HOW THE WON I WAR (1967, Richard Lester) Como gané la guerra
Parece hoy día increíble que el nombre de Richard Lester –que goza de un merecido olvido en el sueño de los justos- fuera en los años sesenta uno de los referentes de la cinematografía mundial. Puede que junto al francés Claude Lelouch se erija en uno de los más destacados falsos prestigios que adornaron el pretendido cine de “vanguardia” de su tiempo. No cabe extrañarse de ello, en la medida que los diferentes contextos temporales han aparecido cineastas en su momento controvertidos y admirados, incluso largamente premiados, que el paso del tiempo pronto se definieron como flor de un día. Cada uno puede a este respecto, incluir los nombres que estime oportuno, pero o mucho me equivoco, o el paso del tiempo no va a ser muy el mejor aliado de la obra de realizadores de nuestro tiempo como los tan laureados Alejandro González Iñárritu, Michael Gondry o Paul Haggis –dejemos que cada aficionado incluya en esta relación los nombres que estime oportuno y conformen sus fobias particulares-. Pero centrándonos en la figura de Lester, personalmente uno no dejaría de valorar la alegría que desprende A FUNNY THING HAPPENED ON THE WAY TO THE FORUM (Golfus de Roma, 1966), ciertos elementos que sobresalen dentro de la empañada visual de PETULIA (1968) o la relativa frescura que sigue manteniendo THE KNACK… AND HOW TO GET IT (Una chica con gancho, 1965) Sin embargo, no son motivos suficientes para intentar siquiera justificar el revuelo y la –ciertamente perjudicial- incidencia que lo “lesteriano” tuvo en el cine de los sesenta, pronto invadido de injustificados zooms y de un montaje corto que la mayor de las veces encubría la vaciedad más absoluta. Es algo que tuvo su manifestación más evidente en el –a mi juicio incomprensiblemente reconocido-, díptico protagonizado por los Beatles. Títulos en los que las ascendencia publicitaria de Lester se plasmó en una planificación en apariencia moderna y en la realidad carente de consistencia. Un look que muy pronto envejeció, pero sobre el que logró una efímera fama que muy pronto se reveló inconsistente, por más que en la década de los setenta Lester firmara una auténtica cult movie con ROBIN AND MARIAN (Robin y Marian, 1976). Un film que podría inspirarme cierta simpatía, pero cuya veneración jamás he entendido en modo alguno. Es más, de este periodo, uno podría quedarse ante antes con las relativamente estimulantes ROYAL FLASH (El cobarde heroico, 1975) o CUBA (1979).
Dicho esto, no cabe duda que la égida de Lester muy pronto quedó despojada de su insustancialidad, conforme quedaban al descubierto los rasgos más epidérmicos de la década de los sesenta. Tal y como ha venido sucediendo antes y después a la hora de dejar en entredicho entronizaciones injustificadas, puede ser que HOW THE WON I WAR (Como gané la guerra, 1967) fuera la cinta que revelara el declive de la hasta entonces triunfante trayectoria del realizador británico nacido en USA. Pese a la presencia en el reparto de John Lennon, y pese también a su carácter de parábola antimilitarista, lo cierto es que con esta película asistimos al primer eslabón abiertamente descendente de una trayectoria triunfante –siempre hablando a nivel de aceptación en su momento-, que solo tendría una posterior propuesta en esta línea satírica –THE BED SITTING ROOM (1969)– antes de iniciar un descenso realmente abrumador para un cineasta que basó su fortuna en una superficial transgresión visual y temática, encubriendo en realidad una casi sonrojante vaciedad cinematográfica. Algo que el título que nos ocupa muestra plano a plano, dentro de un resultado caótico. Una circunstancia que cuatro décadas después lo único que deja entrever es la estupefacción que provoca la mediocridad de un conjunto en el que nadie puede intuir que en sus imágenes estuviera presente el más mínimo atisbo de coherencia. Retomando los servicios de Charles Wood como guionista, y tomando como base la novela de Patrick Ryan, HOW THE WON… se erige como una indiscriminada sátira en torno al sinsentido de la guerra. Loable intención que, lamentablemente, no tiene su adecuada plasmación en el desfile deslavazado de secuencias que, de manera inconexa, nos muestran las desventuras de un escuadrón del ejército inglés comandado por el ingenuo Goodbye (el estupendo Michael Crawford), en su marco de actuación en Norteamérica o en territorio alemán, luchando en los últimos coletazos de la II Guerra Mundial. Entremezclando las incidencias en uno u otro marco, es clara la pretensión de mostrar un cuadro bastante sombrío dentro de su inicial alcance satírico, del sinsentido de la guerra y la inutilidad del respeto a cualquier tipo de mando u ordenanza militar. Un interesante objetivo que no tendrá su justa correspondencia en la contundencia del relato. Y es que pese a la presencia de buenos actores de reparto y a la ocasional incidencia, casi entre plano y plano, de algunas –pocas- atractivas situaciones cómicas, o destilando entre ellas ciertos momentos en los que se logra adivinar el patetismo que se deseaba infundir con la propuesta –en la que la presencia de John Lennon sin duda pretendía proporcionar un marchamo de autenticidad en su denuncia-, lo cierto es que nos encontramos con una película en la que la mediocridad de su resultado deviene manifiesta. Hay en su casi interminable metraje –no excesivamente dilatado, pero si carente de interés-, una sensación absoluta de carencia de densidad, de sentido de la progresión, en una sucesión indiscriminada de “gracietas” y gags que se presumen portadores de un cierto sentido del absurdo, y que finalmente pueden revelarse como absurdos a secas, ya que en su arbitrariedad desprenden muy pronto la insustancialidad específicamente cinematográfica del conjunto. En casi todo momento se tiene la sensación de que HOW THE WON… es una mera e inconexa sucesión de pequeños momentos –muchos de ellos rodados en nuestra Almería-, definidos en una generalizada suciedad visual y, por encima de todo ello, una sensación de morosidad narrativa, de la que uno despierta en ocasiones de un letargo casi letal cuando se plantean ciertos elementos tragicómicos o determinados chistes de relativa eficacia.
Es, sin embargo, un muy menguado balance para una película mortecina, que pretende trasladar una mirada basada en un non sense conectado con Beckett e Ionesco, pero que en realidad vehicula una tan bienintencionada como inane parábola antibelicista. Nada nuevo, por otra parte, que en su vertiente de comedia ya aportara un año antes el estupendo y poco reconocido Blake Edwards de WHAT DID YOU DO IN THE WAR, DADDY? (¿Qué hiciste en la guerra, papi?, 1966) o en un contexto dramático, dos títulos que por cierto también se rodaron en España. Me refiero a la previa THE HILL (1965), uno de los grandes films de Sidney Lumet, o la posterior y eternamente menospreciada ANZIO (La batalla de Anzio, 1968. Edward Dmytryk). En ambos casos, se demostraría que no solo las buenas intenciones sirven para alcanzar un producto válido. Edwards, Lumet y Dmytryk lo consiguieron con su sentido cinematográfico, y Lester únicamente pudo obtener con una misma base una absoluta mediocridad.
Calificación: 1
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