BEATIFUL CREATURES (2000, Bill Eagles) Criaturas hermosas
Nadie puede negar que en el cine británico a partir de la década de los noventa se instaura una especie de corriente expresada en títulos de bajo coste y aparentes pretensiones. Películas generalmente ligadas por su pertenencia al thriller o el cine policíaco pero tamizadas por un determinado sentido del humor y caracterizadas por sus rasgos efectistas envueltos en una supuesta “originalidad”. En cualquier caso y pese a no encontrarnos jamás con resultados dignos de una especial consideración, y en alguna ocasión contemplar imágenes definidas por los peores excesos cinematográficos, a veces surgen pequeñas sorpresas que al menos dejan parcialmente un buen sabor de boca.
Este ha sido para mi –pese a sus claras influencias e insuficiencias- el ejemplo que se brinda en BEATIFUL CREATURES (2000, Bill Eagles) –CRIATURAS HERMOSAS en España- que de forma muy sintética se define como una curiosa mezcolanza entre el mediocre THELMA Y LOUISE (1991, Ridley Scott) y los latiguillos más comunes del cine de Tarantino. En esa mixtura se desarrolla el encuentro que se produce entre Dorothy (Susan Lynch) y Petula (Rachel Weisz). Ambas son dos jóvenes aparentemente modernas y liberadas pero comparten la desdicha de tener sendos novios violentos y de poca catadura. En primer lugar será la víctima de la defensa de ambas Brian –el novio de Petula- que cae cuando Dorothy le ve pegando a su compañera. Sin conocer a ninguno de los componentes de la pareja en la tensa situación, atiza al hombre con un hierro y finalmente le provocará la muerte.
Será este el inicio de una andadura en la que se aunará la lucha por un botín basado en un falso secuestro que llevará en jaque a un libidinoso inspector de policía, un perro fiel defensor de su ama, al novio de Dorothy -un irritante drogadicto- y finalmente al hermano del asesinado -un empresario absolutamente odioso y desconfiado-. En definitiva, una galería de personajes que –con la excepción de las dos protagonistas y el propio perro, que tanta importancia tendrá en el devenir de la historia- destacan por su mezquindad y carácter negativo. Ciertamente si algo hay que valorar en BEATIFUL CREATURES es fundamentalmente la brillante construcción de su guión –obra de Simon Donald- que sabe entrelazar los personajes que van apareciendo en la historia, hasta lograr ligarlos en una especie de maraña tumefacta en la que finalmente el destino estará marcado por la muerte. Es al mismo tiempo la presencia de un humor negro en ocasiones realmente macabro el que consigue proporcionar un especial interés al film, con momentos o detalles tan malsanos como el del dedo cortado por el perro que es conservado en un “tupperware” o el momento genial –realmente impagable- en el que Petula es esposada frente al encargado que lee un cómic sadomasoquista, bajo los compases de la canción de Burt Bacharach “The Look of Love”.
Pero al mismo tiempo hay que destacar por encima de todo ello la contención que en todo momento se presta en una historia que daría pie para los mayores excesos y que por fortuna sabe combinar esa interacción de comedia, extraña definición de los dos personajes femeninos protagonistas y, por supuesto, film policíaco en unos escenarios curiosamente alejado de entornos obreros y más cercano a ambientes de cierta holgura económica.
Si más no, BEATIFUL CREATURES ofrece una diversión garantizada y hasta por momentos inteligente, que va aumentando el interés hasta llegar a un climax final ciertamente logrado, con una estupendas interpretaciones –especialmente a cargo de una sorprendentemente y deliberadamente rubia Rachel Weisz y su compañera Susan Lynch- y el interés que logra un Bill Eagles posteriormente centrado en el medio televisivo, que sabe al menos adaptar con un cierto interés unos referentes de base ciertamente poco memorables. Un grato divertimento sin duda.
Calificación: 2
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