LE CLAN DES SICILIENS (1968, Henri Verneuil) El clan de los sicilianos
Creo que por encima de todas sus cualidades o defectos –que de todo tiene- hay que definir LE CLAN DES SICILIENS (1968, Henri Verneuil) –EL CLAN DE LOS SICILIANOS en España- como una película creada casi exclusivamente para explotar comercialmente la baza de encerrar en sus tres personajes protagonistas a otros tantos carismáticos intérpretes del cine galo. Cada uno representativo de un tipo de espectador y casi de generaciones contrapuestas, es inevitable referirse al carisma que revelan tanto Jean Gabin, como Alain Delon y Lino Ventura.
La película los integra en una trama envuelta en un melodrama policíaco basado en una novela de Auguste Le Breton y en el que participa el experto José Giovanni, que indudablemente aportó un poso de escepticismo y personalidad a su desarrollo, y en el que de nuevo se expresa la débil frontera que separa al delincuente de unos determinados códigos sociales y éticos. La película se inicia con la fuga de un reconocido asesino –Roger Santet-, al que Alain Delon proporciona una vez más su sabiduría y saber hacer. Se trata de un delincuente lacónico, expresivo en la mirada y sobrio en el gesto, de modales educados y cierta aureola mítica, que nunca pierde la compostura salvo en los instantes en los que lar armas deben demostrar su lenguaje. Santet ha sido rescatado por los componentes de la familia Manalese que comanda el veterano Vittorio (Jean Gabin). Estos lo han rescatado al atender la petición de la hermana del delincuente, quien ofrece a este clan la posibilidad de atracar una exposición de joyería francesa expuesta en Roma. El planteamiento se extenderá a las inevitables conquistas amorosas de Santet que finalmente romperán el círculo familiar y ético de los Manalese, y un golpe que llevará incluso a un secuestro aéreo con aterrizaje en plena autopista en construcción de Nueva York. Junto a la narración del proceso de Santet y la familia de sicilianos, existirá el contrapunto manifestado por el inspector Le Goff (Ventura), quien tendrá como primordial interés la captura del asesino, aunque ello no le impida advertir a la hermana de este para que no se vea implicada en ello.
En realidad LE CLAN DES SICILIENS no es más que un sencillo relato policíaco, narrado con justeza pero cierto abuso del zoom por parte del eficaz pero vacuo Henri Verneuil, en el que se explotan los elementos más comunes del los tres divos protagonistas y en donde se recurre a ciertos rasgos nostálgicos a la hora de incorporar el personaje del gangster Tony Nicosia, encarnado con cierto por el veterano Amedeo Nazzari. La película funciona con cierto mecanicismo y fundamentalmente por el sentido ascético de sus situaciones y diálogos, a lo que contribuye no poco la fotografía de Henri Decae. Si a ello unimos la extraña relación que se advierte entre Le Goff y Santet a la hora de la captura del segundo, esa extraña nostalgia de Vittorio por acabar sus días en su Sicilia natal, su código ético –nunca matar en los golpes realizados- y la venganza que finalmente ejecuta con Santet y la esposa de uno de sus hijos que le ha sido infiel, se muestra un relato de no demasiado amplio alcance, en el que se echa de menos la implicación de un realizador más cualificado en este tipo de cine y que finalmente resulta en algunos momentos molesto por la insoportable banda sonora que aplica Ennio Morricone en buena parte de sus secuencias.
Calificación: 2
2 comentarios
Germán Barón Borrás -
JORGE CONTRERAS PEREZ -
GRANDE ENNIO.-