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CINEMA DE PERRA GORDA

HAVOC (2005, Barbara Kopple) [Havoc]

HAVOC (2005, Barbara Kopple) [Havoc]

He de reconocer como premisa inicial, que suelo abominar de la mayor parte de ese cine pretendidamente transgresor que en los últimos tiempos del cine norteamericano nos ha mostrado los vicios de una juventud carente de toda moralidad, e inserta dentro de las clases altas fundamentalmente californianas. Es un cine practicado por nombres como Larry Clark o títulos concretos como THIRTEEN (Catherine Hardwickle, 2003). Películas aparentemente transgresoras y amorales, pero que en el fondo, dentro de su bochornosa inclinación al efectismo y a la carencia de rigor, devienen en propuestas finalmente irritantes. Resulta obvio señalar que tienen su público –generalmente centrado en ese sector adolescente al que en el fondo pretenden cuestionar-, aunque personalmente las tenga en una nula consideración.

Es por ello que contemplé con recelo las imágenes iniciales de HAVOC (2005, Barbara Kopple), cuando estas además inducían a pensar que nos encontrábamos ante otro exponente de esta temible tendencia cinematográfica. No puede negarse, sin embargo, que algo hay de ello en el devenir de la película de la galardonada Barbara Kopple. Con la excusa de la filmación de un documental por parte de un alumno de escuela, los minutos iniciales describen de forma “epatante” el entorno de un puñado de ociosos adolescentes de clase alta, modales toscos, reconocida imitación a la cultura negra –si se puede denominar así a la adscripción de sus aspectos más superficialmente externos-, delimitados por su aburrimiento existencial, y caracterizados por su amoralidad y nula inquietud cultural. Allí conoceremos a Allison (Anne Hathaway), una joven de acomodada familia caracterizada por su capacidad de dominio, ligada de forma superficial a Toby (Mike Vogel), un chaval absolutamente estúpido bajo su entremezclado aspecto de exponente de raza aria vestido con ropajes de macarra de color. Allison demuestra en todo momento su influencia sobre el entorno que le rodea, hasta que un día descubre un contexto que le llegará a subyugar, definido por el entorno de menudeo de droga practicado por el latino Héctor (Freddy Rodríguez). Dicho entorno mostrará en la protagonista una posibilidad de autenticidad en la vida que ya no encuentra en su círculo habitual, definido por la superficialidad y la ausencia de inquietud. A partir de dicho encuentro, Allison entrará en una espiral de riesgo, quizá demasiado acusada para alguien en el fondo anclada a una vertiente de conformismo. Sin embargo, esta circunstancia propiciará en ella un revulsivo para intentar afrontar la vida con un sentimiento de responsabilidad hasta ahora ausente en su comportamiento.

Oscilando en un registro que incide en esos modos de filmación con cámara en mano –generalmente definiendo las secuencias que rueda el estudiante- y otras indudablemente más elaboradas en su puesta en escena, HAVOC –que fue estrenada directamente en DVD- llega a alcanzar una vertiente irónica, quizá el elemento más atractivo del conjunto. Es una tendencia que se expresará en momentos tan disolventes como el modo en que Toby atenaza su estúpida chulería cuando Héctor lo amenaza –se llega a orinar encima presa del pánico-, o la manera con la que Allison logra desmontar los intentos de suicidio de su íntima amiga Emily (Bijou Phillips). Ese elemento irónico, se complementa con el contundente retrato que se realiza de su protagonista, que permite a Anne Hathaway demostrar sus capacidades como actriz.

Ni que decir tiene que no todo funciona al mismo nivel. Son demasiados los servilismos en los que incurre la cámara de la documentalista Kopple y el guionista –posterior director de SYRIANA (2005)- Stephen Gaughan. Sin embargo, y pese a ese lastre que impide que su resultado alcance una mayor dimensión, lo cierto es que HAVOC sortea varios de los tópicos de este tipo de cine, no incurre en demasiados efectismos y, sobre todo, intenta mostrar la vertiente positiva de sus personajes, desterrando ese falso nihilismo que suelen definir las propuesta de este tipo de subgénero, y al mismo tiempo evitando el alcance moralista de sus propuestas. En esta ocasión, simplemente se tiende a mostrar los comportamientos, no se moraliza sobre ellos, intentando ofrecer elementos complementarios en sus personajes, que los alejen de brindarse como meros estereotipos. No es que siempre se consiga –el resultado final no supera la barrera de lo discreto-, pero al menos jamás llega a irritar, y sugiere en sus imágenes finales –ese oscuro sonoro que preludia un enfrentamiento entre los compañeros de Héctor y el pequeño grupo que comanda Toby (el personaje más estereotipado de la función)-, tintes realmente inquietantes.

Calificación: 2

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