Blogia
CINEMA DE PERRA GORDA

NOW, VOYAGER (1942, Irving Rapper) La extraña pasajera

NOW, VOYAGER (1942, Irving Rapper) La extraña pasajera

Más allá de entrar en el alcance de sus cualidades –y también aquellas inquietudes que nunca llega a poner de manifiesto-, cabría definir NOW, VOYAGER (La extraña pasajera, 1942. Irving Rapper), como una de esas películas “que ya no se hacen”. Y es que la relativa singularidad del producto y la fuerza que su desarrollo llega a manifestar en sus mejores momentos, lo describe con facilidad como uno de los exponentes más distinguidos y perdurables del melodrama Warner en la primera mitad de la década de los cuarenta. Hay en él una total ausencia de segunda lectura, de ambición por traspasar un mensaje revulsivo –como podrían mantener los ilustres ejemplos de THE FOUNTAINHEAD (El manantial, 1949. King Vidor) o HUMORESQUE (1946. Jean Negulesco)-, pero creo que nadie puede negar que la película de Rapper se afianzar desde sus primeros instantes como un producto sólido, inspirado e incluso arriesgado en su formulación narrativa, que le permitió alcanzar en su momento un enorme éxito popular, sobrepasando con facilidad la barrera del tiempo.

NOW, VOYAGER narra la trayectoria vital de Charlotte Vale (una espléndida Bette Davis), una joven perteneciente a una acomodada familia que dirige con autoridad su madre -Windle (Gladys Cooper)-. Windle es una viuda autoritaria que siempre ha tratado con desdén a su hija bajo una nada saludable sobreprotección, que apenas encubre la circunstancia de una descendencia no deseada. Debido a estas circunstancias, Charlotte ha crecido bajo una personalidad huidiza e introvertida, algo que intentará combatir el doctor Jaquith (magnífico, como siempre, Claude Rains), un reconocido psiquiatra que posibilitará la estancia de la protagonista en su sanatorio, y posteriormente el disfrute de un crucero con el que pueda vivir la vida aunque solo sea por unas fechas. El viaje supondrá algo más que eso, ya que le llevará a abrirse hacia el mundo, y conocer al que será el amor de su vida –Jerry Durrance (un Paul Henreid aquí especialmente inspirado)-. Será este un encuentro de apenas pocos días en Río de Janeiro, aunque suficiente para poder comprobar las semejanzas que les unen en algunos aspectos de sus vidas. Para Charlotte será suficiente  referente a la hora de enfrentarse con el mundo, modificando su aspecto exterior e incluso haciendo valer su personalidad ante su autoritaria madre. A su regreso a Boston mantendrá una relación con un bondadoso y acaudalado miembro de la comunidad que le pide casarse con él. Sin embargo, y cuando está a punto de concretarse el matrimonio, la llegada inesperada de Jerry permitirá comprender a nuestra protagonista que en su corazón solo hay espacio para un hombre, aunque ello no pueda concluir la definitiva unión de ambos. Es por ello que su compromiso se romperá, recayendo además en una depresión que acentuará la muerte de su madre, y le llevará a visitar de nuevo el sanatorio del dr. Jaquith. Los azares de la vida llevarán a Charlotte a un acercamiento a Tina, una de las hijas de Jerry, que en realidad se describe como una reedición de lo que ella representaba de pequeña. La cercanía con Tina, además de poder recuperarla de su personalidad conflictiva y huidiza, se convertirá para la protagonista en un consuelo que le llevará a poder mantener parte del amor hacia su padre que de forma latente sobrellevará en su vida, ya que finalmente no aceptará el ofrecimiento de este para poder vivir un futuro juntos. Charlotte se mantendrá sin embargo unida a su hija, pero no quiere romper la fórmula que ha logrado vislumbrar para mantener encendida una chispa muy especial entre ellos. Es lo que finalmente quedará expresado en uno de los diálogos más recordados de la historia del melodrama, tal y como le señala la protagonista a su eterno enamorado mirando al firmamento: “No pidamos la luna, tenemos las estrellas”.

No cabe duda que en su resumen, NOW, VOYAGER puede parecer incluso un argumento disparatado, y para algunos dogmáticos un ejemplo de reaccionarismo. Sin embargo, pienso que inclinarse por ese sendero, no es más que optar por una vía equivocada que impida valorar la singularidad, eficacia y ocasional intensidad brindada por esta realización de Irving Rapper que, si bien está plenamente entroncada a nivel de producción con las características que definían los melos de la Warner, adquiere una personalidad propia. Algo que se define con la notable –y en ocasiones admirable- movilidad de cámara desarrollada, la expresividad que adquiere la iluminación dramática en varias de sus secuencias –que en algunos momentos demuestra unos sorprendentes y agresivos efectos de iluminación de interiores, responsabilidad de Sol Polito-, y también a través de la enorme fluidez que su conjunto adquiere a través de la interacción de todos estos rasgos. Creo que si algo identifica –para bien- la película de Rapper, es precisamente en esa ligereza y fluidez de sus secuencias, que permiten que su discurrir se siga con atención, aún a costa de renunciar en muchos momentos a una intensidad más elaborada de sus momentos más álgidos. Paradójicamente, esa circunstancia es probablemente, la que ha permitido que su conjunto haya soportado tan bien el paso de los años.

Traslada en forma de guión por el experto Casey Robinson, NOW, VOYAGER parte de una exitosa novela de la época de Olive Higgins Prouty –autora también de Stella Dallas-, y en el momento de su realización tuvo que soportar la presión de las ligas de censura, que no toleraban una relación amorosa siendo su protagonista masculino un hombre casado. Ello es lo que favoreció el original planteamiento de la película, pero al mismo tiempo facilita que algunos de sus gestos más característicos adquieran con el paso del tiempo un sugerente poder de erotismo. Me refiero, por supuesto, a esa costumbre de Jerry de encender dos cigarros para pasarle uno a Charlotte. Un gesto que ha pasado a la pequeña historia de instantes románticos, y que de alguna forma definen este extraño y siempre atractivo melodrama, que navega entre las aguas del conservadurismo con elementos absolutamente caracterizados por su modernidad. Habla al mismo tiempo de una mujer decidida e independiente, combinándolo con un retrato de la abnegación ante el amor. Así era el Hollywood de los años cuarenta, pero ello no impide que NOW, VOYAGER sea un brillante exponente del que en aquel entonces era uno de los géneros preferidos por el público, y la demostración de la sensibilidad cinematográfica del olvidado Irving Rapper.

Calificación: 3

2 comentarios

cheap tiffany co jewelry -

And with my laughter all things will be reduced to their proper size. I will laugh at my failures and they will vanish in clouds of new dreams; I will laugh at my successes and they will shrink to their true value. I will laugh at evil and it will die untasted; I will laugh at goodness and it will thrive and abound. Each day will be triumphant only when my smiles bring forth smiles from others and this l do in selfishness, for those on whom l flown are those who purchase not my goods. cheap tiffany co jewelry

Budokan -

Impresionante film que pocas veces se recuerda. Un director que ha dado dentro del sistema lo mejor de sí con esta película. Muy interesante el blog. Saludos!