por Angela Crispín (Debra Winger) para intentar salvar de la cárcel a un joven acusado del asesinato de un conocido doctor. A partir de ese momento se abrirá toda una gama de personajes y relaciones en las que se combinan conductas cercanas a la locura, atracciones sexuales, relaciones quizá incomprensibles y sobre todo, la sensación de encontrarnos ante una historia casi surrealista –la presencia de la iglesia creada por el Jerry, el previsible asesino del doctor-.

A partir de ahí se produce el elemento de fascinación entre O’Toole por Angela. Una relación que de alguna manera viene a llenar la ausencia de afecto y sexo que O’Toole necesita tras subsistir varios años como viudo y cuya ausencia no puede compensar el vivir junto a su hermana. En medio de esta coyuntura, si algo destaca EVERYBODY WINS es por la arriesgada puesta en escena puesta en práctica por Reisz. Una línea que se inicia al destacar la excelente dirección del conjunto de actores –todos están espléndidos y creíbles-, y que tiene otros elementos de interés como la precisión en la planificación marcada en la puesta en escena, y en la que se combina el uso de travellings cercanos y envolventes, que siempre justifican su presencia. Al mismo tiempo no se puede omitir la singular utilización de la música, que proporciona en su mayor parte un tono desenfadado a la verdadera tragedia que, para el sentimiento americano, supone poder detectar que muchos de los representantes del poder parecen emerger de las cloacas.

Evidentemente todo este sentido está adaptado de la aportación como guionista de Arthur Miller, conocido fustigador de las falsedades que encierra el gran mito de la sociedad norteamericana. Sin embargo en esta película esa base es retomada con originalidad, con la inclusión de personajes fronterizos, desquilibrados mentales, que de alguna manera se contraponen a los corruptos que presentan los representantes de las fuerzas sociales y que en buena medida han estado presentes en parte de la filmografía de Reisz –el magistral y casi desconocido NIGHT MUST FALL (1964), MORGAN (1965)-

Es por ello que los instantes finales del film adquieren un enorme poder disolvente. Angela acude a declarar ante el Juez Murdock y entre ambos se entablará una relación sentimental que hará que O’Toole tenga que salir del círculo de todos ellos, ya que al menos se ha logrado la puesta en libertad bajo fianza de Félix (Frank Military), el joven injustamente acusado. Sin embargo, la información que permitiría la encarcelación de muchos altos mandos de la policía y la justicia quedarán inmunes.

O’Toole abandonará la mansión del Juez, recibiendo ya con escéptica ironía el agradecimiento de Félix por haberle permitido alcanzar la libertad, abandonando un entorno del que con sorna siente una profunda indignación. Paralelament y de forma simbólica, con estas imágenes despreocupadamente desencantadas se cerraba la trayectoria cinematográfica de un gran hombre de cine, que supo a través de una muestra no muy amplia de obras cinematográficas al menos dejar para la posteridad dos obras maestras, varios títulos muy interesantes, ofrecer siempre una imagen de dignidad profesional y ser, por encima de todo, una de las personalidades cinematográficas más singulares y atractivas del cine moderno. Es por ello que TODO EL MUNDO GANA jamás se filmó con vocación testamentaria, pero constituye una dignísima despedida de Karel Reisz con el mundo del cine.

Calificación: 3’5

1 comentario

Diego -

Hola!, coincido con vos en todo che, al principio me parecía una película seca e impersonal, pero cuando terminó me pareció una obra mestra, buen blog, saludos!!