BIG WEDNESDAY (1978, John Milius) El gran miércoles
No es nada descabellado señalar que el paso del tiempo ha sido inclemente con la trayectoria de John Milius. De ser considerado –bastante infundadamente- como una de las esperanzas del cine norteamericano en la década de los setenta, el paso de unos pocos años hizo que su nombre prácticamente fuera anatomizado probablemente con razones bastante comprensibles. Una trayectoria errática y el creciente reaccionarismo de sus películas –en ocasiones lindando con el fascismo puro y duro- arruinó la andadura de un realizador que, como tantos hombres de Hollywood, se encaminó en la tarea al entender que sus guiones no eran bien plasmados en la pantalla por otros directores.
Y desde el propio momento de su estreno, BIG WEDNESDAY (1978) –EL GRAN MIERCOLES en nuestro país- fue el primero de los tropezones que recibió el realizador que muy pocos años antes era ensalzado con EL VIENTO Y EL LEÓN (The Wind and the Lion, 1975). Según confesaba el propio Milius en el documental que se incluye con la edición en DVD de la película, el batacazo fue enorme, y creo que se extendió a todos aquellos lugares donde la película llegó. Es más, considero que la vertiente reaccionaria que marca esa exaltación de los valores de una juventud representada en chicos apuestos, rubios y musculosos no se aleja demasiado de esos tintes racistas que han acompañado a Milius en todas sus películas. En cualquier caso, y aún reconociendo ese lastre –quizá insalvable en mentalidades poco abiertas para detectar otras cualidades-, debo decir que la visión de la película me ha supuesto una pequeña pero relativa sorpresa.
Sorpresa por que desde sus primera e impactantes imágenes se nota que Milius se tomó el proyecto como algo personal, intentando adherirse con una cierta implicación dentro del terreno de los títulos de madurez y evolución de la juventud que han ido jalonando el cine norteamericano en las últimas décadas –un terreno al que pertenece AMERICAN GRAFFITI (1973, George Lucas) y al que creo supera la película que comentamos-. En las imágenes de BIG WEDNESDAY se intenta plasmar no solo una serie de hechos que marcaron la sociedad norteamericana de la década de los 60 e inicios de los 70 –fundamente trazados a partir el trauma de la Guerra del Vietnam-, sino aplicarlos a una serie de muchachos aparentemente basados en el concepto de triunfadores americanos y que finalmente dejarán escapar sus vidas en el conjunto de la rutina y la mediocridad, teniendo como única válvula de escape falsamente ensoñadora la practica de “surf”.
En líneas generales ese sería el argumento principal de esta película, protagonizada por tres muchachos de caracteres contrapuestos pero caracterizados por su eterna amistad, que desarrollarán sendas trayectorias vitales divergentes y que se encontrarán reunidos en cinco espacios temporales marcados en el mismo marco costero y evocados por una ya arquetípica voz en “off”. Pero si hay que destacar las intermitentes pero nada menguadas cualidades de esta película, en primer lugar rápidamente se aprecia una determinada adscripción al clasicismo cinematográfico, un cierto sentido de la épica que se podrá cuestionar hacia que elementos va dirigido –una exaltación casi mitificadota de la práctica de algo que se nos supone tan lejano y hasta cierto punto inane-, pero que es evidente que en determinados momentos traspasa la pantalla y llega a emocionar al espectador. La excelente utilización del formato panorámico, la luminosidad que emana de la magnífica fotografía del veterano Bruce Surtees, la tendencia a la sobriedad que surge de la narrativa de Milius –la emotividad de algunos de sus planos es indiscutible, como aquel que muestra el entierro de uno de los compañeros del trío protagonista-, o la capacidad evocadora que transmiten de la composición de algunos de estos momentos –en los que hay que destacar la especial sensibilidad demostrada por la banda sonora de Basil Poledouris, son sin duda elementos que se echan bastante en falta en el cine de nuestros días y que quizá no fueron muy bien valorados en el momento del estreno de la película, en un periodo bastante convulso para el cine mundial.
Pero si en algo ha de quedar BIG WEDNESDAY para el recuerdo de los aficionados, es por la maestría con la que se ejecutan las diferentes secuencias –tampoco excesivamente dilatadas en su duración-, que muestran con impresionante realismo la práctica del deporte acuático de la tabla. Son secuencias admirablemente planificadas y montadas, que incluyen momentos como esa gran ola que prácticamente engulle el encuadre, y que sumergen al espectador en una extraña sensación de vértigo que incluso por momentos te permite abandonar el desinterés que pueda producirte dicho deporte.
Son una serie de secuencias –especialmente intensas en los compases finales de la película-, en los que se adivina algo más que destreza a la hora de planificar y montar secuencias, y que demuestran que en Milius al menos despuntaban unas ciertas cualidades que quedaron ahogadas por una trayectoria lamentablemente fracasada por determinados factores.
Calificación: 2’5
8 comentarios
Juanma -
alx -
un saludo
el del miércoles -
De la película, me quedo no sólo con la evolución de la amistad de los protagonistas sino del cambio socio cultural muy bien reflejado con los hippies por un lado y la profesionalización de un estilo de vida como es el surf. Yo creo que vi la película también en Navidad del 88, y os aseguró que me marcó la vida.
Si pudiera elegir ser algún personaje de cualquier película, sin duda yo sería Matt Johnson !
surfin_bird'65 -
Saludos...
arandanero -
Antognito -
A Mahalo le digo que su comentario me parece un poco fuera de tono. Entiendo que el surf sea un verdadero mundo para sus amantes, como las motos para otros o la hierba para algunos, pero ¿realmente consideras que sea una película de surf? Cuando se dice lo de "teniendo como única válvula de escape falsamente ensoñadora la practica de surf" creo que eso no es lo más importante, sino lo del sueño americano pulverizado y -como dice Carlos- la melancolía por los tiempos pasados.
Pero tampoco está en mi ánimo crear polémica.
Hace poco la han echado en Canal Satélite y me la he perdido, así que voy a ver si consigo alguna solución vía p2p.
Saludos.
big kahuna -
Los que hacemos surf no lo vemos como un deporte sino como toda una cultura que nos va haciendo madurar y como nuestra forma de vida. Vivimos en la playa. En mi caso cuando me despierto por la mañana voy a mirar las olas, a continuacion voy a mi trabajo, soy informatico, y cuando termino si no tengo nada importante entre manos bajo a la playa y es algo que no lo hago en verano para tomar el sol sino todos los dias por que mas que una diversion es una necesidad.
Creo que para hacer una critica sobre una pelicula basada en el surf hay que ser surfista, no se puede hablar de lo que no se conoce. Tal vez de cine sepas cantidad pero de lo que es nuestra cultura permiteme decirte que estas bastante verde.
mahalo
Pedro -
Yo lo que queria resaltar es que, para los que vivimos aquella epoca de los 60, la pelicula en si misma, esta rodeada de una melancolia, que los actores reflejan en su evolucion. La reuniones finales cuando ya son "mayores" y otros han ocupado su lugar es fuertemente melancolica, es la de aquellos que ven que algo de su vida se ha perdido, que otros ocupan su lugar y que nada , ni ellos, voveran a ser lo que fueron